Hacía sol. Estaban bajo las carpas alrededor de la arena. Había bastante gente aunque la mayoría eran mirones, algunos otros intentaban aprender de lo que veían y otros serían el evento principal.
- Que recuerdos - Tenía la mano puesta en el hombro de Alex, realmente confiaba en su alumna.
- Samantha Birdland - la llamaron desde la carpa principal.
- No te preocupes - le dijo sonriente - tú puedes.
Alex solo asintió mientras mantenía una expresión seria para evitar que la invada el nerviosismo.
- ¡Tú puedes Alex! ¡Buena suerte! - la animaron sus más recientes amigos.
Estaba nerviosa, cuando entró en la arena tropezó, todos la vieron, intentó no perder la compostura pero fue muy difícil, estaba roja de la vergüenza.p
En la carpa principal estaban tres jueces, sin embargo dos de ellos no hablaban a menos que sea realmente necesario.
- Samantha Birdland - repitió la directora, una mujer de más de 80 años pero que no aparentaba más de 50, aún así, su presencia era intimidante, miró por unos segundos a Alex y luego vio hacia las carpas de atrás, la maestra de Alex le sonrió - Me sorprende que una maestra como ella tenga una alumna... como tú - se acomodó sus lentes - sin embargo, no te habría traído a menos que esté segura de que eres capaz, te encuentras aquí para dar tu prueba práctica ¿no es cierto?
- S-Sí.
- Hm... Hemos decidido que tu prueba consistirá en un combate, éste será tu oponente - señaló hacia un joven que acababa de salir de las carpas, llevaba una máscara, sólo se podían ver sus ojos - tu objetivo será incapacitarlo o sacarlo de la arena en menos de cinco minutos mientras proteges a una pequeña familia - los asistentes de la directora llevaron un cartón con el dibujo de una mujer y un niño hacia el otro lado del campo - si sales de la arena, quedas incapacitada o la familia es herida, estarás reprobada y no podrás dar la prueba hasta el año que viene ¿Lo entiendes?
- Sí - respondió asintiendo.
- Hm... muy bien, a sus lugares.
Alex no podía quitarse el nerviosismo aún.
- Tu pue... - Val fue interrumpido
- No, ella necesita concentrarse - dijo la maestra de Alex sin siquiera voltear a verlo.
Diana la observó por un momento, ciertamente se veía como una mujer muy seria, era alta, pelirroja, llevaba unas gafas de sol y tenía una sonrisa que denotaba exceso de confianza.
Alex llevaba unos guantes negros, ese era su único equipamiento para el combate, el resto era ropa común, por otro lado, su oponente sí estaba más preparado, vestía de negro y sus brazos estaban cubiertos por cintas negras como si fueran vendas, eran muchas y hacían que sus brazos se vieran el doble de gruesos.
Ya estaban en su posición.
- Muy bien, el combate empezará en 3...
- Ya! Concéntrate.
- 2...
- Olvídate de los que están alrededor.
- 1.
- Y mira al que está al frente.
Se puso en guardia, tensa, lista para el combate, enfocándose únicamente en lo importante y bloqueando todo lo demás pero... algo no estaba bien. El sujeto contra el que debía luchar no se puso en guardia o atacó, solo se sentó en el suelo con las piernas cruzadas, como si hubiera empezado a meditar.
- Ahm... - Alex se relajó y levantó la mano - ¿Ya empezamos?
La directora asintió levemente.
- Ajá... ok - volvió a ponerse en guardia pero su oponente no lo hacía - por qué no me ataca? -Dio un paso adelante para tratar de verlo mejor pero retrocedió de inmediato - No, si no sabes que hace mejor no te acerques - retrocedió un poco más por precaución. No estaba segura de cómo debía actuar, no había entrenado para una situación así.
Las personas habían comenzado a murmurar y los segundos transcurrían mientras ninguno de los dos se movía.
- ¿Qué hago?¿Qué hago? No, cálmate, inhala, exhala, debo derrotarlo, eso haré, eso haz.
Decidió no pensarlo demasiado y empezar a actuar, alzó su puño y golpeó el suelo agrietándolo.
- Se lista Alex, recuerda tu entrenamiento - tomó una piedra y la lanzó al oponente esperando a que ocurra algo, y si funcionó, la piedra se deshizo antes de llegar a el.
Se detuvo a pensar por un momento y luego tomó una piedra más grande y la lanzó, pero antes de soltarla la rompió lanzando muchos pedazos como proyectiles.
El oponente ni siquiera se movió, ni siquiera abrió sus ojos, y aún así ninguna roca lo tocó, pero para Alex ese movimiento fue útil, había aprendido algunas cosas.
En primer lugar no se trataba de una barrera, las rocas se rompieron a distintas distancias, además que no se rompieron todas, solo las que parecían que lo tocarían. Debía pensar rápido, muy rápido, ya había pasado más de un minuto y ese fragmento de información no era suficiente. Alex golpeó el suelo con sus dos manos, rompiéndolo aún más y levantando una nube de polvo para ocultarse, eso era lo más interesante que había sucedido hasta ese momento. La directora prestaba mucha atención pero también se veía aburrida, no parecía que el combate llegaría muy lejos.
Pero Alex tenía que terminar su examen, y debía aprobar si o si. Hubo movimiento dentro de la nube de polvo, se escuchó el movimiento de grandes rocas, solo para que un segundo después Alex las rompiera lanzando cientos de trozos hacia su oponente, solo como una distracción, inmediatamente después ella salió corriendo de esa nube queriendo hacer un ataque frontal, decidida a golpear a su rival tan fuerte como para acabar con él.
Las primeras rocas se hicieron pedazos hasta que Alex salió de la nube y su prioridad cambió, pero ella era mucho más rápida, logró acercarse en un segundo y apretando su puño lo golpeó, aunque más precisamente golpeó el aire, por que él no estaba allí, en ningún momento lo estuvo.
La directora sonrió y Alex se quedó estática, sin saber que debía hacer, tratando de procesar lo que eso significaba.
El oponente estaba en medio de la arena y en lugar de tener lleno de vendas su brazo derecho, sostenía un látigo. No dudó y en cuanto Alex se detuvo saltó hacia ella, enrollando su látigo de nuevo en su brazo, hinchándose hasta tres veces su tamaño, listo para sacarla de la arena con un golpe, sin dejarla reaccionar.
Alex no pudo moverse, solo recibió el golpe y se deshizo. Literalmente.
Retrocedió sorprendido, Alex había estado allí hacia un segundo y luego... su golpe no conectó con nada. Logró divisar unos insectos que desaparecieron en el aire sin más. Le habían jugado casi el mismo truco.
La directora tuvo que admitir que ese fue un giro inesperado. La nube de polvo del lado de Alex seguía ahí, de hecho, en ese momento la pudo escuchar tosiendo, todos la escucharon, ella nunca había salido de su lado de la arena.
- OK, entiendo, ilusión, ilusión, el se estaba acercando despacio y fingía una barrera, tiene sentido, pero ya perdió su ventaja - se tapaba la nariz con su blusa mientras con la otra mano deshacía rocas para mantener la nube - ahora debo ganarle en un combate frontal.
El joven de la máscara desató los látigos de sus brazos y decidió por optar a una estrategia más ofensiva, pero no podía lanzarse a la nube a ciegas.
Hubo otra pausa de varios segundos hasta que Alex volvió a moverse y empezó a golpear el suelo, mucho, no se podía ver nada de su lado y los organizadores estaban pensando en que tendrían que rehacer la arena.
Ya quedaba menos de dos minutos.
- Bien, ahora sí.
Lanzó más rocas, pero esta vez eran mucho más grandes que las anteriores, por otro lado su oponente ni siquiera pensó en destruirlas, las esquivo de un salto y agarrando con sus látigos la más grande que vio, dio un giro junto con la roca y la lanzó de vuelta. Era un movimiento peligroso porque si ella no lo veía venir saldría muy herida, pero eso siempre era una posibilidad.
La roca entró en la nube con tal fuerza que la disipó al impactar y se hizo pedazos, pero no hirió a Alex, ella estaba intacta mientras usaba un extraño escudo con forma de polilla.
Todos estaban sorprendidos, sobre todo por el momento en que el escudo empezó a moverse y luego se separó de Alex volando, quedándose cerca de ella como si estuviera escoltándola.
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Magia 7: Neutral
FantasiaNicole es una buena estudiante universitaria, lástima que su situación económica no le permita seguir siéndolo, y sin estudios ni trabajo, ella no es nada, nada excepto un manojo de depresión y decepciones. O al menos así será hasta que conozca a un...