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Kinsel sonrió con el rabillo del ojo torcido cuando vio a Rivier preguntándose sobre la identidad del pajarito.

Pensó que Rivier se volvería loca porque mató al caballero de su familia, pero, sorprendentemente, solo preguntó la razón de manera tranquila.

Ese lado de Rivier era lindo para Kinsel.

Kinsel casi rompe su promesa con el pajarito y revela la verdad, pero mantuvo la boca cerrada porque era un secreto.

Rivier, que estaba frustrada por no poder averiguar qué era el pájaro bebé, persuadió a Kinsel.

—Soy responsable de conocer el motivo del asesinato del caballero de la familia Blanche. Y si lo encuentro injusto, tendré que hacerte responsable, Kinsel.

—Oh, Dios mío, princesa. ¿No me diga que era su caballero favorito? No es así, ¿verdad?

Cuando Rivier trató de recordar, no encontró nada especial en el Caballero Hamilton. Bueno, de hecho, ella tampoco estaba familiarizada con todos los otros caballeros.

No era un caballero especial para ella, pero seguía siendo uno de los miembros de su familia.

Rivier dejó escapar un pequeño suspiro.

—No conozco personalmente a ese caballero, pero sigue siendo uno de los caballeros de mi familia. Tengo que recoger los pedazos.

Kinsel se quedó atónita cuando vio la expresión preocupada de Rivier.

La vista del turbulento río era tan hermosa como la del solsticio de invierno en la montaña Admon. Era una belleza que no debía mancharse.

—En el futuro, pediré permiso a la princesa antes de matar a cualquiera de las personas de la familia Blanche.

—Estoy agradecida por eso, pero ¿qué pasa con el incidente que sucedió? El te está buscando ahora.

—Entonces mataré al Caballero comandante para que todo se arregle. Puedo hacer eso, ¿verdad?

—No, no puedes.

—Hing.

Croft se frotó los ojos con sorpresa mientras Rivier intentaba lidiar con los quejidos de Kinsel.

'¿De verdad dijo 'Hing'?'

'Eso no fue Kinsel.'

'¿Era un demonio?'

'Debe ser un demonio haciéndose pasar por Kinsel.'

El demonio estaba apoyando su frente en el hombro de Rivier ahora.

La mano de Croft se extendía hacia Kinsel, pero entonces llamaron a la puerta.

—Mi lady, soy Geroni.

—Adelante.

—Disculpe.

Croft perdió el momento oportuno para enfrentarse al demonio debido a la apariencia de Geroni. El demonio... no, Kinsel, aplaudió.

—Oh Dios, eres tan linda como una ardilla.

Los ojos de Kinsel brillaron cuando vio a Geroni con su espeso cabello castaño inclinado temblorosamente.

Ah, parecía que era l Kinsel real, no un demonio.

Croft decidió esperar para ver más.

—¿Qué te trae por aquí, Geroni?

—Mi lady, hay alguien a quien necesita ver.

—¿Ahora?

—Sí.

RivierDonde viven las historias. Descúbrelo ahora