Rivier

27

Después de salir de la habitación de Rivier, Croft se dirigió directamente a ver a Kinsel. Estaba tarareando mientras devoraba el pan de crema que Chester le había traído mientras Blake, Malik y Chester miraban aprensivos, pálidos de miedo. La atmósfera hizo que incluso Croft se pusiera un poco nervioso. Cuando la loca Kinsel actuaba de una manera inesperada, algo siempre salía mal.

—No —comenzó, antes que nada.

No tenía ni idea de lo que pasaba por su cabeza, pero estaba seguro de que no podía ser nada bueno.

Kinsel dejó el pan de crema y comenzó a desahogarse con Croft.

—¿Qué? ¿Por qué? ¿Por qué no?

—No.

—Es usted tan egoísta, capitán. Está acaparando a lady Rivier.

Cuando el nombre de Rivier salió de sus labios, él se acercó cautelosamente.

—¿Qué pensabas hacerle a lady Rivier?

—Le iba a pedir que me acariciara el pelo.

—¡Kinsel! —exclamó Malik— ¿Te acarició el pelo la señora?

—Sí, Malik. Se sintió muy bien.

—Vaya, yo también quiero...

—No.

Croft despiadadamente se deshizo de sus tonterías.

Malik y Kinsel hicieron un puchero. Malik tenía envidia de Kinsel, y Kinsel planeaba visitar a Rivier a espaldas de Croft. Kinsel continuó comiendo el pan de crema mientras Croft presionaba su frente dolorida y se sentaba a su lado.

—Informe.

Al notar su actitud seria, se lamió la crema de los dedos y comenzó su informe de una manera algo seria.

—No pude traer las pruebas. Creo que sabían que lo buscaría.

Croft la había enviado al norte para buscar documentos sobre la familia del vizconde Shildon, específicamente sobre los miembros que estuvieron involucrados en la muerte de su madre Leticia.

La emperatriz Leticia había sido destronada por participar en una actividad ilegal con el vizconde Shildon. La familia del conde Jesilot, pariente paterna del vizconde Shildon y Amilata y también emparentada con Leticia, también fue completamente aniquilada. Las propiedades de las dos familias se dividieron entre tres familias nobles cercanas, las mismas familias que acusaron a Leticia de conducta ilegal. Para delatar a una emperatriz que era amada por el pueblo se necesitaban pruebas concretas o un colaborador fiable. Los acusadores no tenían pruebas. A pesar de las crueles torturas, el vizconde Shildon negó cualquier conexión con la emperatriz.

El caso se retrasó sin que se revelara la verdad, y la confianza y el amor del emperador Gilfred por Leticia se enfriaron. Cuando el favor del emperador se agotó, el caso llegó a su conclusión.

Habían pasado cinco años desde la acusación inicial, sin pruebas más sólidas que la sospecha del emperador, Leticia fue ejecutada, y Croft fue exiliado.

Aunque no había ninguna evidencia, tenía que haber colaboracionismo-apoyo de quienes presionaban persistentemente a la gente para difamar a Leticia y les pagaban un precio sucio por hacerlo. Kinsel había estado investigando a las familias que habían recibido una compensación cuando se encontró con Marmota.

—Deben haber destruido las pruebas, capitán —dijo.

—Supongo que sí.

Blake lo miró.

—Parece que Marmota se ha convertido en el perro leal del archiduque Peslot.

Cuando Croft investigó el destino de Leticia después de sobrevivir con éxito a sus tribulaciones en el Este, descubrió que todas las pruebas y testimonios extrañamente conducían al Archiduque Peslot. El problema era que, dado que todo había sucedido hacía tanto tiempo y debido a que el Archiduque Peslot había invertido un esfuerzo considerable para encubrir la verdad, era difícil encontrar alguna prueba. Con el fracaso de Kinsel, no quedaba prácticamente nada que vinculara a Peslot con la muerte de Leticia.