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Carlo

 Toda mi atención se fue cuando Sol apareció tras Samanta y volvió a desaparecer, parece que estaba de mejor humor que antes, al parecer ya había descansado, aunque nadie podía verla, ni Samanta ni yo, sabía que se había sentado a mi lado porque sentía su presencia, ahí me calme, aunque no sabía si ella iba a ser mi segunda esposa decidí hablar

- Samanta, tenemos que mirar apartamentos, si me ayudas con eso, saldré de aquí y viviré contigo, - ella asintió - pero con una condición, quiero que me acompañes, quiero que seas tú, no alguien de tus allegados ni de las personas que trabajan para ti o tu familia - ella asintió con mucha energía, cosa que me pareció raro, pues ella nunca apoyaba en algo - a partir de mañana empezaremos, no quiero llegar a la boda y que no hayamos preparado nada -

Samanta sonrió, se levantó al parecer para abrazarme y la evite por respeto a Sol que nos veía desde su invisibilidad, fui al baño y antes de entrar le hice una señal a Sol para que me siguiera, luego de cerrar la puerta empezamos a hablar - ¿buscar un apartamento nuevo? - hablo ella en voz baja, obviamente había puesto un hechizo para que no nos escucharán pero igual teníamos que prevenir algo - sí - respondí, me despeine tratando de liberar un poco de estrés

- ella vino aquí a criticar todo, que está habitación esto, que la cocina aquello, todo le pareció mal, igual aquí no cabemos mis dos esposas y un niño, se quejó que de almacenamiento y que donde iba a meter las cosas del bebé, no sé con quién debo tenerlo aún, pero si es con ella solo tendré uno, mira como molesta solo por el color - Sol me miró y se burló como siempre pero me dio la razón - quiero saber quién será mi otra pareja, qué tal y sea alguien amargada y aburrida, nooooo - expresé con fastidio, sinceramente quería que mi pareja fuera Sol, ella era graciosa, no le importaba que pensaran los demás de ella, si tenía un hijo sabría que crecería feliz a su lado, es una chica dominante pero enseña estupendamente y además tiene carácter, casi nunca está enojada pero se hace respetar cosa muy importante para mí y que claramente Samanta no hacía

más de una vez, la había visto en la calle dejándose tocar por todos lados por tres o cuatro hombres mientras hacían de todo, no me quejo que haya tenido otras parejas, lo que me quejo es que haga de todo con muchos debido a las enfermedades, y más por mi salud, soy humano y se me pega cualquier enfermedad con facilidad y después de eso venía y se quejaba que nadie la respetaba y que ellos siempre la persiguen, siempre le echaba la culpa a su belleza sabiendo que no era así, Sol ciertamente era hermosa, y aunque ella no se veía un cuerpo extraordinario y común yo veía a la chica más linda que jamás había visto, Sólo tenía presencia, no importa a donde llegaba siempre le abrían paso sin ella decir nada, cosa que Samanta no tenía, de hecho la ignoraban, la mayoría de brujas sabían quién era ella porque siempre se la veía salir exigiendo respeto que no merecía, porque solía tratar a todos como si fueran menos que ella

Las esposas de CarloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora