Estoy atrapado contigo

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"¡A la venta! ¡Miren señores! Esta vez les tenemos un buen ejemplar, un Omega con uno de los espíritu guía más productivos"

En algunas ocasiones, los recuerdos de aquellas trágicas noches venían a su mente. Pasaron dos años de aquellos sucesos, pero su cuerpo aún lo tenía presente; las cadenas en las muñecas, el mal estado de él y su carnero, las estafas contundentes, seguido del constante miedo de ser asesinado por los señores que eran timados por sus vendedores.

Y, por último, donde cada mañana sin abrigo alguno, vestido de trapos, era despertado cruelmente con agua fría  por esos comercializadores, a veces se decía a sí mismo que fue bastante afortunado de no morir y vivir para contarlo.

- Sin embargo...- dejó escapar de sus labios.

Observó por sobre su hombro al muchacho de cabello rubio el cual había recogido hace instantes. La fogata que hizo en la cabaña brindó el suficiente calor para estabilizar la temperatura de ambos.

Había realizado algo que jamás pensó que haría. 

Al final si terminó por traerlo. Cualquiera habría muerto por el frio azotador de afuera. No podía haberlo dejado simplemente a su suerte.

Izuku actuó con rapidez. Lo atendió con cuidado, y trató aquella herida que se percató luego de limpiar su cuerpo.

- Le realizaron un corte con un objeto cargado de veneno, casi muere de frio, pero sigue vivo, vaya...- Exprimió un pañuelo de la paila a su costado antes de colocárselo al joven alfa rubio en la frente mientras despejaba un par de mechones.

Se admiró por la vitalidad del cuerpo del muchacho para recuperarse, tenía mucho sentido que el espíritu animal resultara ser un lobo y también, se dijo, era poco de esos hombres que alguna vez cruzaron en su vida con un cuerpo bastante resistente, pues en su tribu, era costumbre verlos realizando más artesanías que trabajo forzoso y agotador. Lo consideraban pérdida de tiempo. Sin embargo, esa misma arrogancia terminó por destruirlos.

Izuku agitó su cabeza, aquellos pensamientos lo impacientaban en cada oportunidad pero no era lo indicado ahora. Tenía una prioridad.

Continuó haciendo la labor de antes, pasando el paño húmedo por el rostro del Alfa. La respiración del muchacho era pausada y sincronizaba perfectamente con su espíritu, quién dormía con su carnero en la esquina de la chimenea. La postura era divertida a los ojos del omega, ya que el lobo estaba encima de su carnero disfrutando de la lana pomposa. 

Significó un alivio grande para Izuku, pues eso indicó, pese a la leve fiebre, que el estado físico del muchacho no sufriría daños o secuelas.

- Los espíritus por desgracia no se pueden comunicar además de solo realizar acciones, de ser el caso hubiera podido descubrir de dónde provienes y el porque de tu presencia en estos lados...- mencionó solo, pues no iba a responderle de todos modos.

Divagó con la posibilidad de que ese extraño resulte ser un cazador, pero también elegia creer que hizo lo correcto en salvar a alguien, siempre teniendo en mente las palabras de su madre.

La noche sería larga y ya empezaba a sentir sus párpados cansados. Era hora de tomar una siesta.

Sacó unas pieles de cuero para luego colocar las mantas hechas especialmente de lana de su carnero encima, todo sobre el suelo de madera y puesto al lado de su otra cama donde dormía plácidamente Katsuki.

Poco a poco cedió su espacio como lugar de cobijo para aquel Alfa, pues no lo sintió una invasión grosera, además de que el lobo acompañante lo había lamido de forma cariñosa. Supuso que fue su manera de convencerlo. 

Smoke spirit-  bkdkDonde viven las historias. Descúbrelo ahora