Capítulo 9: Eres linda

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<< Kimberly Brown >>

Habíamos regresado el martes, pero ninguna de las dos trabajó literalmente en la empresa, si no que seguimos juntas ocupándonos de los asuntos de la compañía en la casa de Bridgette.

Me había acercado un poco más a ella ese fin de semana, me enseñó y aprendí nuevas cosas sobre su pasado y sus gustos en todo el trayecto del viaje ida y vuelta. 

Cada vez me enamoraba más.

Al día siguiente tuve que trabajar como era debido, así que me dispuse ir a la empresa para administrar la bendita entrega de perfumes Cosme que llegaban con mucho atraso.

— ¿Qué tal tu fin de semana?— preguntó Hunter un poco agresivo

— Estuvo excelente — le contesté cortante no entrando en detalles

— Pues parece que sí, porque tú y la jefa la pasaron excelente en la playa ¿No?

Miré alrededor del pasillo, agarré su muñeca con algo de fuerza y lo adentré en una de las oficinas.

— Salgan todos, por favor

Los empleados salieron despavoridos, cerré la puerta con el pestillo y encaré a Hunter con una fría mirada.

— Lo siento Kim, no quise sonar así— habló entrecortado

— Hunter, ya me tienes harta con tus celos sin sentido, no somos nada— lo agarré del cuello de su camisa estampándolo contra la pared

— Sí, lo siento, tienes razón, no volverá a pasar, perdóname Kim— sus ojos se pusieron llorosos

— Claro que no volverá a pasar porque te despido como mí asistente

— ¡No puedes hacer eso!— comentó con furia y yo enfurecí aún más

— Está en mí contrato. Puedo elegir con libertad a mis allegados sin el permiso de la jefa— una sonrisa maquiavélica salió de mis labios

— Perdóname, Kim, por favor— largó unas lágrimas

— Ya es tarde, me tienes cansada, no te vuelvas a acercar a mí otra vez porque romperé tus cortas piernas

Lo solté bruscamente y salí de las oficinas para ir de una vez por todas a la paquetería, preguntándome cómo había conseguido esa información.

Firmé la entrega luego de asegurarme que todo estuviera en lo correcto.

— Aquí estás, te estuve buscando— me dijo Joseph

— Lo siento, tuve un inconveniente

— No te preocupes, quiero que me acompañes a la empresa, por favor

El departamento de marketing y diseño donde se desarrollaban las publicidades, revistas, carteles, y demás, contaba con tres pisos de Company, donde regía la sub empresa Imprent.

Joseph era el encargado de dicha sub empresa. Imprent y Complement eran unos buenos aliados ya que se debían hacer publicidades sobre los envíos de la marca principal: Cosme. Pero también de otras marcas para promocionarlas de igual manera.

— Seguro te enteraste que habrá una nueva empleada— comentó emocionado caminando por los pasillos

— ¿Pasó las pasantías?

— No, pero es excelente en lo que hace, congeniamos muy bien. La conocerás cuando lleguemos

Estos pisos se caracterizaban por tener las oficinas de vidrio, permitiendo ver el interior y a los diseñadores haciendo su arte, era realmente increíble, pero no para mí específicamente.

— Ella es— me señaló a una chica de cabellos azulados que se encontraba de espaldas revisando un gráfico con otra chica

— Joselyn Harris— se volteó de inmediato y me miró con sorpresa— Nuevamente nos encontramos ¿Eh?— sonreí

— Hola, Kim— rió

— Veo que se conocen, no hace falta presentarlas— se encogió de hombros y le entregaron una carpeta— Oh, gracias. Estas son las ideas, Kim ¿Qué te parecen?

Deslicé mis ojos por algunos diseños, gráficos y fotografías.

— Están increíbles, me gusta el diseño de los carteles, lo solucionaron bien esta vez

— Sí, así es ¿Vamos a tomar un café?— propuso tomando su chaqueta de una de las sillas

— Me uno a la idea, te enviaré algunos perfumes mañana, así tomes las fotografías y se lance la campaña de promociones— cerré la carpeta y se la entregué

— De acuerdo— se giró intentando localizar a alguien— Oye Joselyn, ven a tomar algo con nosotros

Nos subimos a mí auto para ir al café más cercano. Una vez sentados en los altos taburetes pedimos nuestras órdenes.

— Siento que me voy a caer— comentó Joselyn con incomodidad— Mis pies no llegan al apoyo de abajo

— Tranquila, yo te sostendré si te caes— intenté calmarla— bueno en realidad no caerás, porque te sostendré a tiempo...— intenté explicar y Joseph largó una carcajada

Una vez terminamos de consumir las bebidas, me despedí de ambos para ir a mí departamento, pero otra propuesta de Joseph interrumpió mí salida:

— ¿Qué tal si llevas a Joselyn a su casa, Kim?— sonrió de oreja a oreja

— No, no, yo estoy bien, lo prometo, iré caminando, no queda muy lejos de aquí— sonó segura

— Con esos tacones no creo que llegues a una gran distancia, te llevo— después de todo no me costaba tanto hacerlo ¿No?

Cuando me dió su dirección me sorprendió que se encontrara cerca de la mía, mejor para mí. Digo... Para llevarla hoy, me quedaba de pasada.

— Muchas gracias Kim, perdona las molestias— sus mejillas se sonrojaron y como yo tardé en responderle salió del auto

— No hay de qué, linda— dije un poco alto para que me escuchara

— ¡También eres linda!

Mis mejillas se sonrojaron, pero perdieron el color a medida que se distanciaba.

A Nuestro Poliamor: Aurora Donde viven las historias. Descúbrelo ahora