—¡Pizza, pizza, pizza! —Amelia sonrió al ver a la castaña saltar animada mientras juntaba dos piezas y sonreía, ahora volteando a verla.
L pelimorada había dicho que estaba hambrienta, por lo que acordó en pedir la comida favorita de la menor.
Y se veía tan tierna al dejar sus instrumentos, pararse sin usar los brazos, y caminar a ella con ese rostro en el que se quería sentar...
La pelimorada sólo sacó un trozo y le ofreció de comer a la otra, que vio el alimento sonrojada, pero comió, sonriendo al instante.
—Amo la pizza, la comería a diario, pero no es saludable —sirvió la pizza en un plato y se la dejó a la menor, que comenzó a comer de forma animada mientras saltaba en su asiento. Era tan tierna.
Se apoyó en su brazo mientras comía y veía a Lucía ver su adorada pizza con brillos en sus ojos, limpiar sus labios de salsa de tomate que quedaba, y tenía un rostro lleno de amor e ilusión por su adoración.
Lucía era tan tierna, demostraba pureza y quería pensar que no era así, pero el saber su historial de manhwas le hacía saber que no era tan así. Amelia sólo mordió su pizza mientras suspiraba y rió, haciendo que la menor la viera fijamente.
—¿Pasa algo?
—Recordé un chiste, lobita —sus mejillas abultadas ahora parecían dos cerezas, su mano que estaba en su barbilla ahora estaba en la mesa y sus ojos se abrieron, como nunca. Pero después, sólo sonrió boba mientras miraba una esquina de la mesa y parecía que se había comenzado a guardar en una cajita, sonriente.
"¡Gracias Dios, por presentarme a esta persona de 1,62, manos largas y de 7 pulgadas!"
Fue lo que gritó internamente porque Amelia se estaba derritiendo ante la ternura de la chica por un apodo. Sonrió.
—¿Quieres que te cuente el chiste? —sus pequeños ojos reaccionaron y asintió rápidamente, viéndola, expectante.
—"Doctor, tengo todo el cuerpo cubierto de pelo, ¿qué padezco?" y el doctor contesta; "padece uste' un osito".
Fue el primer chiste que se le vino a la mente, el único chiste que le contaba su papá para poder encubrir su mente perversa porque no quería que la menor la descubriera por completo, pero al ver su risa, no falsa, una verdadera, y después saltar discretamente a ella para acurrucarse en su hombro, Amelia se volvió a derretir.
—Eres muy tierna.
—Tú lo eres más —Amelia chilló cuando la menor se sentó en su regazo y la siguió abrazando, saltando, y ella rió, echándose atrás para caer, bromeando, pero lográndolo en el proceso.
Pero antes de caer, la menor la estaba sosteniendo, viéndola preocupada.
—Creo que perdiste el equilibrio.
No, para nada, sólo que Amelia no supo por qué le había encantado esa salvada hasta el punto de que su corazón y no su coño esté palpitando de forma agresiva con tal escena, que sólo tragó saliva, vio a la menor, y la besó.
Amelia no era una dama en apuros, ella salía de los problemas en los que se metía sin ayuda de nadie, ella era independiente y odiaba cuando la retrataban frágil porque no lo era, para nada.
Odiaba cuando le remarcaban eso, la 'salvaban', odiaba el que le dijeran qué hacer y tener que pagar por eso.
Pero no le veía problema a lo que había hecho Lucía, pero sabía, que si otra persona se hubiera atrevido a hacerlo, estaría siendo abofeteada y gritada, pero ahora estaba la castaña siendo besada mientras era acariciada.
Amelia no necesitaba ayuda, no la quería, no necesitaba a nadie, pero en ese momento se sintió pequeña en los brazos de la castaña que la había comenzado a parar para acostarla en la cama y seguir con el beso.
No le comenzó a quitar la ropa, como había querido hacer desde hace tiempo. Sólo se separó de la menor mientras la veía fijamente y volvió a besarla, sólo que ahora por menos tiempo.
—Lo siento.
—No-no te disculpes, me gustan tus besos —su sonrisa que fue apareciendo de poco a poco de forma nerviosa, y Amelia acarició ese rostro, viéndola fija—. Ahora, ¿estás bien?
—Sí, sólo no pensé que caería por completo, es lo que pasó —Lucía asintió, ahora sentándose en la cama, viendo su mecha a medio armar.
Si fuera Boscha quién le hubiera interrumpido mientras lo armaba, la pelinegra ni se ganaría una migaja de la comida de Lucía en, por lo menos, un sólo mes por interrumpirla de sus acciones. Pero el tener a la pelimorada en sus brazos que ella se hacía bolita mientras la besaba, realmente no le molestaba, para nada.
Hasta se le hacía tierno.
Sólo tragó saliva mientras guardaba las piezas de forma acomodada para armarlas luego, levantarse, y comenzar a acostarse junto a la mayor después de agarrar dos mandos para comenzar a jugar Minecraft.
Hay me dio gripe me voy a morir😿
ESTÁS LEYENDO
Ice Cream | Lumity beta
RomancePorque Amelia todo los viernes come un helado de manera demasiado sugestiva. Porque Lucía no puede dejar de pensar que ese helado podría ser otra cosa en la boca de su amiga • Adaptación, historia original @MARKFROGS • Lucía G!P #1 Amity (26/3/23) ...