05 | Érase una vez

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CAPITULO 5

"ÉRASE UNA VEZ"

SASHA (Especial)

Desde fuera y para muchos, mi relación con Jason era perfecta. Dos chicos que estaban perdidamente enamorados entre sí.

Pero desde dentro, yo era una chica que había aceptado un trato con sus padres.

¡El hijo de los jefes ha quedado prendado en tí!— recordé las palabras que había dicho mamá, tras una reunión con ellos—. He visto que estuvo coqueteando contigo.

Sí, aquello era cierto. Él era un chico precioso, sin embargo no le conocía en lo absoluto.
Pero cuando le comenté aquello a  padres, su respuesta fue:

—Los jefes se han dado cuenta de las intenciones de Jason hacia tí— murmuró papá, mientras mamá le daba la razón con un asentamiento de cabeza—. ¿No crees que manteniendo feliz al hijo de los jefes mamá y papá continuarán con su trabajo?

Mis padres sin saberlo, me dieron visto bueno para entrar en la boca del lobo.

Porque sí, Jason se había fijado en mí. Pero para él, yo era la rubia con bonito cuerpo que debía ser su novia.

Nunca se fijó en mis sentimientos, ni en mi personalidad.

Porque no me conoce de verdad.

Solo asumió que era una tonta sin cerebro solo por ser rubia.

Cada vez que yo hablaba, no era así.

Cada vez que yo pensaba en algo, estaba mal hecho.

Que según él, las mujeres no teníamos derecho de pensar.

«—Ustedes las mujeres solo sirven para tres cosas — recuerdo que me había dicho, tras comentarle una idea para un posible emprendimiento —. El sexo, los quehaceres del hogar y para cuidar a los niños en casa».

Una vez se lo comenté a mamá, y ella dijo que con el tiempo, las cosas cambiarían. Tal vez mamá estaba equivocada, ya que habían pasado casi un año y Jason continuaba siendo un patán conmigo.

Solo que sólo yo sabía acerca de aquello. Frente a los demás, me trataba como si de verdad me quisiera, como si no solo fuera un capricho para él.

Por otra parte, al menos siempre había tenido los pies en la tierra y nunca me había enamorado de él y era cierto que me había planteado un par de veces la idea de dejarle, pero mis padres me lo habían prohibido.

Lo que había pasado hoy, era una novedad absoluta. Siempre había cuidado lo que decía y hacia frente a nuestros amigos. Sin embargo, siempre hay un error. Y tal vez el qué haya estado consumiendo alcohol sin darnos cuenta, había influido en su comportamiento.

Bien dicen que los niños y los borrachos no mienten.

Sabía que Azul sospechaba de algo, ella era como la madre de todo el grupo, además, la mirada que me dió mientras todo el grupo la juzgaba, hablaba mucho más que sus palabras.

No rompí a llorar frente a mis amigos porque, ellos no tenían que enterarse. Yo sola tenía que intentar alejarme del gran problema en el que me había inmiscuido.

Había una teoría en la que los colores verde y morado eran colores que quedaban bien juntos porque combinaban. Pero quizá era solo era algo como mi relación con Jason: Apariencia.

Algo lindo para quien no supiera lo que de verdad tenemos.

No sé que me motivó a salir a caminar, quizás era que quería despejar mi mente y pensar en un posible cuento de hadas y princesas, donde mi “Érase una vez” sería perfecta y dónde tendría un príncipe azul como eso que salían en los cuentos.

Uno que me aceptase tal cuál soy, con mis defectos y virtudes. Que me hiciera reír en vez de llorar y estuviera para mí en cualquier momento.

Uno que aceptara un no por respuesta al momento de la intimidad, que no solo porque yo fuera su novia, tenía que aceptar.

Sin darme cuenta, había llegado al mirador, mi lugar favorito en la ciudad. Lugar al que había dejado de venir porque a Jason no le gustaba salir al aire libre a menos que fuera a una de sus estúpidas fiestas.

En cambio a mí me encantaba venir aquí. Sobretodo por la vista del cielo que podías apreciar en este punto de la ciudad. Las estrellas brillantes a más no poder, siendo ellas y la Luna quienes se convertían en el centro de atención. La contaminación lumínica no existía en ese punto, por lo que era algo fascinante a la vista.

Escuché el tono de mi teléfono, avisando la llegada de varios mensajes y lleve mi vista hacia el.
Eran dos de Azul y uno de Naisha.

Azulquia: Lo siento, Sash. No quería hacerte sentir mal... De verdad perdóname.

Azulquia: Jason me cae mal, y lo sabes. Solo quería saber si te defendería. Y me dí cuenta de que es peor de lo que aparenta.

No respondí, no es que estuviera molesta con ella, me sentía avergonzada. Con todos, pero sobretodo conmigo misma.

Revisé el chat de Naisha rápidamente, el mensaje que tenía me arrancó una sonrisa:

Naisha: He mandado a Cygnus al súper y ha traído una cantidad exagerada de chucherías, así que he pensado si te apetece que pase por tí y hagamos pijamada? (No acepto un no por respuesta)

Respondí un simple "sí" y le envié la dirección de dónde estaba.

Después le explicaría a mis papás que no dormiría en casa. Ahora solo disfrutaría de las estrellas.

—Cada estrella tiene un nombre— la voz ronca de un chico junto a mí, me sacó de mis pensamientos —. Por ejemplo, esa de ahí es la estrella Polar.

No sabía a qué había venido aquello, pero, el moreno de incipiente barba junto a mí, tenía razón.

—Su constelación es la Osa menor— decimos al mismo tiempo—. Creo que alguien estuvo haciendo su tarea últimamente.

Sonrío, pues, mi mayor sueño era el de estudiar para ser una gran astrónoma.

—¿Eh?—pregunto sin entender a qué ha venido aquello.

El niega con la cabeza y me tiende su mano.

—Luck— se presenta.

Estrecho su mano, poco convencida.

¿Y sí es un loco del mirador que me podría raptar y pedir una recompensa a mis padres a cambio de mi libertad? No tenía nada que temer, Naisha seguro está por llegar.

—Sasha— digo aún desconfiando de todo lo que está sucediendo.

—¿Te gusta la astronomía?— pregunta soltado mi mano, tras una sonrisa.

Asiento.

—Quisiera estudiar física, las estrellas son fascinantes y la Luna los demás planetas— dejo de hablar rápidamente, pues, había empezado a emocionarme—. Lo siento... Yo...

Él negó con la cabeza, colocando descaradamente su dedo índice sobre mis labios para callar mis palabras.

—No tienes nada de porqué disculparte—eleva los hombros, restando importancia—. Tus ojos se iluminan al hablar de tú sueño.
Sentí como el rubor llegaba a mis mejillas.

—¿Que pasa si no es lo que espero?— susurro algo aturdida.

— Es la mejor parte de los sueños— murmuró y ambos vimos como el auto de Naisha se acercaba—. Si al cumplir uno no es lo que esperabas, sales por otro sueño.

—Tengo... Tengo que...

—Tranquila, nos veremos por ahí.

Asentí como si eso en realidad fuera a posible y me alejé hasta el Audi de la ojiverde quien me esperaba mirando con atención a mi anterior acompañe.

Ninguna de las dos mencionó palabra en el transcurso a su casa. Mi canción favorita resonó a través de los altavoces, por lo que me atreví a subir el volumen, ya soltaría las palabras a borbotones cuando llegamos a su casa, de momento, quería atesorar el érase una vez, yo sola.

My Pink World (Español)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora