🔴 Versión reescrita del Fanfics original con Sirius Black 🔴
La hermana menor de James Potter llega a Hogwarts con tres años de diferencia en comparación a su hermano. En el físico no se parecen en nada, pero los profesores descubren que tienen mu...
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El nuevo curso había llegado. James y los chicos no podían creer que estuvieran en último curso ya. No podían dejar de pensar en los ÉXTASIS y en todas las bromas que aún les quedaban por hacer.
Cada uno aprovechaba su último curso de la manera que veía oportuna. James hacía planes de futuro con Lily, Remus preparaba los ÉXTASIS desde noviembre, Peter intentaba sobrevivir con sus calificaciones y Sirius pretendía aprovechar al máximo su último curso junto a Aurora.
Cuando empezara el próximo año, ya no estarían juntos. Solo vería a Aurora en Navidades, Semana Santa y en verano. Para él, nunca era tiempo suficiente si podía pasar más con la persona que amaba.
Los meses pasaban y llegó la Navidad. El señor y la señora Potter seguían tensos por el verano transcurrido con su hija, así que obligaron a los chicos a venir en Navidad. Aurora no pasaba una Navidad en familia desde que entró a Hogwarts. En su primer año se quedó por los ruegos de Sirius y James, en segundo año se quedó en Beauxbatons porque no quería ver a sus padres ni en pintura, y en tercer año asistió al esperado baile de Navidad que ella misma organizó junto a Edward.
Hizo las maletas con más ilusión de la que pensó. Narcissa también pasaría las fiestas con su familia para oficiar su boda con Lucius en cuanto se graduaran de Hogwarts. A Narcissa le hubiera gustado invitarla y a Aurora le habría gustado ir, pero ambas sabían que era misión imposible.
Apenas salieron de la estación montados en el Expreso de Hogwarts, Aurora dejó caer la cabeza sobre el hombro de Sirius y se durmió en él.
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Aurora se encontraba en la Torre de Astronomía. Podía ver el cielo nocturno y nublado. Llovía con fuerza, pero eso no les impedía estar ahí.
Regulus estaba pálido y con su rostro más afilado y hueso que de costumbre, con ojeras oscuras. Aurora se preguntó cuánto hacía desde que no comía o no dormía. Sus ojos estaban hinchados, llorando a mares.
—¡Aurora, escúchame por favor! ¡Sé lo que piensas! —aseguró él con voz queda—. Yo no quise hacerlo, jamás hubiera querido. Pero necesitaba sobrevivir en esa casa. Aurora, te lo ruego, perdóname.
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Regulus se desvivía por escuchar a Aurora obsequiarle con su perdón, pero la vidente no supo qué pasó en ese momento puesto que llegaron a la estación de King Cross.
Sirius le dio suaves golpes para despertarla de la forma más pacífica posible.
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La cena de Navidad se regía por dos conversaciones: el señor Potter preguntándole a los chicos sobre los ÉXTASIS y la señora Potter hablando con Aurora sobre su medicamento y su mejoría.
