Ya no hay vuelta atrás. Estoy caminando hace más de una hora, tengo el mapa que llevo desde antes de que me encuentre con el grupo que me indica donde está la cabaña.Hace mucho frío. Tengo mucho frío. El abrigo que me traje no es suficiente al parecer, no tuve en cuenta esto, pensé que sería más fácil, como en las películas.
No seas estupida Valeria.
Hasta mi consciencia esta en mi contra al parecer.
La verdad que a estas horas tendría que estar cenando con el grupo o preparándome para ir. Pero lo único que me afecta es, Denise, ella quería ir conmigo y yo... yo la decepcione, la abandoné, me siento tan mal por eso.
Quiero volver y comer esa estupida comida y decirles de una vez por todas que me quiero largas lejos de todos ellos. Pero no tengo los putos huevos para decirlo. Al final de todo termine siendo igual que una cierta persona que no me gustaría nombrar y ni siquiera se porque estoy pensado en él en estos momentos.
No hay nada cerca y ya es de noche, tengo miedo, frío y sueño. En estos momentos quiero estar entre las suaves y calidad frazadas de la cama de mi habitación. O bueno. De mi antigua habitación.
Mierda. ¿Los extraño a ellos o extraño la comodidad de la comunidad?
Después de estar una hora más caminando por la carretera veo a lo lejos una farmacia. Buena idea para pasar la noche, y de paso busco cosas para tener en la cabaña.
Entro al lugar por la puerta de adelante, osea, la principal. Tengo el cuchillo en mi mano y tengo la defensa en alto. Todo parecía estar intacto, como si nadie nunca hubiese pasado por aquí, cosa que me extraña mucho ya que sería de esperar que Rick o los demás ya hubiesen estado por aquí.
Todo parece correcto así que me siento entre el medio de dos pequeños muebles donde hay cosas de embarazos, y bueno, también cosas para prevenir el embarazo.
Eso me recuerda del mucho tiempo que no tengo sexo. Diablos. Que doloroso. Y pensar que hace menos de una semana por fin después de casi un año o dos volvería a sentir esa hermosa sensación.
Creo que será mejor que pienses en la Biblia Valeria
Es verdad.
Tengo sueño pero no lo suficiente como para dormir, creo que es más cansancio que sueño, necesitaba sentarme en cualquier lugar aunque este lleno de polvo.
Agarra un condón que se encuentra justo colgado al lado de mi cabeza, estorbando. Pero si nadie me ve, ¿por qué no jugar con el? Pero ojo, no sean mal pensadas.
Agarro el cuchillo de cocina que tengo en la mochila y empiezo a hacerle agujeritos a este. Hago esto con tres más y sigo aburriendome así que decido intentar dormir aunque se que se me va a hacer imposible.
Cierro los ojos y intento no pensar en ellos o en mi dulce cama, cómoda y calentita.
— ¿Piensas en mi?
Por instinto levanto mi cuchillo y lo arrojo al lugar donde proviene el sonido, no pude diferenciar la voz y todo esta oscuro.
Mierda.
— Que mal puntería tienes — dice, Daryl.
Y si. Él.
¿Por qué siempre está en todos lados? ¿Me puso un chip de rastreo? ¿O me lo estoy imaginando?
— Puta madre. Ojalá que algún día mi puntería no falle y te de en esa cabeza tonta que tienes — digo mientras pongo mis manos en mi pecho escuchando los latidos de mi corazón. Parece que saldrá de ahí adentro. — ¿Que carajos haces aquí?
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Solo tú (+13) Daryl Dixon
Storie d'amoreUna chica que vive feliz en una cabaña, sin problemas y completamente sola sale en busca de comida. Pero nunca pensó que ir detrás de un cerdo la llevaría a conocer a un grupo de personas. Mucho menos pensó enamorarse de uno de esos integrantes del...