05

2.4K 203 53
                                    

—¿Ma-mande?

—Lucía, estoy en tu regazo, sintiendo tu erección en mi entrepierna y me estoy excitando, por favor, quiero chupártela y después quiero que me la metas.

—¿Ya? —la mayor suspiró, y llevó sus manos a su rostro, frustrada. Sólo rió, tratando de ocultar la frustración, y la miró.

—¿Nunca te la han chupado? —y el rostro confundido de Lucía le hizo saber que era así—. ¿Nunca has tenido... sexo?

El sonrojo que atacó su rostro le demostró que en realidad la menor, puede que nunca, ha tocado a una mujer desnuda o la ha visto fuera de los manhwas o algún video sucio.

Amelia la vio fijamente mientras acariciaba su mejilla con su lengua, y cerró sus ojos. Cierto, había olvidado que quería chupársela a una otaku friki que su único pasatiempo era jugar videojuegos y leer manhwas eróticos.

Sólo negó y bajó de su regazo, sentándose junto a ella. Lucía comenzó a jugar con sus dedos mientras se hacía bolita y miraba sus dedos, nerviosa, tragando saliva.

—A los quince besé a una chica...

—Está bien, Lu —sacó su celular, viendo la hora. Apenas eran las 9 y ella no quería volver a su departamento de nuevo. Sólo suspiró.

—Es sólo que nunca me han... me han tocado, o, no me han dicho esas cosas...

Amelia mordió su labio mientras la volvía a ver, poniendo ojitos.

—¿Nunca te preguntaste cómo se siente? —comenzó a pestañear varias veces, acercándose a ella y posando su mano en su muslo, sonriendo

—Bu-bueno, ehm... —su pequeña sonrisa pervertida le hizo saber a Amelia que su menor no era esa inocente que se sonrojaba por cualquier cosa, y sonrió, comenzando a acariciar con su dedo ese muslo que estaba cubierto por el pantalón—. So-sólo me han dicho que se siente bien...

—¿Y no te gustaría sentirlo? —vio como la castaña arqueó sus cejas mientras veía la tele en el menú de selección de personajes, evitando mirarla—. Saber cómo se siente...

Se acercó a su cuello, y subió a su oreja, atreviéndose a chuparla, llevando entre dientes y haciendo a Lucía gemir bajito para apretar más sus piernas y suspirar, cerrando sus ojos. Tragó saliva de manera fuerte.

—He tenido curiosidad... —admitió mientras veía a Amelia fijamente, ahora, pero después bajó su mirada de forma tímida—. Amel8a... tú, tú quieres hacerme una felación, ¿verdad?

Qué correcta era su menor, fue lo que la mayor pensó mientras acariciaba su rostro y asintió, besando su mejilla, y después su quijada.

—Entonces, yo... Dios... soy una pervertida —volvió a llevar sus manos a su rostro y se quejó sonoramente—. ¿Puedotocartuspechos?

—¿Mande? —la mayor se acercó a ella tratando de comprender las palabras de la castaña, que tragó saliva y volvió a jugar con sus dedos.

—Si yo... ya sabes... ehm, to-tocar tus... pechos.

Y Amelia sólo tomó las manos de la menor poniéndolas en su pecho izquierdo, haciendo a la menor gemir de forma rápida.

—Puedes tocarlos todo lo que quieras, cariño —y notó cómo la castaña se convirtió en una cereza de forma rápida.

—Puedes tocarlos todo lo que quieras, cariño —y notó cómo la castaña se convirtió en una cereza de forma rápida

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Reviví

Ice Cream | Lumity betaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora