Capitulo 10: La Busqueda

69 8 7
                                    

-Muy bien -dijo la Directora parándose frente a los bancos-, los escucho.

Gianina tosió. Tefi también tosió. Después tosió Tacho. Todo el grado tosía en una repentina epidemia de gripe. Hasta hubo alguno que se sonó la nariz con mucho ruido. Si la Dire los quería escuchar, los estaba escuchando... toser.

-¡Se terminó la tos! -aulló la Tina... y se puso a toser. Pero la cara de la Directora no daba para risas. Las toses se fueron callando (todas menos las de Tina) y el silencio fue total.

-Chicos, les estoy preguntando dónde están sus compañeros -reiteró la Directora- y sé que ustedes lo saben.

¿Así que ahora todos eran cómplices? ¿Cómo podía saber ella si ellos lo sabían o no? Siempre sabía todo. Sabía lo que a ellos les pasaba, lo que era mejor para ellos, lo que tenían que hacer y que decir y que pensar. Todo lo sabía. Y siempre se equivocaba, como esta vez. En el grado nadie sabía nada, pero no les iban a creer.

-Chicos -insistió la Directora-, si esto no se resuelve antes de que toque el timbre, voy a tener que citar a los padres de todos y va a ser peor.

A Tina se le redobló la tos. Los chicos se miraban entre ellos. ¿Quién hablaba? Y peor... ¿qué decían? Las miradas recayeron en Tacho.

-Nosotros no sabemos nada, señorita -dijo y, la verdad, que no sirvió de mucho.

-¿Me van a decir que ustedes no sabían que faltaban del aula cinco compañeros? -preguntó la Directora.

-Sí, pero nada más -contestó Jazmin.

-¿Y se puede saber por qué no me lo avisaron? -tosió Tina.

Esa sí que era una pregunta estúpida que tenía una sola respuesta: "Porque no somos buchones...", pero, por supuesto nadie respondió.

-Yo les voy a decir por qué no me avisaron -se contestó Tina sola-: No me avisaron porque tenían miedo de ser malos compañeros. Sepan... que "esto" es ser un mal compañero. Apañar al que se comporta mal, es ser mal compañero. ¿Ustedes pensaron que puede haberles pasado algo? ¿Eso es ser buen compañero?

Chau...se largó el sermón: y que el peligro, y que la responsabilidad, y que la familia, y que el deber de la escuela, y que dónde están sus compañeros.

-Le juro, señorita, que no lo sabemos -insistió Jazmin.

-¡No jure! -gritó Tina fuera de sí-. Saquen el cuaderno de comunicaciones.
Puede ser que así digan algo -le dijo, por lo bajo, a la Directora.

-Esperen. Justina, venga un momento -pidió la Directora-. Se quedan en perfecto silencio. No quiero escuchar ni un murmullo.

No habían terminado de salir cuando ya todo el mundo estaba hablando.

-Son unos tarados -dijo Tefi-, ahora nos van a reventar a todos.

-Si no era por Luna, nadie se daba cuenta -le contestó Tacho.

-La odio, la odio, la odio -decía Nina-. Le voy a arrancar los pelos.

-Che, ¿y si le hacemos algo en la carpeta? -propuso Nacho.

-¿Estás loco? -lo frenaron-. A ver si tenemos otro lío más.

-En serio... ¿nadie sabe a dónde se fueron? -preguntó Ramiro. Y todo dijeron que no con la cabeza.

-Pero el escondite debe estar buenísimo, ahora lo podemos usar todos -dijo Tacho.

-Ahora no lo puede usar nadie más, salame -le contestó Nacho.

-Para mí, se fueron a la casa de a Thiago -dijo Tefi.

La mayoría opinaba que debían estar en el colegio. A todos les extrañaba que Mar se hubiera animado.
¿Los echarían de la escuela? Nadie se atrevió a contestar.
Que echaran a Luna no le importaba a nadie... mejor. Pero a los otros... No, no los podían echar por eso. Ratearse no era tan malo. Aunque al hermano de Nicolás lo habían echado por eso... Del secundario, claro. Sí, eso era distinto.

Si los querían echar, ellos podían hacer una nota firmada por todos. Pero al viaje de egresados podían ir igual, eso nadie se los podía prohibir.
No, no los podían echar.

-Hay que echarlos de la escuela -le dijo Tina a la Directora mientras caminaban por el pasillo hacia la Dirección.

-Primero hay que encontrarlos -le contestó la Directora.

En la Dirección hablaron con el Vice. Decidieron que, antes de avisar a los padres, iban a descartar la posibilidad de que estuvieran en el colegio. Pensaron en buscarlos ellos tres para no alterar a toda la escuela con el asunto.

Y ahí fueron. Solo les faltaba la lupa. Cada uno de los tres revisó un sector. Patios, baños, bibliotecas, aulas, armarios... todo quedó registrado.
Los chicos y los maestros estaban un poco sorprendidos de ver entrar al Vice o a la Dire al aula, pedir permiso y abrir los armarios, mirar debajo de los bancos o correr las cortinas e irse sin dar mayores explicaciones.
¿Qué? ¿Se les había dado por jugar a las escondidas?
¡Piedra libre para la Dire que está en el armario de quinto! Aunque no querían alborotar la escuela, la escuela se alborotó sin que nadie supiera qué pasaba.

El sector del sótano le tocó a Tina. Revisó los baños, el patio, y cuando pasó por la puerta del sótano siguió de largo, segura de que siempre estaba cerrada con llave.
Al terminar su recorrido y no haber encontrado nada, volvió a pasar. Esta vez dudó. La empujó. La puerta chirrió y se abrió. Una bofetada de olor a humedad y telas de araña le pegó en la cara. Le volvió el acceso de tos. Cerró la puerta y siguió su camino. El sótano estaba muy oscuro. Ningún ser humano podía meterse ahí.

Volvieron a encontrarse en la Dirección. Sin novedades.

-Bien -dijo la Directora-. Traiga los números de teléfono.

-Pero, señora... -protestó Tina- ¿no podríamos esperar un rato más? A lo mejor vuelven solos y no hay por qué alarmar a los padres.

-Y a lo mejor no vuelven y los padres vienen a preguntarle a usted dónde están sus hijos -le contestó la Directora.

-No, claro... yo no digo que no hay que avisar... pero, ¿tan pronto? -dijo Tina -. A lo mejor les evitamos el disgusto.

Justina temblaba de solo pensar en la cara de los padres y en las explicaciones que no iba a poder dar.
¡Y el Presidente de la Cooperadora! Los chicos eran un infierno, ella siempre lo había dicho. Eran demonios. Solo ella sabía la paciencia que había que tenerles. ¡Purretes del diablo! Ya se la iban a pagar.

-Justina, por favor, traiga los teléfonos -ordenó la Directora.

☆ Último Capítulo del Maraton. Me duele no subirles otros porque soy re ansiosa pero bueno así es todo.
Espero que les haya gustado!!

● ¿A quien se imaginan como la Dire?

●¿Alguien ama como los chicos del grado bancan tanto a nuestros protagonistas?
Los fugitivos se hacen querer.








Ángeles Caidos Del MapaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora