CONQUISTANDO A LORD BRIDGERTON

Cap. 20 Reconciliación 2da Parte

Penélope guío a su madre y su hermana por  los corredores de la casa, en la planta baja se encontraban el área de la cocina, la zona de limpieza, algunas habitaciones menores para Lacayos y Criadas, el Estudio con una gran biblioteca, el salón principal, un recibidor más pequeño, el salón del té, el comedor principal, una sala de estar con una linda chimenea.
Todos los muebles eran hermosamente hechos en madera, los ventanales  y los pórticos también de madera lustrosa, la planta alta tenía la habitación principal que Penélope y Colin compartían, como en toda casa había una habitación para la sra y una habitación más pequeña pero bellamente iluminada que esperaba algún día fuera ocupada por algún hermoso bebé, habían más habitaciones todas ellas amobladas, una terraza justo frente a un no muy grande salón interno, la terraza tenía vista directa al jardín.
En medio del recorrido Prudence y Penélope conversaban animadas, nunca habían tenido una conversación tal, su trato siempre habia Sido poco cortez pero desde que Penélope se había ido de casa Prudence se sentía muy sola, las charlas con su madre eran difíciles y si Prudence tenía que ser honesta nunca fue tan inteligente como Pen para escapar de la realidad de vivir con Portia.
Ya no tenía a nadie a quien molestar para distraerse y comprendió en esas semanas que sus hermanas eran realmente valiosas para ella.
Portia las observaba conversar y se le dibujaba una sonrisa en los labios, ella era la única hija de sus padres, tenía hermanos varones con quiénes se  comunicaba de vez en cuando por cartas pero no tuvo la suerte de tener a alguien con quién conversar de joven, su madre fue aún más difícil que ella y dejo la casa paterna tan joven cuando su matrimonio con el Varón Featherington fue arreglado que no pudo hacerse de recuerdos fraternos.
Su vida habían Sido tan infeliz! Había soportado como las costumbres mandan ser tratada como una tonta sin la más mínima educación, por su propia voluntad practicaba leer y escribir del mismo modo que práctico la aritmética y cuando su esposo no se encontraba en casa procuraba informarse sobre los asuntos comerciales pese a que sabía que si su esposo la descubría bien podría propinarle una bofetada.
Su vida mejoro cuando tuvo a sus hijas, pese a los reproches del Varón por no darle hijos varones ella encontraba un escape de su dura realidad concentrándose en su educación.
Cuando Pen nació su última esperanza de un hijo varón que heredará el título se esfumó junto con la poca atención que su esposo pudiera darle, nunca más volvió a intimar con ella, decepcionado de no recibir un heredero.
Portia se sentía humillada, rechazada por aquel hombre que pese a haber compartido tantos años con ella era un perfecto desconocido.
El tiempo, las infidelidades, el rechazo, las murmuraciónes y el desdén de la sociedad la hicieron dura como una roca.
Si su vida fue miserable, sus hijas correrían mejor suerte que ella!
Pen era quien particularmente más se le parecía, desde pequeña fue inteligente y audaz, quería hacer de ella alguien fuerte y por eso la trataba con especial dureza, pues sabía que entre sus tres hijas, Penélope tendría la fortaleza para algo mejor.
Nunca lo dijo, pero siempre lo pensó, recorriendo aquella casa confirmo que todos sus esfuerzos no fueron en vano, quizá no tendría la casa de un Varón o un Vizconde pero era claro que regiría con sabiduría su casa, a diferencia suya tenia un esposo que la valoraba, respetaba y amaba, la actitud de la servidumbre le hacía notar que era ella quien dirigía plenamente el hogar.
Se sintió aliviada!
-Solo me queda una! - murmuró de modo que solo ella pudo escucharse y pensó que ciertamente también lograría casarla con alguien adecuado.
Sus hijas no serían humilladas con ella, tendría el lugar que les correspondía en la sociedad y al lograrlo ella misma se habría demostrado todo su valor, todo lo que pudo lograr, sobrevivir a 20 años de un matrimonio miserable, soportar a un infiel apostador,  ganarle la partida a aquel heredero Featherington que llegó para arrebarles lo poco que tenían.
Cuando su primer nieto naciera su futuro estaría asegurado!
-Y bien Madre... Que opinas? No es tan grande como tú casa pero...
-Es perfecta para tí! - comento Portia dandole unas palmaditas de aceptación en la espalda.
Penélope no podía creerlo! Era la primera vez que usaba una palabra tan cortez, "es perfecta para ti" esas palabras resonaron en su mente y la llenaron de alegría.
-Crees que debería cambiar algo? Contratar  más personal? Quiero que me des tu opinión mamá! Tú... Tienes a tu cargo una casa tan grande, ¿Cómo lo hacías? Honestamente nunca lo había pensado hasta ahora que soy yo quien está en una posición parecida! - comento Penélope con clara ilusión por escuchar sus palabras.
-No Penélope, tu no estás en una posición parecida, para tu fortuna y la mía tu posición es diferente. - comento Portia con la mirada perdida en los recuerdos de su pasado.
-Lo se mamá! Yo... Lo sé...
Entendiendo a lo que se refería, Portia la miro con los ojos brillantes por las lágrimas.