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Lucía se había corrido en su boca y Amelia supo lo que era el cielo hasta ese momento, pero lo que ella quería hacer, era, saber cómo se sentiría tener el falo de la otra dentro de ella.

Pero amó eso.

Una vez que metió todo en su boca la menor sólo suspiró, gimió, y puede que hasta haya lanzado un largo 'Dios' porque Amelia le estaba haciendo un excelente trabajo de lengua, y puede que ambas cumplieron su misión.

Porque la pelimorada por fin se la había chupado a la castaña y la castaña por fin sintió la experimentada lengua de la otra en su polla, no sólo viéndola lamer un helado.

Ahora que tenía a la mayor abrazada en sus brazos, viéndola dormir, sólo frunció su ceño y veía la puerta pendiente de que llegara su mejor amiga para saber si llamarle o no. Así que cuando recibió un mensaje de Hunter que tenía una foto de la pequeña pelinegra dormida a su lado, suspiró, dejando de estar pendiente.

Sólo vio a la chica que tenía en brazos, queriendo examinarla.

¿Por qué cambiaba tanto?

Pasaba de ser una chica inocente, tierna, que sus ojos grandes y llenos de brillos que la veían la hacían explotar y tener sus mejillas sonrosadas, a ser una ninfómana falofílica que ahora, sus ojos que antes estaban llenos de brillos sólo mostraban lujuria. La analizó, intentando buscar algo, pero sólo falló.

Es sólo que, comparaba a la Amelia de hace días que comía un helado como si fuera una niña pequeña a esta Amelia que miraba con adoración su polla y que la chupaba como experta, y no sabía qué prefería.

A la chica tierna o a la ninfómana, porque de verdad, parecía ser dos personas diferentes.

Veía su pecho subir y bajar, sus pequeñas manos apoyadas en su pecho y, rayos, Lucía no sabía qué hacer en ese momento, si debía prepararse para levantarse y tener una Amelia montándola o masturbándose frente a ella o ver a la Amelia tierna, que se tallara sus ojitos al despertar y bostezara.

Y puede que sonrió a la segunda opción.

Sólo la abrazó más fuerte, tragó saliva, y vio su pequeña mesa que estaba frente a la tele. ¿Qué haría?

¿Amelia la querrá sólo para chúparsela? Porque no quería hacerse ilusiones con la chica, no quería estar más enamorada de lo que estaba, no quería, literalmente, caer por ella más cuando la otra sólo quería tener sexo con ella sin tener un nombre a eso.

Y puede que su preocupación número uno era perder a una amiga por hacer todo incómodo teniendo sexo.

Cerró sus ojos para por fin dormir y dejar de pensar en eso, pero realmente, el tener a la chica dormida de la forma más tierna posible en sus brazos hacía todo tan tierno, hacía todo como si no hubiera pasado lo que hubiera pasado hace unas horas pero no podía.

Sólo tenía en mente que Amelia se la había chupado, que fue la primera y mejor chupada de su vida, y que quería que volviera a pasar, pero todavía, en si, no tener sexo.

Es sólo que no estaba lista porque pensaba que algunos de sus gustos y algo de su personalidad le desagradaba a la mayor. La veía ver sus pósters con un gesto de asco, sus mangas coleccionados en la pared y sus figuras de acción que tenía por ahí.

Y, Dios, cayó en cuenta; puede que para Amelia era una virgen, otaku, sucia que no se bañaba y que le decía 'oppai' a los pechos, y no quería que fuera así. No quería que la mayor la viera de esa forma y menos tener sexo si tenía esa imagen de ella porque puede que le generaba una peor.

¿Y si no le gustaba? ¿Y si no le generaba placer a la hora de tener sexo? ¿No sabía moverse bien, se corrió demasiado rápido? O simplemente, que era una virgen que se excitaba de ver a su amiga comerse un helado. No quería que eso pasara.

Pero tampoco quería cambiar todo de su personalidad para que fuera de su completo gusto, Lucía tenía dignidad, poca, pero la tenía. Así que sólo mantuvo los ojos abiertos toda la noche mientras pensaba en qué era lo que pasaría con Amelia y ella, y su, ahora, extraña relación de amistad.

Cuando sonó su alarma de sábado para hacer ejercicio (porque bueno, las veces que Amelia le llevaba snacks saludables la motivó a hacer ejercicio todos los días en la mañana) sintió cómo la mayor chilló en sus brazos, suspiró, y se acurrucó más contra ella, hizo explotar a Lucía.

¡¿Cómo dice que soy tierna, viene, y hace esto de forma inconsciente?! Gritó mentalmente la castaña mientras la veía, pero sonrió, abrazándola más.

—Bu-buenos días... deja apago la alarma porque tengo alarmas porque no me levanto si no tengo alarmas, últimamente he estado haciendo ejercicio... —y bueno, puede que a Amelia se le hacía demasiado tierno que cuando Lucía estaba nerviosa repetía demasiado las palabras.

Cuando la menor volvió a su lugar Amelia besó la línea de su mandíbula, haciéndola gemir levemente, y después la vio, sonriendo.

—Buenos días, ¿quieres moverte o quieres seguir durmiendo? Por fi di la segunda... —y ahí estaba la pequeña y tierna pelimorada que la castaña agradeció.

"Gracias Dios por levantar a la tierna y no a la ninfómana".

Fui a una fiesta de cumpleaños a comer porque a mi no me interesa el cumpleañero solo me interesa la comida

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Fui a una fiesta de cumpleaños a comer porque a mi no me interesa el cumpleañero solo me interesa la comida.

pero la comida estaba asquerosa encima voy por lo mas importante y lo hacen mal😿.

Ice Cream | Lumity betaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora