<<Joselyn Harris>>
Habían pasado algunas semanas que me permitieron conocer a Bridgette y a Kimberly mucho mejor que antes, y a su vez que ellas también pudieran conocerme.
Todas las noches nos reuníamos en la casa de Brid, teniendo mucho cuidado de no ser vistas por los periodistas intrusos.
Estar con ellas me había resuelto la vida. No me sentía tan sola como lo estaba en ese departamento sombrío desde que mí hermano partió a la universidad.
Porque sí, después de tantos tropiezos y tormentas oscuras, ambos terminamos de estudiar. Él quiso seguir y yo me quedé en New York, a veces hasta teniendo cinco trabajos a la vez para poder llegar a pagar la renta, servicios y gastos cotidianos.
— ¿Te encuentras bien? Estás algo distraída— se interesó Mía
— Sí, estoy increíble
Le había contado en algunas oportunidades a Mía lo que pasaba con las chicas, obviamente omitiendo el tema de que salía con la jefa y su mano derecha.
— ¿Quieres que vayamos un rato a los bolos?
— Me parece bien, podemos invitar a Mark también— propuse
— Es una buena idea— chilló— ¡El trío de dioses irá a jugar bolos!
Me reí a carcajadas por esa ocurrencia.
Una vez en dicho lugar comenzó la competencia habitual, sinceramente no era muy buena en este juego, pero quería pasar un momento agradable con ellos dos.
— Me invitaron a una fiesta— soltó Mía mientras bebíamos nuestros refrescos— ¿Vamos?
— Me apunto, nena—Mark se tiró en el sillón apoyando la idea de nuestra amiga
— Yo no creo que pueda— reí nerviosa
Me trae malos recuerdos ese tipo de fiestas mejor dicho...
— Bueno, avísame, comenzará a la media noche
Me despedía con la mano de ellos, cuando mí celular comenzó a vibrar en el bolsillo trasero del pantalón.
Llamada entrante
Número desconocido…
Suspiré, para luego comenzar a caminar. Dejé pasar unos segundos para recién contestar:
— Hola princesa, te espero en el bar de Samantha, sé una buena niña y no llegues tarde
— Viejo asqueroso— largué una risita— Voy en camino
Con esas simples palabras la llamada finalizó, y yo me encaminé rumbo al bar de Sam para poder reunirme con Macc.
Al llegar, el ambiente estaba algo tenso, algunos hombres estaban sentados en los taburetes de la barra siendo atendidos por mí amiga. Otros jugando a las cartas y otros se asemejaban a una chimenea del humo que esparcían los cigarrillos.
Caminé por el oscuro piso tableado, le dí una mirada a Sam y con sus ojos me señaló la habitación de atrás.
Aquí vamos...
Al abrir la puerta me encontré con un Macc vestido de chaqueta de cuero negro, su barba estaba perfectamente recortada y me sonreía con un cigarrillo entre sus labios.
— Te vas a morir si sigues así de fumador— me crucé de brazos
— Te interesas por mí vida, qué conmovedor— llevó una mano a su pecho con sarcasmo— gracias— cambió repentinamente de tono de voz y supe que podía dejar de fingir
***
Kim se ofreció a recogerme para irnos a la casa de Bridgette, ya que ella tenía una junta y terminaría un poco tarde, así que ambas estuvimos hospedadas en la casita por un tiempo hasta que cada una se dispuso a hacer sus cosas.
Mientras Kimberly terminaba algunos asuntos y papeleo de la empresa, yo me dispuse a darme un baño para poder despejar mis pensamientos.
Una vez que finalicé me quedé unos segundos tumbada en la cama colocándome un poco de crema corporal para relajarme aún más.
Cuando me dispuse a tomar mí pijama la puerta se abrió y me quedé estática en el lugar, intentando tapar mí cuerpo.
— ¡Lo siento! ¡Perdón!— Kimberly se tapó los ojos apenas me vió— Creí que ya estabas lista, debí golpear— dijo con nerviosismo aún con sus ojos tapados
— No te preocupes, está bien Kim— reí
— Eres hermosa ¡No! Quise decir... Lo siento, mejor me voy— al intentar salir se pegó contra la pared y me acerqué a ella para ver su cabeza
— Tranquila, no me molestó— le sonreí para que se tranquilizara un poco
Pero seguía sin abrir sus ojos. No sabía que hacer para que se calmara, pero se me ocurrió algo de inmediato.
Perdón por pecar tanto
Miré el techo suplicando el perdón. Tomé las manos de Kimberly y las coloqué en mis senos, los cuales fueron apretados con sutileza.
— Estás completamente roja— reí
— Tú estás completamente buena— el rojo le subió hasta las orejas— ¡Lo siento!— soltó su agarre
— Vamos Kimberly, tranquilizate ¿Si?— le hice ojitos tiernos
— No quiero que te sientas incómoda— logró admitir
— No hubiera hecho esa acción si me hubiera sentido así— le sonreí— Me siento muy a gusto con ambas
Le planté un profundo beso, el cuál lo había necesitado todo el día. Luego pasaron a caricias, después a agarres un poco más fuertes, hasta terminar acostadas en la cama llenándonos de cariño y pasión.
— Vaya, vaya...
Ambas dirigimos nuestras miradas hacia la puerta con nuestra respiración agitada y Bridgette nos miraba con fuego en los ojos. No de enojo, sino...
— Con que de esas estamos...— caminó hacia nosotras desaflojando su corbata y sacándose los zapatos— A decir verdad hace un tiempo largo que no tengo pasión
Y Bridgette y Kimberly ya se encontraban como sus madres las trajeron al mundo, mirándome como a una pequeña presa.
Ay mí Dios…
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A Nuestro Poliamor: Aurora
Novela JuvenilMuchos pensarán que el poliamor no existe. Que es una farsa o incluso una enfermedad. Para la sociedad no se puede amar románticamente a dos o más personas a la vez. Lo cierto es que el poliamor es completamente verdadero, y está comprobado incluso...