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El erizo azul caía en picada desde muy alto, se golpeó con varias ramas de árboles antes de terminar estampandose en unas plataformas construidas en las copas de estos mismos.

—Agh  —se quejó mientras sobaba su cabeza—. Tengo que aprender a caer con los pies.

Cuando finalmente se acostumbró al dolor del golpe abrió los ojos, su rostro cambió a un semblante sorprendido al darse cuenta de su entorno.

—¿Qué?

Árboles enormes y secos por do quien, acompañados con una jungla justo debajo de él.

—Ay no, no, no, no —con rapidez su mirada recorrió todo el lugar—. ¿___? ¡¿___?! ¡¿Estás ahí?!

El erizo tomó sus púas y empezó a jalar de ellas con desesperación.

—Bien, tranquilízate Sonic, ella está bien, ella tiene que estar bien.

Cuando soltó sus púas fue inevitable no notar el cambio en sus guantes, miro también sus zapatos.

—Wow, mis tenis y guantes tienen nuevo look... ¿Pero por qué? —examino una vez más su alrededor—. Okay Sonic, piensa, las respuestas no van a caer simplemente del cielo.

Apenas dijo eso escucho un par de gritos descendiendo poco a poco en el aire.

—¡Ahí están! —grito contento apresurandose a buscarlos.

Por otro lado, cuatro animales cayeron abruptamente sobre las plataformas de madera. Te levantaste de un brinco y empezaste a moverte de forma ansiosa.

—¡Les, les dije que era mala idea! —gritaste, con un pequeño tic nervioso en el ojo izquierdo—. No pienso volver a bajar ahí, si voy a mo-morir ¡Será tran-tranquilamente, no cuando me rompan todos los huesos!

—___ tiene razón —apoyo Big recargandose en sus manos para pararse—. Deberíamos conformarnos con lo que tenemos.

—¡No tenemos nada! —se quejo el equidna rojo—. ¡Muero de hambre! Nos estamos desnutriendo aquí.

—Pues prefiero mori-ir desnutrida que allá abajo —respondiste apretando con fuerza tu cabeza.

—Eso no pasará pronto —interrumpió la murciélago mostrando una baya entre sus manos.

—¡Ahhh, dame, dame, dame! —pidio el gato morado arrastrándose hacia la chica.

Lo detuvo poniendo una mano en su nariz —¡Atrás! A no ser que tengas algo para intercambiar.

De repente pudieron escuchar a la lejanía una voz masculina.

—¡Hola! ¡¿Pueden oírme?!

—Esperen ¿Oyeron algo?

—¡Son los árboles! Están hablándonos —respondio Knuckles con una mirada llena de sospecha.

—¡Gagh! —pegaste un brinco asustada y te moviste al centro de la plataforma, intentando alejarte lo más posible de los árboles—. ¿No, no irán a intentar asesinarme, v-verdad?

—Sí, sí lo harán —respondio acercándote a ti de sobremanera, asustandote mas—. ¡Vienen por todos nosotros!

—Hey, tranquilo —la de alas lo alejo de ti cuando noto que comenzaste a temblar—. Sabes que se asusta fácil, deja tus conspiraciones de lado, ya lo discutimos antes. Los árboles no hablan.

—Si, eso es lo que quieren que creas.

—¿Amigos? ¿Hola? ¡¿En dónde están?!

Cuando escuchaste esa voz nuevamente te alteraste, cada vez estaba más cerca, tanto que el dueño de la voz se terminó estampando con todos tus compañeros.

No me dejes de nuevo [Sonic x Lectora]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora