Saeng no dijo una palabra mientras iban hacia el departamento de Hyun. La bebé se había calmado un poquito, pero ellos no.
"¡Listo, tenemos las medicinas, la fórmula y a la bebé... y los nervios!"
Murmuró Hyun apenas llegaron.Les abrió la puerta de su departamento y Saeng intentó no sorprenderse porque solo el salón de la residencia de Hyun era tres veces más grande que todas las habitaciones de su departamentito juntas. Le dieron un bañito a la bebé, y Hyun prefirió dejar la prueba del pañal para otro día, porque era obvio que la bebé se sentía mal. Ya no lloraba ni vomitaba, pero no quería dormir, solo quería que la tuvieran en brazos.
Para las tres de la madrugada estaban los dos como zombis, completamente agotados, pero SuJin no se dormía, solo se adormecía un poquito y apenas intentaban acostarla se ponía a lloriquear.
Hyun se metió a dar un baño para despabilarse, y cuando intentó mecer a SuJin para que Saeng se diera una ducha también la bebé se negó rotundamente.
"¡Ven conmigo princesa! Si yo te quiero mucho, deja que papito se bañe...".
La animó, pero no había manera."No entiendo, ¿por qué no quiere conmigo? Creí que le agradaba".
Dijo preocupado.Saeng respiró profundo y ladeó la cabeza.
"Bueno... a lo mejor es que está fría tu ropa, o no reconoce tu olor. A los bebés les gusta estar calentitos, por eso les gusta más el pecho de su omma".Hyun arrugó el ceño y antes de que Saeng pudiera decir ni una sola palabra más, ya se había tirado al suelo. Cinco lagartijas, diez abdominales, tres golpes en el pecho después y la playera afuera, Hyun le quitó a la beba de los brazos.
"¡Listo, ya estoy calentito, venga para acá mi cosita hermosa!"
La beba le pegó una mejilla al pecho y rezongó solo un poquito antes de quedarse dormidita otra vez. Hyun miró a Saeng como si hubiera cumplido la misión más importante del mundo y el intentó no mirarlo demasiado, pero eso estaba medio imposible porque no había una sola parte de aquel hombre que no fuera digna de mirarse.
'No babees, no babees...'.
Pensó mientras Hyun caminaba con la beba hasta uno de los enormes ventanales y veía aquel mar de tatuajes que le cubrían el torso y la espalda.Tuvo que hacer un esfuerzo por despegar los pies del piso para irse a bañar, y dio gracias a Dios de poderle achacar todos sus suspiros al cansancio.
Sobra decir que ninguno durmió mucho esa noche, y si Saeng era un omma primerizo asustado, indudablemente Hyun era un falso papá primerizo muy asustado también.
"Te libero de tus obligaciones laborales hoy".
Murmuró mientras los ojos se le cerraban."Ya había pensado en no ir a trabajar. De todas formas, mi jefe tampoco va a ir".
Le sonrió Saeng.Y eso era seguro, porque pocos minutos después, amaneciendo, lo vio quedarse rendido con la beba en los brazos.
Para cuando Hyun logró abrir los ojos de nuevo, ya eran las diez de la mañana y en aquel departamento olía a gloria. SuJin manoteó cuando lo sintió moverse y Hyun achicó los ojos.
"Tú sí que dormiste bien, princesa, ¿no es cierto?"
Le sonrió. ¡Miró a todos lados y acercó la caja de pañales!"¡Que sea lo que dios quiera!"
Quince minutos después SuJin tenía las nalguitas más blancas y entalcadas que la cara de una geisha, ¡pero ese pañal estaba puesto de 10!
A Hyun se le subió todo el orgullo a la cabeza y la levantó en brazos muy orondo, para percibir aquel olor tan delicioso. No pudo evitar sonreír cuando vio a Saeng en medio de la cocina, cantando bajito y con una de sus playeras que les llegaba a las rodillas. Estaba desaliñado y era la cosa más tierna que había en aquel departamento después de la beba.
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Todo por una piadosa mentira.
Fanfiction¿Qué haces cuando tu vida parece caer en el fondo del Abismo una y otra vez, por la persona que creías que te amaba? Y llega alguien que te salva de llegar a lo más profundo, abriendo un mundo maravilloso. Pero por malos entendidos del pasado, se fr...