Antes de explotar

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Es normal que yo me enoje, pero no acostumbraba a demostrarlo, aunque no siempre eso era bueno, obviamente. A veces, solamente opinaba diferente y guardaba mis comentarios para no crear una discusión. Pero en otras ocasiones, me molestaba tanto que decidía irme antes de explotar. Y eso fue lo que sucedió ese día.

¿No notaron que cuando están enojados o apurados, las cosas no salen como ustedes quieren? Porque eso me estaba pasando cuando volvía a mi casa.

Nadie podía ir a recogerme a la casa de Sam y no tenía ganas de ir en autobús, así que no tuve de otra que caminar hasta mi casa, cosa que no me molestó en un principio. Pero después me di cuenta de que había sido un gran error.

Fue cuando se me rompió la tira de mi bolso que decidí poner un alto y por lo menos sentarme en una banca a respirar.

1... 2... 3...

Una vez, mi papá me dijo que para evitar explotar y poder controlarme, podía contar hasta diez, o hasta veinte si es necesario. Es raro que lo tome en cuenta ya que prefiero distraerme con cualquier otra cosa, pero hay veces que simplemente quiero contar.

4... 5... 6...

Mi papá decía que en el tiempo que contaba, podía jugar a encontrar un nuevo rumbo para mi atención si lo que necesitaba era despejarme.

7... 8... 9...

¿Qué más me dijo papá?...

10...11...12...

—Tú.

Me destapé los ojos y cuando alcé la mirada, ya no supe si sorprenderme o no.

El frío viento movía el revuelto y esponjoso cabello de Toby, quien tenía la cara descubierta, dejando ver a simple vista unas ojeras casi igual de oscuras que sus ojos.

—¿Qué haces por aquí, Toby?—pregunté acomodando mi bufanda. Sentí escalofríos al ver su cuello descubierto y me cuestioné cómo hacía para aguantar el frío.

—Decidí caminar un poco—habló y miró por encima de mí—, no está tan mal el día.

Mi risa nasal fue acompañada por mis mocos.

—Sí, perfecto para una caminata—dije sarcásticamente.

Toby hizo un sonido con su garganta y mientras ponía las manos en los bolsillos miró el resto del banco en donde yo estaba sentada.

—¿Sabes? la gente usa los bancos para sentarse, no de mesa—bromeó.

—Ja, ja—dije—. Solamente dejé mis cosas aquí para descansar, ¿no ves que son muchas?.

Toby se estiró para ver mis cosas más de cerca.

—¿Para qué necesitas un lienzo?—preguntó con una ceja arqueada.

—Una compañera de mi hermana me pidió que me lo llevara a casa porque es un proyecto en grupo... tienen que pintar algo cada...

—Y esa tela más grande que el vestido de boda de mi tía?—interrumpió señalando la tela blanca a mi lado.

—Es para un cartel en mi salón, algo que hacemos los de último año—expliqué y agradecí internamente no ser interrumpida.

—Ah... ¿Y esa caja de madera?

—Son las pinturas.

—¿Y ese bolso?

—Eso es mío, se rompió recién.

Se tomó unos segundos para decir algo.

—¿Y por qué tienes todo tú?—dijo cuando creí que ya no haría preguntas

the new abnormal//ticci toby Donde viven las historias. Descúbrelo ahora