Capítulo No.21

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Saeng caminó hasta la recepción apresurado. Esperaba a cualquiera de los antiguos clientes que obviamente se ponían nerviosos con el cambio de administración, pero al llegar se encontró con una sorpresa inesperada.

Ante él se encontraba un hombre alto y apuesto, vestido con un abrigo azul oscuro. Tenía un rostro amable y una disposición gentil que Saeng había visto ya muchas veces en las últimas dos semanas, aunque casi siempre por video.

"¿Joven Kim?"
Se asombró Saeng.

"Puede llamarme solo Jae, por favor, solo tengo veinte años, aunque parezca mayor. Y usted debe ser el joven Heo. Vengo a conocerlo".
Respondió él con voz grave y suave mientras extendía una mano para saludarlo.

Saeng sintió que el corazón le daba un vuelco. Había estado corriendo tras él, por supuesto, pero nunca había esperado que se presentara allí.

"Claro, por supuesto... ¿Te invito a un café?" 
Jae asintió y Saeng echó mano de la tarjeta de la empresa para bajar a la cafetería con él. Pocos minutos después se sentaban en una pequeña mesa y Saeng le dedicaba toda su atención.

"Escuche... mi madre y yo estuvimos hablando sobre usted. Hace tiempo que yo estaba pensando en una representación profesional pero mi madre se niega. Así que decidí venir por mi cuenta".
Sentenció el muchacho.

Saeng arrugó el ceño.
"Entonces... ¿debo entender que tu madre no está a favor de que firmes un contrato con nosotros?"

"No, pero estoy aquí para demostrarle que se equivoca. Estoy dispuesto a firmar un contrato con usted, soy mayor de edad, es mi decisión, no la suya".
Replicó el muchacho.

Saeng se quedó sin palabras. Sintió que corazón se aceleraba de emoción ante la posibilidad, pero pocos segundos después negó con la cabeza.
"Lo siento, pero no puedo aceptar eso".

"¿Cómo? ¡Mi madre dijo que usted había insistido mucho en que yo firmara el contrato...!"
Jae Joong, lo increpó con el ceño fruncido.

"Eso es cierto, pero también es cierto que le prometí a tu madre que haría lo mejor para ti, y lo mejor para ti no es indisponerte con ella. Si no están de acuerdo en esto entonces yo no me voy a meter".
Sentenció Saeng con seriedad.

"Pero es que... ¡esto es lo que yo necesito!"
Insistió Jae.

"Eso no es cierto. Esto es lo que quieres, pero a quien siempre vas a necesitar es a tu madre. Y yo no voy a traicionar la palabra que le di solo porque quiero ser tu representante".
Le sonrió Saeng.

Estuvieron conversando algunos minutos más, pero Saeng no se dejó convencer por el muchacho. Para cuando regresó a su oficina apenas podía contener las ganas de llorar, de verdad necesitaba aquel contrato, era su oportunidad de ganar dinero suficiente para pelear por SuJin, pero, ¿qué clase de omma sería si recuperara a su hija lastimando a otra familia?

Se encerró en su cubículo, con la cabeza entre las manos y las lágrimas corriendo incansables por sus antebrazos, y no supo cuánto tiempo estuvo allí, sumido en aquella desesperación hasta que aquel par de brazos fuertes lo levantaron haciéndolo ahogar un grito.

"Todo va a estar bien... Te prometo que todo va a estar bien, ni siquiera te vas a dar cuenta de lo pronto que vamos a tener a SuJin de vuelta....".
Murmuró Hyun estrechándolo contra su pecho y besando su cabello.

"Suéltame, Hyun".
Gritó limpiándose la cara y tratando de zafarse, pero él lo retuvo con firmeza.

"Saeng... escucha sé que no tengo derecho a pedirte nada, pero nosotros....".

Todo por una piadosa mentira.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora