Carlo
Algo que caracterizaba a Sol era su instinto proyector ella haría lo que fuera para mantener siempre a salvo a quienes le importaba, no tenía que ser alta y fuerte, de hecho era una miniatura del 1,50, y la quería más que todo por eso, ella podía tener su personalidad poco femenina y muchos defectos, pero nadie me había demostrado la protección que ella me daba, me hacía sentir importante y cómodos, me hacía sentir...bien, era gratificante
- descansa, iré a bañarme tu noviecita me dejó linda, - dijo esto último con cierto sarcasmo - recuerda no sufrir por palabras de gente bruta, si tienes que llorar hazlo, pero por favor no sufras por bobas como ella - salió de la habitación, escuché que limpió un poco el desorden con algo de magia y entró a la ducha en su habitación
Samanta había llamado a mis tías, avisando que no iba a volver al apartamento mientras Sol siguiera viviendo aquí, la describió como si fuera un monstruo y en realidad era la segunda vez desde que nos conocemos que la había visto así, igual le comento a mis tías que tenía miedo de que yo cancelara la boda por culpa de Sol, la verdad no podía hacerlo por qué mis tías tomaban la última decisión y si ellas no querían pues se haría lo que ellas dijeran
Sol ya con una pijama de huellitas puesta abrió mi habitación para saber cómo estaba, después de eso, espera a que ella fuera mi segunda esposa y si no iba a ser ella que por lo menos el destino me diera a alguien parecido - ven dije golpeando la orilla de mi cama - ella entró y se sentó - acuéstate, - pedí, así lo hizo, se metió bajo las cobijas conmigo y se arruncho, solíamos hacer esto cada vez que uno de los dos estaba mal - gracias por eso, no podía esperar menos de ti - la miré
Ella se acomodó - no podía hacer menos, yo probé la comida y estaba rica como para escucharla decir esas estupideces - me respondió, luego de un rato en silencio se durmió, ese día lo términos abrazados durmiendo, era genial tener en quien confiar
yo podía medir 1.77 pero era muy sentimental y ella siendo una chihuahua parecía no tener sentimientos, me gustaba ella, porque a pesar de mi altura nunca me había criticado lo sentimental que era ni me había dicho babosadas como las que me decía mi familia, siempre lo recuerdo "tiene que ser hombrecito, los hombres no lloran, nunca se muestre débil ante una mujer, las mujeres deben hacer lo que usted diga, el hombre manda" pero tristemente para ellos llegó a mí una chica que me enseñó que ser hombre en realidad es demostrar cómo me siento, que quiero, que tengo que respetarla y siempre llegar a acuerdos si algo no nos gusta del otro, mi mejor amiga era una chica que no seguía las normas sociales y me enseñó que más que hombre soy ser humano y si quiero llorar debo hacerlo, ella no me va a juzgar, era la mejor
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Las esposas de Carlo
FantasyAlgunas brujas odian a los humanos por haber querido eliminarlas de este mundo, sin embargo, por estupidez propia, los humanos dejaron de existir hace diez años, un tiempo relativamente corto, es por eso, que las brujas vengadoras han matado a todo...