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—¿Cómo te ha ido en la escuela?

—Diez en todo, ya sabes cómo es mamá —Amelia asintió, tomando la pizza entre sus manos, y volteó a ver a Lucía, que sólo veía su pantalón nerviosa. Volteó a verlo.

—¿Algo que te interese más que eso?

—Me gusta la mecánica, ya sabes, jugar videojuegos, esas cosas —los ojos de la mayor viajaron rápidamente a la castaña que se sentó mejor y vio a su hermano fija, sonriendo.

—Pues Lucía tiene robots y las mismas aficiones que tú, juntarte con ella te hará algo bien —ahora la vista de su hermano fue a la castaña y sus ojos se achicaron por sonreír, sonrió con dientes, y se paró.

—Tenemos tantas cosas de qué hablar...

—¿De qué hablas? Primero come tus pizzas, tus dos rebanadas, no gasté dinero para que no quieras comer —Edrick asiente, sentándose de nuevo y volviendo a comer, haciendo un puchero.

Amelia había aprovechado para ir con Lucía a su cuarto y hablar, apenada.

—Lamento que estés envuelta en este problema familiar, Lu, y lamento que hoy no-

—No te preocupes por eso, Amy, lamento no haber parado aunque te veías algo preocupada, la próxima vez me fijaré en todo —Amelia sonrió, abrazándola, y se acurrucó en su hombro.

—Muchas gracias por estar aquí, Lu, es difícil para mí, pero que tú estés aquí me alivia, aunque luego me preocupa.

—No te juzgaré por nada, Amy, no te preocupes por eso, y si quieres que sólo guarde silencio mientras esté aquí, está bien —Amelia niega, acercándose a besarla, y entrelaza sus manos detrás de la nuca de la castaña para seguir besándola.

—No, ya le agradas a mi hermano, la próxima vez creo que hasta iré con él a tu departamento, ¿podemos?

—Podré mostrarle mis robots, figuras, mechas, podremos hablar sobre robótica y mecánica, podremos hablar sobre...

Lucía no hablaba sobre eso con ella más que sólo una vez, pero quería que lo hiciera. No quería que todas sus conversaciones rodearan por completo sobre el sexo y vulgaridades, quería conocer a Lucía por completo y quería que ella la conociera.

Así que Amelia acarició la nuca de la otra, sonrió, y le dejó un piquito en sus labios.

—Y también podrás platicarme sobre eso a mi, me interesa saber de eso, Lucía, me gusta mucho cuando te escucho hablar.

Los ojos de la castaña vuelven a brillar, Amelia ríe, y vuelve a besarla, haciéndola saltar.

—¿Pero de verdad? Porque Willow me dijo lo mismo pero cada vez que digo "robot" me avienta un libro erótico y me dice "¡Dios, ya cállate!" y me callo... ¿no lo harás tú? —la mayor sonríe y aprieta su mejilla, negando.

Pone una mano en su corazón, y jura.

—Jamás me burlaré de ti, Lu, todo lo que sea de tu interés será del mío.

La castaña salta dando vuelta, y vuelve a la otra, jurando como ella.

—¡Yo te digo lo mismo! —asiente, y después la mayor patea el trasero de la otra de forma graciosa, invitándole a salir.

—Bueno, ahora mueve tu trasero a la sala que no sé qué más hacer hoy, veremos algo.

Pero cuando Lucía ve la mesa y los tres cojines que están por ahí, voltea a verla.

—Sí, ahí, me gusta mi sala pequeña, no entiendo por qué tendría una más grande, no veo mucha tele.

—Oh, sí, entiendo.

Lucía mordió sus labios cuando vio al hermano menor de Amelia en la sala sacando algún videojuego.

Estaba nerviosa. Que el hermano de la pelimorada estuviera en el departamento y que la otra no la hubiera echado de la situación ni del departamento quería decir que confiaba en ella y que tal vez, podía ir serio.

La forma en la que la mayor la abrazaba contra ella y la besaba con esa fuerza, con alguna ternura que después de unos dos o tres suaves besos se convertían en unos fuertes y llenos de lujuria que las dos querían callar antes de que las comiera por completo, aunque ya lo había hecho.

Era la forma en que la otra parecía cuidarla, de una forma suave para después ser fuerte y sensual.

Se sentía afortunada, lo hacía, demasiado.

La castaña se sentó en el cojín que estaba al lado del chico y vio el control. Amelia tenía una PS4 en su departamento y se hizo una chica que no sabía nada sobre el tema, pero bueno, el otro día había tenido una pista sobre eso.

Así que cuando la chica se acercó con los ojos bien abiertos y se sentó al lado de la castaña, esta se acercó y susurró en su oído.

—Luego te envío mi ID para que me agregues y podamos jugar Minecraft juntas, ¿sí? —Amelia sólo tuerce sus ojos, pero ríe asintiendo, sintiéndose aliviada porque Lucía no la invadió de preguntas.

Me muero con la gripe 😿😿

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Me muero con la gripe 😿😿

Ice Cream | Lumity betaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora