Invitación

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Las luces de Navidad que colgaban en su departamento estaban encendidas, aunque aún faltaba mucho para diciembre.
Ella estaba sentada sobre su cama, sosteniendo un cuaderno lleno de garabatos y palabras sueltas.
- ¿Cuántos pros y contras deberían haber? ... todos los que se me ocurran pero... debo ser más exigente - tachó algunas palabras en ambos lados.
Estaba cerca la media noche y aunque estaba cansada más ideas vinieron a su mente, escribió una palabra en la hoja y luego tachó otra. Y luego garabateó todo.
Se echó con las manos en la cabeza.
- Qué debo hacer? ¿Qué debo hacer? Qué debería decirle a mis padres? NO - se sentó de golpe - Piensa en qué es lo que tú quieres... no es egoísta Nicole, puedes tomar tus propias decisiones de vez en cuando... de vez en cuando.
Miró el despertador y decidió que ya era suficiente, la ferretería donde trabajaba aún no había cerrado por lo que tendría que levantarse temprano por los siguientes días, al menos hasta que le den su última paga. Volvió la mirada a su cuaderno y decidió que nada de lo que tenía allí era relevante excepto por una palabra que estaba subrayada y encerrada muchas veces, no podía ignorarla, es por eso que parte de ella no quería regresar con Alex el siguiente día. Era evidente, demasiado, tanto que nadie dijo nada al respecto porque se daba completamente por sentado, tanto Alex como Diana y Val nunca hicieron mención de eso porque se sobreentendía. Todo lo que ellos hacían era peligroso, no por nada Alex se preparó para luchar apenas sintió el peligro, no por nada Diana es capaz de invocar un arma del aire, y Val no tenia esa habilidad solo por que le parecía gracioso, era porque tarde o temprano deberían enfrentarse a otros como ellos, otras personas que no dudarían en dejar a alguien herido en las vías de un tren.
Apagó las luces. No estaba segura de lo que haría el siguiente día, pero esperaba tomar la mejor decisión.

No tomó la mejor decisión. En la noche soñó que dominaba la magia, que era un Guardián de renombre y todo lo demás estaba difuso, sea lo que sea, hizo que se ilusionara con seguir adelante y no pudo evitarlo, toda la mañana, mientras estaba en la caja registradora trató de dejar fluir la energía en ella y estaba muy segura de haberlo logrado al menos dos veces, aunque no pudiera mantenerlo.
- Habitación 22, 23, 24... - murmuró, iba con un jean y una camiseta blanca con un logo de una llave inglesa, no había regresado a casa, decidió ir un poco más temprano de lo acordado, esperaba que no hubiese problema con eso.
Llegó a la puerta y tocó, pero no hubo respuesta, aún después de un rato. Volvió a tocar, y de nuevo, y de nuevo. No quería regresar a casa ya que ya había hecho el viaje hasta ahí. Soltó un suspiro y volvió a tocar. Solo estaba yendo una hora antes, ¿Cuál era la posibilidad de que ella no esté en ese momento? Por suerte, justo después de su último golpe, escuchó algo de adentro.

Se estaba relajando acostada sobre la arena y con los ojos cerrados, escuchando el viento, las gaviotas, las olas y el ruido de la gente, el agua apenas y llegaba a sus oídos, era un día soleado, Val y Diana jugaban con un balón de playa junto con personas que acababan de conocer, Ben estaba en la parrilla junto con Luz mientras cantaban canciones románticas. Alex sintió una sombra sobre ella.
- Cariño, al menos te pusiste bloqueador solar? - soltó en su tono despreocupado como siempre.
- ¿Qué es eso? - preguntó curiosa.
- Acaso es tu primera vez en una playa? -dijo en un tono gracioso.
Alex solo rió, sabía quién era pero al mismo tiempo no la recordaba, abrió sus ojos para verla y se sentó de golpe.
- ¿Quieres que te ponga el bloqueador? - dijo poniéndose un poco en las manos, no era una pregunta, lo haría de todas maneras.
Pero Alex no podía responder, sus ojos estaban más abiertos que nunca mientras sus manos temblaban, quien estaba con ella era una mujer un par de años mayor que ella, pelirroja, y era alguien que conocía muy bien, por eso mismo sabía que no debía estar allí. No era capaz de articular palabras.
- Que pasa? Te olvidaste de algo? - la chica pelirroja tenía una expresión preocupada y entonces.
Escuchó que golpearon la puerta, abrió los ojos y olvidó completamente lo que había soñado, pero decidió ignorar el ruido y seguir durmiendo. La puerta volvió a sonar y Alex hizo el típico sonido que hace cualquier persona cuando no quiere levantarse e intentó cambiar a una posición más cómoda, pero se cayó de la cama despertándose de golpe. Se incorporó, vio a su alrededor analizando la situación, ya recordaba cuál era su nombre y qué día estaba. Volvieron a tocar la puerta. Ya estaba algo consiente, miró su despertador, y entro en pánico.
- ¡¡¡Un minuto!!!
Salió de la habitación apresurada, su sala estaba hecha un caos, habían juegos de mesa en la mesita, un cartón de pizza en la mesa y algunos platos en el mesón, tiró el cartón, puso los platos en el lavadero con la esperanza de que no se notaran y tiró los juegos de mesa en su habitación, ahora su sala se veía más decente.
Abrió la puerta, lista para iniciar el día y recibir a su visita.
- Hey... buenos días... Nicole... entra - debía admitir que le costó conectar las palabras.
Y Nicole no esperaba eso, ella acababa de despertar, era más que obvio, entre su voz adormecida, sus gestos perezosos y su pijama, no había margen de error. Caminó tras ella observándola detenidamente, la diferencia de estatura entre las dos era poca, pero cuando la vio caminar adormecida así, no pudo evitar pensar que era como una niña pequeña que se levantaba durante la noche para ir al baño, se veía inocente e indefensa mientras se limpiaba los ojos con sus mangas.
- Ahm... estás bien? - soltó despacio - ¿A qué hora despierta ella normalmente? ¿Apenas te levantas?
- No, no - apenas se sentó en el mueble no pudo evitar bostezar y estirarse, luego, se detuvo a meditar unos segundos con los ojos cerrados - sí ... lo siento es que... - bostezó de nuevo - nos quedamos hasta tarde anoche y ... - hizo una pausa para recordar lo que estaba diciendo - si, recién me levanto.
Hubo un largo silencio mientras Alex trataba de despertar correctamente. Hasta que logró quitarse la pereza.
- Dame un momento sí?
Nicole asintió.
Ella fue a arreglarse en su habitación dejándola sola en la sala, frente a un televisor enorme, y aunque el control estaba frente a ella en la mesita, pudo resistir el impulso a tocar algo que no era suyo.
- Supongo que es normal ¿no? Es como cualquier otra persona, no por ser un "Guardián" quiere decir que no duerme, que no sea torpe o que no usa una pijama dolorosamente rosada junto con unas pantuflas de Jigglypuff, es decir, parece bastante olvidadiza y nada ruda... supongo que no debería sorprenderme... yo también usaría esas pantuflas... - durante un buen rato pensó en la discrepancia entre los "sabios maestros" que siempre veía en la TV y la "agradable maestra" que tenía. No le gustaba. Alex parecía ser alguien irresponsable, y Nicole odiaba a las personas irresponsables. No dudó en rechazar a varias personas en los trabajos grupales, y mucho menos dudó en echar a los que solo estorbaban, aunque claro, eso no siempre daba buenos resultados, a veces no podía echar a todos de su grupo.
Alex salió de su habitación, se veía más decente, ya no parecía una niña que posiblemente aún duerme con un oso de peluche, parecía más una joven universitaria que no entendía como funcionaba el mundo y que creía que después de la universidad, sería fácil encontrar un trabajo. Ahora solo le faltaba el desayuno/almuerzo, así que se dirigió hacia la cocina, revisó su nevera bien abastecida y sacó un cartón de leche junto con una caja de cereal. Estaba a punto de servirse cuando se detuvo sin avisar, un pensamiento llegó de repente - ¿Qué clase de maestra desayuna cereal con leche en la tarde? - en realidad no pensó eso, ella lo hacía bastante seguido, solo se detuvo a pensar por un momento mientras veía la caja de cereal, tenía una idea en la punta de la lengua.
- Nicole ¿Tienes hambre?
- Supongo que podría comer algo ¿Por?
La idea acababa de concretarse. Sonrió ampliamente
- ¿Quieres salir a comer algo?... yo invito.
- Ahm... segura? No deberíamos esperar a Emily?
- No nos tardamos, será rápido - guardó las cosas en la nevera, y fue a su habitación a cambiarse lo más rápido posible.
Cuando salió, salió igual, Nicole esperaba verla diferente de alguna manera pero seguía pareciendo una simple joven optimista, quizás sea porque de alguna forma, si lo es.
- ¡Vamos! - dijo saliendo.
- ¿Y si Emily llega cuando no estamos? - fue tras ella.
- No tardaremos, y en todo caso dejé la puerta abierta.
- Segura?
- Sí, siempre la tengo abierta de todas formas.
- ¿Qué? Eso no es peligroso?
- Nah, no tengo nada valioso ahí.
- ¿Nada valioso? Ese televisor vale más que mi vida... Si tú lo dices - ahora no estaba segura si era irresponsable o... bueno, ese lugar era caro, tal vez no debía haber riesgos... ¿tal vez?
- ¿Qué te gustaría comer?
- Ahm, cualquier cosa está bien, no hay problema.
- Bueno, igual mi idea era ir al restaurante cruzando la calle.
Nicole asintió, le daba igual, mientras la estuvieran invitando no tenía ningún inconveniente.
- ¿Cuándo fue la última vez que me invitaron a comer? Hmmm, claro, después de entregar ese trabajo del demonio, fue en un lugar bonito, bien merecido, fue un, un... - se detuvo antes de entrar - ¿A-aquí?
- Claro, ya has venido? - dijo y de inmediato Nicole la quedó mirando de forma peculiar.
- No.
- ¿En serio? Te va encantar, la comida aquí es riquísima.
Subieron al segundo piso para tener una mejor vista, aunque en palabras de Alex, no es nada impresionante, siempre es la misma calle, los mismos edificios, no había mucha diferencia en comer ahí o en la planta baja, excepto tal vez por el cansancio de subir y bajar. Claro que Nicole no opinaba lo mismo, aún si no lo decía, era obvio que le gustaba.
- Así que ¿Qué te parece? Un buen lugar para comer ¿no?
- ¡Sí! - exclamó mirando todo, pero de inmediato cortó su entusiasmo - si, es-es muy bonito - dijo más tranquila.
- ¡¿Verdad?! Platos bonitos, mesas bonitas, bonita decoración, y la comida es muy buena, yo creo que es genial.
- Sí - suspiró, apoyando su cabeza en su mano mientras miraba por la pared de cristal - definitivamente es genial.
Alex iba a decir algo más, pero no quería interrumpir los pensamientos de Nicole, parecía estar apreciando el momento, tratando de hacer un recuerdo duradero, diría que es algo trivial, pero le traía los recuerdos de la primera vez que llegó a ese mundo, por lo que compartía esos sentimientos.
- Ahm, tengo ¿Tengo algo en el rostro? - preguntó Nicole al darse cuenta que Alex la estaba mirando mucho.
- No no, solo estaba recordando algo.
Les llevaron el menú y Nicole agradeció que estuviera siendo invitada, de lo contrario solo habría pedido un vaso con agua y se hubiera marchado. Alex por otro lado solo dijo: lo de siempre.
- ¿Vienes aquí seguido?
- Siempre que no tenga ganas de cocinar.
- Hm, claro, lo normal, supongo - sacó su teléfono para revisar la hora, pero en ese momento se dio cuenta que no debía sólo esperar, la estaban invitando, Alex estaba siendo muy amable con ella, lo menos que podía hacer era tratar de dialogar. Guardó su teléfono - hm... - trató de pensar en un buen tema - ¿Comida favorita? No, tal vez muy superficial, ¿Anime favorito? No, si no ve seguro pensará que soy rara, ¿su familia? Muy personal, tal vez hobbies, sí, eso eso.
- ¿Sabes? me sorprendió que pudieses responder a todas mis preguntas ayer - Se adelantó Alex.
- En serio?
- Sí, aaahm, puede que halla exagerado un poquito con las preguntas, es decir, algunas las saqué de Internet.
- Lo sabía.
- Porque me parecieron divertidas, pero sentía que me podían ayudar a conocerlas, así sea un poquito más, es decir, puede, puede que no todas hallan sido necesarias.
- Lo imaginaba.
- Pero ahora sé que también ves las series que yo veo, es más, te apuesto a que puedo adivinar cuál es tu personaje favorito.
- Ah sí? - en ese momento llamó toda su atención.
- Sí. Amas a los caballeros.
- Quién no?
- A los traumados.
- No lo digas así.
- Y sobre todo... todo... - trató de recordar alguna respuesta que le fuese útil y entonces - ya! Zuko.
Se sorprendió, fue lo suficientemente acertado como para pensar que tenía buenas habilidades para adivinar, pero Nicole era más lista.
- Viste la pantalla de mi teléfono.
- Sí - dijo entre risitas.
- Eso no fue tan espectacular como esperaba.
- Ja! Podría haberlo adivinado.
- No lo creo.
- Sí, te pareces bastante a Diana, y ella ama a Zuko, de verdad lo adora.
- Dos cosas, primero ¿Quién no lo ama? Y dos, tiene buenos gustos.
- Ella diría exactamente lo mismo.
Nicole asintió en muestra de aprobación.
- Apropósito ¿Ellos ya se fueron?
- No, están por ahí haciendo patrullas, me dijeron que debía centrarme en enseñarles así que de momento me estarán cubriendo.
- Ya, entiendo ¿Ustedes son familia?
- No, solo amigos, y creo que son los únicos que tengo en realidad jaja... no suelo salir mucho - soltó como si fuera una torpeza.
- Hm... por cierto, Diana dijo que su magia estaba restringida, puedo preguntar...
Realmente quería hacer esa pregunta, pero tuvo que detenerse, una pequeña familia se acercó a la mesa.
- Disculpe, usted es Alex Birdland ¿No es cierto?
- Ahm, si, sí ¿Por qué pregunta?
- Me alegro mucho - el padre miró alrededor como si pudieran estarlos observando, bajó la voz - hay rumores por ahí de que usted está, ehm, muerta, debe saber sobre eso.
- Si si, no hay problema, eso ya se resolvió, no se preocupen - dijo en tono tranquilizador.
- Es un alivio, mi esposa y yo estábamos pensando en que deberíamos cambiar de distrito si eso sucedía.
- ¿Qué? No ¿Porqué?
Nicole debía admitir que jamás sospecharía de ellos, eran una familia completamente normal, una madre y un padre jóvenes y un niño saludable, se veían felices, y por lo que estaban diciendo, venían de algún otro "mundo", y sobre todo parecían que admiraban mucho a Alex, el padre hizo que su hijo la salude amablemente y la madre la tomó de las manos (poniéndola un poco roja) y le deseó que le fuese bien en todo lo que se propusiera.
- Ella es nueva? - preguntó dirigiéndose a Nicole, tendiéndole la mano - un gusto, Ramond, vengo de Yggdrassil.
- Ni-Nicole, de aquí mismo.
- Ella no es nueva, es mi aprendiz - corrigió ruborizada por la amabilidad de ellos.
- OH, ya entiendo, me alegro, tiene una buena maestra.
El niño se acercó a ella.
- ¿tú también vas a ser un super héroe? - preguntó de forma dulce.
- Guardián hijo, guardián - corrigió la madre cargándolo.
- Si - soltó con gesto de asombro - sí, también lo seré - terminó sin estar segura de lo que dijo.
- Bueno, espero que tengan bonita tarde, nuestro señor provee, buen provecho.
- Cla-claro, sí, muchas gracias.
Y se retiraron.
Alex bajó la mirada teniendo las manos en sus rodillas, estaba completamente roja, casi echaba humos.
- Esto...¿te ocurre seguido?
Negó con la cabeza enérgicamente.
- No - dijo como si estuviera cerca de llorar, se pasó las manos por la cara y se movió el cabello - no, definitivamente no así, ellos... fueron muy amables, muuy amables - soltó queriendo reírse.
- Si... parece que de verdad te aprecian... ¿no se habrán equivocado de persona?
- Oye!
En poco tiempo les llevaron su pedido y la comida se veía exactamente como en el menú: caro.
- Ya habías probado algo así?
Siendo justos, ni quiera sabía que era. Negó ligeramente, no podía decir que no se veía apetecible, sin embargo, lo que realmente le preocupaba era no poder seguir todas las reglas de etiqueta, solo sabía lo que le habían enseñado en casa y no era mucho precisamente, aquella familia se veía refinada, todos allí lo parecían, decidió que imitaría a Alex pero... parecía que ella tampoco estaba consciente de las normas.
Tragó.
- Esa camisa pareciera de un uniforme.
- Es mi uniforme de trabajo - soltó empezando, en ese momento se dio cuenta que la comida estaba realmente buena.
- Oh... vienes de trabajar? En que trabajas?
Aún no eran las 2 de la tarde, pero Emily ya había llegado al departamento, había tenido la idea de que no habría problema en llegar temprano, ahora se daba cuenta que al menos tendría que haber hecho una llamada.
Por otro lado, Alex y Nicole habían olvidado que tendrían que regresar, habían empezado a conversar lentamente, solo para luego perderse en sus opiniones de sus series favoritas, resulta que tenían gustos similares. Era un poco difícil seguirles el paso.
- Bueno, en todo caso, yo digo que hubiera sido mejor si se quedaba con la otra chica.
- Pero ten en cuenta que ya se conocían desde pequeños.
- Pero y????? Eso no importa ¿Para qué nos muestran todo su desarrollo si luego se va a quedar con la amiga de la infancia? yo digo que no tiene sentido.
- Bueno... que todas fuesen chicas tampoco ayudaba, yo creí que quedaría sola.
- Mmmmmm... quizás y tampoco quedaba mal, pero aún así...
Tardaron un poco en darse cuenta que debían volver. Agradecieron la comida y Alex pagó en efectivo. También le dijo a Nicole que no tenía que agradecerle, que no era nada.
Nicole debía reconsiderar algunas cosas en su cuadro de pros y contras que podrían tener aprender magia.
- Pero entonces ¿se te hace más difícil dibujar las manos o los rostros? - preguntó mientras iban por el pasillo.
- Las manos, aunque aún me salen los ojos diferentes.
- Mmm, si quieres puedo ayudarte con algunos consejos.
- En serio?
- Si, aunque recuerda que yo aún estoy aprendiendo.
- Aprendiendo? Después de como me dibujaste? En serio? Me sorprende que no seas una artista.
Nicole se sonrojo un poco.
- En realidad eso solo fue por el momento, no me han vuelto a salir igual.
- Oh, supongo que te ha de faltar algo de inspiración.
- Puede ser.
Llegaron a la puerta y cuando Alex tomó el pomo sus sentidos se dispararon, había alguien adentro. Pateó la puerta irritada, pero entonces se dio cuenta que quien estaba adentro era solo Emily después de casi sufrir un infarto.
- Ah, estabas aquí, la-lamento haberte asustado, pensé que podría ser alguien más.
- ¿Qué diablos?
- ¿Por qué pateaste la puerta?
- Ahm... instinto, supongo - soltó una risita nerviosa - ¿Qué tiempo llevas esperando? - continuó, omitiendo su comportamiento violento.
- No mucho...
Alex empezó su clase después de contarle a Emily que habían salido a comer.
Ese día iba a ser sencillo para ambas, casi no iba a haber teoría, en su lugar, solo práctica.
- Primero ¿Qué tal les fue? ¿Pudieron practicar como les había dicho?
Ambas asintieron, pero cuando Alex preguntó más, respondieron que en realidad no lograron nada significativo, Emily únicamente hizo parpadear la luz guía de su varita, y aunque Nicole sentía que estaba apunto de dejar fluir la energía, no lograba empezar realmente.
- Hmmmmmm... bieeeen, ¿Qué tal si lo intentamos de nuevo? Emily ¿Puedes?
- Sí.
Se sentó cruzando las piernas para mantenerse lo más estable posible, extendió su mano sosteniendo la varita de práctica y se concentró.
- No te preocupes Nicole, luego voy contigo murmuró.
Ella asintió, estaba más interesada en ver lo que Emily hacía, aunque ver como una luz parpadeaba no era precisamente muy impresionante.
- Ok cambiemos de estrategia - dijo Alex al ver cuanto se esforzaba.
Solo estuvo con Emily unos minutos, la hizo cambiar de posición y le explicó de nuevo lo que debía hacer, luego la dejó allí practicando sola.
- Estará bien?
- Sí, solo debe seguir intentando, ahora tú ¿Puedes hacerlo?
Negó.
- ¿Te gustaría que ponga mi mano en tu espalda como hizo Val?
- Si por favor.
- Bien, ¿él te explicó como funciona la brujería?
- Si, un poco.
- Sobre almacenar energía para luego usarla.
- Sí - la mano de Alex era más pequeña - me explicó eso.
- Entonces sabes cuales son los tres principios.
- No, no los llamó así.
- Hm, bien, voy a empezar ¿lista?
- Sí.
La energía fluyó por la fuerza en su cuerpo, tal como lo había hecho Val, lo sintió claramente, sus pupilas se dilataron, sus poros se abrieron y se erizó su piel, pero no ocurrió nada más.
- Espera - interrumpió Nicole.
- Ocurre algo? - dijo quitando su mano.
Se sentía extraña. Como si algo faltara.
- ¿Lo hiciste?
Asintió, no tenía ninguna duda.
- Pero no me sentí diferente... no como antes.
- Oh, eso, no, no debería de volver a pasar, la visión que tuviste no se va a repetir, al menos no ahora.
- Por qué?
- Tu cuerpo ya se adaptó, puede que aún no sepas como hacerlo, pero tu cuerpo lo tolera, recuerda, al principio es tan fuerte que satura tus sentidos, luego tu cuerpo trata de entenderlo, y ahora es capaz de soportarlo, supongo que debiste sentirte rara ahora mismo, luego dejarás de sentir algo cuando dejes fluir la energía.
- Oh - no le habían explicado eso - Es... es como perder sensibilidad.
- Hmm, creo que más bien es como ganar resistencia.
- Es lo mismo.
- Bueno, lo intentamos de nuevo?
No podía negarse, debía hacerlo.
- Concéntrate, inhala y exhala, tú puedes, vamos.
Y lo hizo, una, dos, tres veces, por breves períodos de tiempo, no más de 10 segundos, pero después de algunos intentos empezó a sentirse mareada. Alex le pidió que descansara y entonces volvió con Emily a ayudarla.
Nicole quería evocar ese sentimiento, trataba de recordar el lago en el que flotaba, el sentimiento de estar ahí, pero aunque tenía la clara imagen de aquello, no podía replicarlo, y no lo entendía.
Poco después Alex volvió con ella y decidió hacer algo bastante interesante, no lo dijo, solo lo hizo, empezó y, unos segundos después, alejó su mano de la espalda de Nicole, en completo silencio, y Nicole continuó, dejando fluir la energía por si sola, de forma inconsciente.
- Lo hiciste! - soltó sin querer.
- Hm?
- De nuevo.
No lo entendió pero siguió.
Y lo hizo de nuevo, dejándola sola, viendo como ella podía hacerlo sin saberlo, mientras se enfocaba en el sentimiento de dejar fluir la energía en su cuerpo.
- Una vez más.
Asintió, sintió la mano de Alex en su espalda y cerró sus ojos, empezando a centrarse en la energía que fluía. No sabía como describirlo por mucho que trataba de encontrar las palabras. Cambió, Alex le dio un abrazo, eso sí lo podía definir, cálido, con sus brazos rodeándola, sintiendo sus pechos en su espalda, pesada, molesto, incómodo.
- Ahm, Alex... ¿Por qué? - preguntó tratando de no sonar incomoda.
Y ella la sacudió.
- Ya puedes hacerlo sola! No hice nada, solo lo hiciste tú.
- Qué?
- De nuevo.
- No espera, ya no estabas haciendo nada?
- Ajam - dijo orgullosa.
- OH... - se tocó la frente procesando eso - es mentira? - preguntó incrédula.
- Nope, para nada.
Volvió a pensar un momento más.
- ¿Puede ser que tenga talento? - preguntó emocionada.
- Puede ser - respondió mirando a otro lado.
- De verdad? - eso lo preguntó Emily, tenía la varita con la luz guía encendida.
- Haría falta más práctica para saberlo, pero ¡oye! ¡También pudiste!
La tarde pasó bastante rápida mientras ellas se concentraban en mejorar, y cuando Val y Diana llegaron, Alex no pudo evitar jactarse de ser una maestra tremenda, que en el segundo día había logrado hacer que sus estudiantes den un paso más hacia su, hm, perfección, sí. Y aunque Diana y Val sabían que lo que habían hecho no era algo impresionante, no les iban a quitar el sentimiento de victoria, de todas formas, las derrotas llegarían con el tiempo, si o si. Por ahora decidieron tomarlo con calma. Cuando Alex les contó que había salido a almorzar con Nicole, dijeron que sería una muy buena idea que lo hicieran todos juntos. Nadie se negó.
Se despidieron durante el atardecer y acordaron que se verían el siguiente día un poco más temprano.
- Que envidia - dijo mientras caminaban a la salida - ese lugar es caro, y Alex te invitó... ¿Le diste gracias?
- Claro, no olvidaría algo así.
- Lo sé lo sé, solo bromeo... - Emily observó detenidamente a Nicole, la había estado viendo durante todo el día sin que se diera cuenta, no solo porque fuese más bajita, sino porque le parecía curiosa - hm, hoy... no, sabes, olvídalo.
¿Que ibas a decir?
- Nada, solo... ¿sobre que hablaron?
- No mucho en realidad, solo, ahm... anime.
- Oh claro, a ustedes les gusta eso ¿no? Tienen algo en común.
- Si, supongo - debía admitir que le molestaba que Emily fuera alta, en todo lo demás le caía bien, pero eso le daba un aire de superioridad molesto.
- Hm, últimamente he tenido bastante tiempo libre, hay algún anime que me recomiendes?
- Banana fish - no lo pensó, literalmente, cuando alguien le decía esas palabras su respuesta automáticamente era "Banana fish", miró hacia otro lado y se tapó la boca, no podía creer que eso aún le ocurría.
- Banana... fish?
- Si, ahm, si, es recomendable, es de acción y mafias, bueno, en realidad no sé que te gusta así que no sabría si te va a gustar pero, creo que.
- Es tu favorito ¿No?
- Seh, digamos que si.
- Bien bien, trataré de verlo hoy, y mañana te diré que tal.
- ¿Espera un momento, ella aceptó mi recomendación? ¿De verdad?
- Si, por qué no? Tengo tiempo, además, ya me cansé de leer los libros de mi casa ¿Señor de los anillos? Pfff, mejor, ahm, no sé, mundodisco? - se encogió de hombros esperando que no halla sido lo opuesto a un comentario gracioso.
- Lees? - no entendió la referencia, pero ya le había dicho algo interesante.
- Claro, mi madre de verdad se esforzó en que eso fuese un hábito en mi, lastima que no insistió tanto en mis hermanos.
Irónico, en la universidad solo conoció a dos personas aficionadas a la lectura, los profesores(era trampa decirlo así, pero no recordaba cuantos había tenido así que...) y ella misma. Asintió.
- Tienes hermanos?
- Solo me harás preguntas ahora?
- No no, solo pensé que serias hija única.
- No, uno está en colegio y la otra en escuela, supongo que tuve suerte en ser la mayor.
- Puede ser, aunque a mi he hubiera gustado tener un hermano mayor, creo que habría sido útil en la escuela.
- Acaso te molestaban?
- Seh, digamos que un poco, antes usaba unos lentes más feos y, ahm - se señaló la cara sutilmente - Supongo que ahora soy un poco más decente.
- Nah, no digas eso, te ves bien - le dio un ligero codazo.
- Con la ropa de la ferretería, seguro que sí, bueno, nos vemos mañana.
- Cuídate - se despidió con un beso en la mejilla - no olvides venir temprano.
- No lo olvidaré.
No iba a poder hacerlo aunque quisiera, Alex dijo que no había problema en invitarla de nuevo, y Val dijo que sería irrespetuoso no aceptar. ¿Cómo podía sentirse tan mal por ser invitada? Era ilógico. Pero ahí estaba, tumbada, viendo las luces navideñas encendidas, sintiendo que se aprovechaba de la amabilidad de otros.
Tenía envidia. Y se sentía mal por eso. Jamás se habría descrito como una envidiosa, todo lo contrario, estaba segura que nunca lo sería pero... Ese restaurante era tan bonito, y las personas que saludaron a Alex fueron tan amables.
- Incluso Alex fue tan agradable todo el tiempo, tanto como para no importarle invitarme... No debería pero... quiero volver.
Tomó de nuevo su cuaderno y arrancó la hoja de pros y contras, empezó de nuevo, escribiendo lo que ahora sabía.
- Un mes, en un mes ya debería tener bien en claro si quiero continuar o no, debería tener suficiente información, no quiero arriesgar mi vida sin saber antes que valdrá la pena.

Magia 7: NeutralDonde viven las historias. Descúbrelo ahora