Ékstasi | yeongyu

005

𝚜𝚝𝚒𝚕𝚕 𝚍𝚘𝚗'𝚝 𝚔𝚗𝚘𝚠 𝚖𝚢 𝚗𝚊𝚖𝚎 [𝚙𝚝. 1]

Mi espalda chocó contra un superficie dura haciendo que soltara un quejido que fue ahogado por sus labios. Solté una risita y él igual lo hizo, noté como su mano abandonaba mi cintura para después abrir la puerta de la habitación, a tropezones ingresamos y ahora él fue el que quedó acorralado, sentía mi cuerpo hervir, quizá era por que alcohol o porqué me encantaba todo lo que estaba pasando. Yo lleve mis manos hasta sus glúteos para poder levantar sus pies del suelo, él dio un brinco para facilitarme el trabajo, enrrolló sus piernas en mi cintura e incrustó sus dedos en mi pelo.

Sentía como un calor intenso me llenaba por completo y lograba sacarme suspiros y risas nerviosas. Algunos cabellos suyos caían sobre mi rostro así que los aparte con una delicadeza que parecía no tener lugar entre todos esos roces bruscos y desesperados.
Nuestras lenguas parecían estar en una guerra interminable, al igual que nuestra ropa. El retiro mi playera cuando estuvimos en la cama, estaba sentado sobre mi regazo y se reía por quien sabe que mierda, y yo, lo imitaba como estúpido. Sus labios abandonaron los míos para dedicarle atención a mi cuello y clavículas, a veces dejaba mordidas que hacían un combinación perfecta con sus movimientos. Y yo no podía hacer nada, me estaba dejando dominar por él, dejando que me llenará de placer con ligeros roces.

Sus caderas se estaban moviendo sobre las mías desesperadamente como si pidiera a gritos que me deshiciera de la estúpida ropa que se interponía entre ellas y lo tomara de una buena vez, a veces el echaba su cabeza hacia atrás y soltaba pequeñas risitas mezcladas con gemidos, y yo aprovechaba para besar y chupar esa zona.

— T-Te necesito — me dijo entre jaleos recostandome sobre la cama mientras volvía a besarme y seguía moviéndose encima de mí, los roces entre nuestros miembros era... Mierda, ni siquiera podía describirlo, pero estaba jadeando como si me faltará el oxígeno. Sentía que si Beomgyu seguía así, iba a terminar corriendome sin siquiera haber llegado a nada realmente, así que yo igual me deshice de su playera, bese sus hombros, su cuello, sus clavículas y su pecho, mierda su pecho, me quedé ahí un buen rato y el parecía disfrutarlo, sus gemidos se habían intensificado y parecía importarle una mierda si alguien lo escuchaba, aunque era imposible, ya que afuera había un escándalo horrible que había conseguido aturdirme. Mis labios envolvieron a sus pezones y él parecía ser demasiado sensible en esa parte, por un momento creí que se estaba ahogando porqué los gemidos se quedaban atorados en su garganta mientras su espalda se arqueaba, ahora yo estaba arriba y sus piernas estaban rodeando mi cintura, y sus caderas no tenían la intención de quedarse quietas, y no pude evitar imaginarme en lo bueno que sería tenerlo en esa misma posición, pero sin nada de ropa mientras movía sus caderas justo como lo estaba haciendo.

Lo mire un poco sin dejar de jugar y besar sus pectorales, el igual estaba viéndome, con la boca abierta de la cual no paraban de salir gemidos, gemidos mezclados con mi nombre, sus ojos estaban luchando por no cerrarse, parecía que realmente quería verme torturandolo.

Sin pensarlo, mis besos fueron descendiendo hasta llegar a su abdomen, no estaba marcado, pero si era plano, tan plano que sus costillas sobresalían, y lo hacían aún más cuando su espalda de arqueaba. Me detuve cuando ya no había más piel descubierta por recorrer, lo mire y volví a subir para volver a besarlo, pude notar que sus piernas estaban temblando, y su mano tuvo la intención de quitarme mi trabajo, así que la detuve y deje un beso en el glóbulo de su oreja para después susurrarle.

— Deja de que yo te ayude, Gyu...

El se removió en su lugar cuando mis manos de dirigieron al borde de su pantalon, intento detenerme sujetando mis manos, pero cedió cuando le deje un beso en la frente, cuando por fin pude deshacerme de su pantalón, acaricie sus muslos lentamente, su piel era aun más suave en esa zona, tenía unos pequeños moretones en ella y yo fruncí el ceño extrañado.