D I E C I S I E T E

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Hoy se cumplen dos semanas desde que me fui de Alexsandria. Es estupido pensar que alguno de ellos salió a buscarme, de todos modos nunca les importe, y si estuve con ellos fue porque no querían que le diga a mi supuesto grupo que los maten.

Tampoco veo a Daryl, desde aquel día que no salgo de la cabaña. Me estuve alimentando con galletas—que por suerte le faltaban semanas para que se pudran— que traje desde la ultima vez que estuve aquí. Y también encontré la ardilla que mató el estupido en el baño, me alcanzo para apenas dos días antes de que se pudra.

Me estuve ejercitando físicamente estos días para no aburrirme en tanta soledad, y luego me la paso durmiendo o leyendo libros que ya me leí más de tres veces. Estube pensado en salir a buscar comida, más libros, ropa interior, agua o cazar algún animal.

No puedo negar que pensé muchas veces volver a la comunidad, extraño lo acogedor del lugar, y a algunos de ellos: Maggie, Gleen, Denise, Carl, Judith y... un poco a Rick. Más que nada sus charlas y consejos que siempre me ayudaron.

Ya pasaron casi dos horas desde que me desperté, y aún sigo echada en la cama. No tengo ánimo para nada, tal vez sea por que no como casi nada o por que simplemente se que va a ser el mismo día de todos, como un disco rrallado que siempre repite lo mismo.

Nunca pensé decir esto pero creo que hasta empeze a extrañar al estupido de Daryl. Y es horrible necesitarlo, HORRIBLE.

Estos días fueron una completa mierda, pero creo que voy a dejar de pensar en él y ya me voy a levantar a ejercitarme un poco, supongo que necesito tener fuerza.

Si no comes, estoy segura que no podrás ni levantarte de la cama.

Es verdad.

Y mi consciencia no mentía, apenas tengo fuerza para levantarme, siento que las piernas en algún momento se van a morir.

Ya está empezando a hacer calor así que ni hago el esfuerzo en ponerme algo de ropa para andar en la campaña, de todos modos estoy solamente yo.

Tomo una ducha de agua fría y me pongo unos jeans—tampoco es que hace mucho calor, solo no hace el mismo frío que antes—y una camisa blanca.

Bajo para la cocina y después de buscar por tercera vez algo para comer, me rindo y me dejo caer en el sofá de la sala.

QUE PUTO ABURRIMIENTO.

Supongo que tomar un poco de aire me hará bien.

Salgo de la cabaña y me siento en el porche de la cabaña. Cierro los ojos para sentir el viento de la mañana pasar por mi rostro.

La verdad no se cuanto tiempo paso, pero el ruido de un fuerte golpe a mi lado hace que habla los ojos y me levante de mi lugar rápidamente.

Me sorprendo al ver un caminante tirado justo al lado donde estaba sentada hace unos segundos con una flecha incrustada en el cráneo.

Al instante se de quien es esa flecha así que lo empiezo a buscar con la mirada, pero no lo veo por ningún lado.

— Sabes que un Apocalipsis no es bueno sentarse a tomar aire ¿no? — la voz de Daryl me sorprende a mis espaldas.

— Sabes que no es bueno aparecerse de la nada detrás de una persona ¿no? — digo mientras pasó la mano por mi pecho.

— De nada bruja.

¿Bruja?

Okey. Déjame asimilar lo que acaba de pasar en estos últimos minutos. Daryl me acaba de salvar de ser la comida de un caminante ya que yo estaba sentada tomando aire con los ojos cerrados y sin ningún tipo de arma para cuidarme.

Solo tú (+13) Daryl Dixon Donde viven las historias. Descúbrelo ahora