Heir 4: Libro 1

Capítulo 4: Club nocturno

Tras el incidente, el director anuncio que las clases estarían suspendidas por dos semanas, lo que obligó a los alumnos a volver a sus casas hasta que se reanuden las clases.

Algunos estaban molestos, otros contentos. Sin embargo, sin importar lo que hicieran, las reglas eran las reglas.

Marry fue a su habitación con el fin de llevarse sus cosas, mientras empacaba, aquella Galvan se quedó callada.

Marry sonrió y dijo:

-Gracias por tu ayuda, Anfibia-. Le comentó a la Galvan.

-Tenía que hacerlo-. Respondió la alÍen diminuta mientras empacaba.

-Sé que sonara raro, pero-. Marry se rascó la cabeza en busca de una forma adecuada de preguntar-, ¿Recuerdas lo que pasó el día de ayer?

-¿Lo del hombre misterioso?-. Cuestionó Anfibia.

-Cuando estaba a punto de matar a K-y, una extraña energía salió de mis manos, ¿crees que los humanos puedan tener poderes? -. Finalmente soltó su pregunta.

La alíen más pequeña pensó por un momento, hasta que al fin soltó su respuesta:

-Imposible-. Afirmó-, solo puedes tener poderes si uno de tus progenitores es de una raza alienígena con habilidades, seas alterada genéticamente, o seas de una familia de magos.

Las palabras de la Galvan la hicieron pensar.

Es posible que sea un experimento, aunque ella jamás estuvo en un laboratorio en su vida. O tal vez sea...

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Marry había ido a ver a su tía que le había ofrecido hospedaje mientras se preparaba para ir a Cielo Estelar. Ahora que las clases estaban suspendidas, la joven fue a vivir con ella en ese lapso de tiempo.

La mujer abrió la puerta para recibir a su sobrina con los brazos abiertos, le había informado de la suspensión de clases con antelación.

Cuando entró a la casa lo primero que hizo Marry fue comer unas enchiladas que le preparó su tía, su comida favorita.

Ella por un momento pensó en preguntarle a la mujer sobre su madre: Ella había crecido solo con su padre, era la única figura adulta, además de su tía, que había tenido en su vida. Sin embargo, la joven no tuvo el valor de preguntar, y se la guardo para sí misma.

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En la noche, la joven decidió salir a dar un paseo por las grandes calles de la ciudad. Naves voladoras iban pasando a su alrededor, pasó cerca de algunos puestos de comida, tiendas y almacenes. Admiro todo el lugar mientras estaba perdida en sus pensamientos.

Tal vez, si sea mitad alienígena, después de todo, ni siquiera recuerda la cara de su propia progenitora: Su padre le dijo que murió hace muchos años, y su nombre era Stela, de ahí, no supo nada más de ella.

Sin embargo, mientras estaba en su mar de pensamientos, sin darse cuenta, había entrado a un club nocturno.

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Luces parpadeantes iluminaban la pista de baile, mientras que muchos aliens y humanos bailaban al ritmo de la canción electro, y otros estaban con sus parejas y amigos besándose y emborrachándose respectivamente.

Lo único que le hizo despertar de su trance fue la música estridente del lugar.

La chica no entendió como es que termino dentro de un lugar como este, sin embargo, le era incómodo: Había demasiada gente apretada en un lugar oscuro y reducido, que soltaba un fuerte olor a alcohol y sexo. En cuanto recupero sus cinco sentidos, su primer pensamiento fue ir a buscar una salida.