04 | Lobos vestidos de ovejas

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CAPITULO 4
"LOBOS VESTIDOS DE OVEJA". 

NATHAN

A día de hoy, yo nunca había estado en una fiesta que no fuera infantil, y mucho menos a reuniones con amigos, porque solo tengo uno. 

Sin embargo, ahí estaba yo.

Un hombre de casi veinte años, siendo participe de un estúpido juego, con un grupo de chicos mayormente desconocidos. 

Además de  eso, estaba besando a la chica que había estado presente en mis pensamientos  los últimos dos días. 
Y tanto que iba a mantenerme alejado. 
Mierda. 

Me separo a duras penas, debo admitir, y la observo rápidamente, aprovechando que continúa con los ojos cerrados. 

Sus mejillas están levemente sonrojadas, quizás por el frío que empieza a calar.

También que tenía pecas en el rostro, muchísimas. Sobretodo en el área de la nariz. Eran tantas que incluso podrían contarse y tal vez, jugar a unirlas, como una constelación. 

Abre los ojos, dejándome al descubierto, que estaba mirando su rostro. El verde de sus ojos es magnético. Además de que sus ojos estaban posados en mis labios. 

Pensé entonces, que iba a besarme (de nuevo) hasta que escuché una falsa tos por parte de la chica que se había autoproclamado líder del juego. 

Azul, si mi corta memoria para los nombres no fallaba.  Lo había hecho a propósito, lo supe en cuanto una sonrisa se había formado en su rostro.

Una parte de mí, agradecía que lo hubiera hecho.  La otra quería estrangularla con sus propias manos. 

—Bueno, el que sigue— le escucho decir mientras tomo asiento de nuevo—. Sashita, ¿Verdad o reto?

Me había fijado que el peculiar grupo estaba conformado por tres rubias, dos castañas, y dos pelinegras.  De momento, solo sabía el nombre de las rubias y el de Emah, la castaña por la que habían organizado la reunión. 

No voy a mentir, me ha puesto de los nervios cuando Naisha ha formado tal escándalo, llamando la atención de sus amigos. 
No me gusta llamar la atención, me gusta pasar desapercibido, casi como una sombra.  Aunque no he sido capaz de reclamarle nada.  

No he podido.

Además, he acabado siendo besado por ella horas más tarde.  

—¿Reto?— la voz de Sasha me saca de mis pensamientos.  La pregunta de la rubia hace sonreír a la líder de juego con malicia, como si dijera «ay, cosita» 

—Te reto a quitarte una prenda de ropa— responde, dejando un margen de tiempo para crear suspenso. 

Aunque su tono era bastante serio, tenía que estar jodiendo. 

Todo el grupo miró a la chica, esperando que aquello fuera una broma.

Todas llevaban vestidos, por lo tanto, al aceptar aquel reto, Sasha quedaría en ropa interior. Sin embargo, ella solo la estaba mirando con consecuencia. 

—Azul no creo que... 

Empezó a decir la chica, sin embargo, su novio la interrumpió: 
—Anda, Sash. No seas aburrida, quítate el vestido—encogió sus hombros para restar importancia y miró sus uñas despreocupado—. Total, tú ropa interior no es algo que no haya visto antes.  

Las palabras del rubio me hicieron rabiar, por cosas como estás, habían días en los que me caía mal. 
Me había dado cuenta de que era el único rubio del grupo.

My Pink World (Español)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora