Capítulo XXIII: Hola, baffi

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***********ALESSIA***********

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***********ALESSIA***********

*********PASADO*********

La herida ya estaba cerrada totalmente, seguí los consejos de las chicas, empecé a ejercitarme, Alonzo había mandado a gente hacerme la vida imposible aquí porque cree que maté a Isabella.

- Hoy no comes — dijo Olga botando mi bandeja de comida para luego irse a su mesa.

- Alessia, no — me dijo Sara tratando de evitar que me acercara a Olga, pero fue muy tarde porque empujé su cara contra su bandeja de comida, dejé mi mano ahí para que se le metiera la comida hasta por la nariz, una de sus compañeras se paró para querer golpearme, golpeé su nariz con mi codo, y golpeé a otra con una bandeja que estaba sobre la mesa, Olga se liberó de mi agarre y ella estaba lista para golpearme y yo, para defenderme, pero vinieron los guardias y me llevaron a la celda de castigo, dejé de temerle a los lugares oscuros y pequeños a la fuerza, ya que la única persona que sabía cómo ayudarme con esto, era quien me había metido aquí, a veces lloraba, y ya no era porque él no me amara, sino porque estaba molesta con él, lo odiaba por lo que me hizo, por engañarme y sobre todo porque por él tuve que lastimar a mi papá, solo confiaba en que algún día saldría de aquí, no hay mal que dure cien años.

Y así fue como pasaba mis días en prisión, pelear con Olga, celdas de castigo, entrenar, llamadas ocasionales con Fabrizzio para saber cómo estaba mi papá, visitas mensuales de Lloyd para que se pusiera hablar por dos horas exactas de lo bello que es estar en libertad, conseguí hacerme un tatuaje en un momento de locura, era mi apellido en letra cursiva y corrida en mi espalda que termina en una rosa.

Respecto a la antigua Alessia, ya no quedaba nada sobre aquella muchacha que se sonrojaba cuando pensaba en Lloyd, aquella que tenía sueños de ser una gran violinista, de hecho si alguien me daba un violín ahora probablemente ya no sepa cómo tocarlo.

***********ALESSIA***********

*********PRESENTE*********

-  ¿Estás segura de esto, Alessia? — me preguntó Alina.

-  Sí, tú misma dijiste que necesitas estar a una distancia considerable para entrar en su teléfono, él no me dirá que no.

-  Deberías preguntárselo a Fabrizzio cuando vuelva de cerrar ese trato, no creo que sea una buena idea.

-  Yo soy la que está a cargo, no, Fabrizzio, a quien tienes que preguntarle si le parece o no es a mí, Alina.

-  Lo hago porque me preocupas, yo sé que él aún te controla emocionalmente, mencionan su nombre y quieres dar golpes al aire.

DON'T CALL ME PRINCIPESSA (CON LLOYD HANSEN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora