Frío intermitente

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Wattpad anda gay y no me deja poner una foto linda arriba >:(

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Yo sabía que no era la mejor en muchas cosas. No era la mejor estudiante, la mejor amiga, ni la mejor hermana. Y estaba bien, podía vivir con eso, de todas formas, nadie es el mejor en nada, todos vivimos en un constante aprendizaje y aprendemos mucho de los aprendizajes del otro.

Pero con lo que no podía vivir, era con no ser la mejor mamá.

¿Cómo podía ser posible que haya dejado escapar al gato tres-incluso más-veces después de que se haya perdido durante dos semanas? Solo una irresponsable dejaría pasar eso.

Claro que, ni mamá ni papá supo de la nueva rutina del gordo Sirius. Él siempre se cercioraba de irse cuando mis padres salían a trabajar a primera hora de la mañana, y luego, después de hacerme pasar unas fuertes crisis, aparecía con su peluda cola, mirándome con sus faroles amarillos, en cualquier momento de la tarde, antes del anochecer.

¡Hola, mamá! Volví para la cena.

Parecía burlarse de mí.

Ya no sabía qué hacer, estaba cansada de que siempre, de alguna manera, encontraba la forma de escaparse. Gato astuto.

Aunque siempre volvía.

Por eso, por muy culpable que me sentía, lo dejaba ser. Porque él parecía querer decirme que iba a volver.

...

O tal vez estaba viendo mucha tele.

Lo importante acá, es que siempre volvía.

Aunque yo pensé que volvía solo, como el gato adulto que es.

No fue hasta aquél miércoles en la noche que me di cuenta que en realidad, no era así.

Ese día fue el más frío de la temporada. Hasta nos habían dejado faltar a clase a Sierra y a mí, ya que ella se había resfriado severamente –como siempre– y yo bueno, yo tenía frío. Así que estuvimos todo el día viendo películas.

Sirius no había salido en la mañana, así que me dejé estar y supuse que ese día no saldría, pensé que tomó en cuenta la temperatura y prefirió cambiar de planes y resguardar su cola de la ola polar que atormentaba el pueblo.

¿Un consejo? nunca confíen en un gato, menos si es el mío.

Por pensar que no saldría y solo estar pendiente de las películas, no presté atención a la ventana del baño, que Sierra había dejado abierta después de bañarse.

Me sentí una estúpida, por completo. Y ni siquiera quise parar a preguntarme cómo hizo la bola de pelos para salir por uma ventanita del segundo piso.

No había tiempo para echar culpas, ni lamentarse. Mis padres llegarían en cualquier momento de su salida tras sus trabajos y teníamos que actuar rápido.

—¿Tienes todo?—preguntó Sierra al tiempo que yo tomaba el pomo de la puerta.

—Sí, presta atención a las ventanas, por favor.

Le estaba dando la espalda, pero aún así estaba esperando su respuesta antes de partir. Escuché como sonó sus mocos, para luego toser.

—Claro. Ve avisando.

—Aja.

Mentiría si dijera que no estaba molesta con ella por dejar la ventana abierta, luego de que le pidiera por favor que cerrara todo.

Abrí la puerta, dejando pasar un viento helado sin querer. Me apresuré a cerrar para evitar que siga entrando frío.

—¡Pon el celular con sonido!—exclamó mi hermana desde detrás de la puerta. Yo reí.

the new abnormal//ticci toby Donde viven las historias. Descúbrelo ahora