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Carlo

Sami estaba sorprendida, nunca había visto a alguien hablar como si nada, mientras mantenía un portal abierto tan relajada, Sol estaba vestida con un vestido verde hecho de telas delgadas y bellas, Sami parecía enamorada de ese vestido y miraba a Sol con admiración, me prometí comprarle uno o mandarlo a hacer cuando pudiera, obviamente sien que ella supiera.

salimos del portal justo frente a Sol y quedamos boquiabiertos al ver a la dama frente a ella, Sol nos organizó y me tomó de la mano - yo estaba en el centro - al tiempo que yo lo hacía con Sami, aquella mujer estaba prácticamente desnuda y era cubierta por ramas y hojas en las zonas importantes de su cuerpo, era aterrador verla con serpientes en insectos sobre ella y estaba rodeada de todo tipo de animales y más allá detrás de ella había una cantidad enorme de seres como el bisonte que nos entregó la carta, me fijé que Sami podía verlos y estaba sorprendida.

- madre tierra, - empezó Sol - he cumplido algunas de las misiones mandadas por usted, es así, que con todo hecho y un poco más, he decidido unirme a ellos tal y como usted me lo ha mandado, deseo cumplir todo lo demandado por la deidad y cumplir mi misión junto a ellos - habló mirando al suelo con los ojos cerrados, la miramos y devolvimos la mirada a la madre tierra

después de eso, Sol me soltó de la mano y dio unos pasos al frente, la diosa la tomó de la mano y caminaron un metro lejos de nosotros en línea recta, la diosa la beso en los labios, parecía un beso realmente apasionado, pero no lo era, aunque si era largo y estaba incomodando verla hacer eso con la otra persona que me gustaba, el cuerpo de Sol fue siendo despojado de su vestido, se estaba cayendo a partes como los pétalos de una flor, era preciosa

al verla desnuda, tuve la reacción natural que tendría cualquier hombre con la mujer que ama, con Sami me pasaba seguido cuando ella quería provocarme, la diosa dejó de besarla y volteo la mirada en mi dirección, burlándose de mí, mis mejillas se colorearon, mire a Sami y ella estaba igual que la diosa pero con una cara de orgullo que siempre ponía al verme así

Miré bien la cara de sami, estaba excitada, no sabía si era cosa de la diosa que nos provoca o era cosa nuestra viendo como la diosa besaba a nuestra prometida, mi hermosa Sol lograba esta reacción en nosotros o eso era lo que pensaba

Las esposas de CarloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora