IX

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Enid sentía que algo andaba mal, de la última vez que la vio donde Wednesday no se despidió de ella ni siquiera soportaba el contacto visual entre ambas por más de cinco segundos.

Pasaban los días, Ajax la venía a ver algunas veces y esas eran las peores porque Wednesday se iba en el momento que veía a su amigo entrar por aquellas puertas.

Su amigo le decía que ella estaba celosa y era por eso que se iba al verlo, pero la rubia lo negaba y lo encontraba imposible, ni siquiera le había dado indicios... bueno, eso era lo que ella creía porque del otro lado pareciera que entregó hasta la luna.

Pero a pesar de todo eso, de su cambio repentino y sentir que ella se alejaba lo poco que se habían acercado, a Enid no podía gustarle más, con sólo verla y aunque dure menos de cinco segundos su contacto visual con eso ya bastaba para hacerle feliz el día. El sólo hecho de que ella siga viniendo a la cafetería son ganas de Enid para venir a trabajar, ya ni siquiera le importaba el dinero... miento, un poco menos.

Y ya sentía que tenía el coraje para invitarla a salir, aunque sea como amigas. Era sólo el hecho de avanzar un paso más en su relación, por lo que Enid al hacer el pedido de la pelinegra, decidió tomar una de las servilletas que colocaba en la bolsa y un bolígrafo rosado.

"Wednesday, ¿te gustaría salir conmigo a conocer más recetas?"

—Dios, parece con doble sentido —murmuró hacia sus adentros haciendo bolita la servilleta y tomando otra.

"Hola Wends, ¿quieres salir conmigo? No es como una cita pero si quieres que lo sea por mí está más que perf-"

Rayó las palabras frustrada, no sabía cómo decirle sin llegar a ser una degenerada o que ella pensara que está loca.

"Wednesday, realmente me encantaría poder salir contigo y llegar a conocerte más. ¿Me darías aquella oportunidad?"

Se sentía estúpida al escribir eso pero a veces, de reojo, trataba de ver lo que escribía Wednesday en su computadora y cuando lo lograba llegaba a notar que escribía con un dialecto... formal. Sentía que se acomodaba a ella.

Sin perder su chispa, añadió caritas y corazones al rededor de la pregunta. Tomó el muffin que ella había pedido y lo colocó en la bolsa con la servilleta.

—Wednesday —exclamó llamando su atención, la chica se levantó dirigiéndose hacia ella y sintió como su pulso aumentaba, creyendo que iba a sacar la servilleta en ese mismo momento.

—Gracias Enid —ni se había dado cuenta que había sonreído todo ese momento hasta que le dolió su cara, asintió y la vio alejarse de ella sentándose en su mesa habitual.

Los nervios comenzaban a consumirla por completo, veía desde su mostrador a la chica que ni siquiera tocaba su café y tecleaba con rapidez en su laptop. Sintió un sabor metálico en su boca y se quejó en silencio al darse cuenta que había mordido con fuerza su labio inferior.

Después de antender varias mesas, se dio cuenta que había un chico frente a Wednesday, tenía una mirada coqueta en su rostro y sentado de una forma que se notaba que quería algo con ella. Eso sólo hizo que Enid se enfadara.

Y además, ya había pasado demasiado rato, era obvio que Wednesday había sacado la servilleta de la bolsa y había leído su pregunta.

La había leído y no le dijo nada.

La rechazó y ni siquiera fue capaz de decirle a la cara.

Enfocó su vista nuevamente viendo como el chico que tenía enfrente levantaba su mano haciendo gestos llamándola, eso sólo la hizo más desagradable.

Al llegar frente a ellos, sentía vergüenza y rabia mezclada contra la chica así que no la miró, hizo como si no existiera. Quizás era lo mejor.

—Hola, quería pedir dos cafés —oh, es una cita. Y ella le había preguntado por eso, había traspasado un límite y había tomado una confianza que nadie le otorgó.

Enid asintió tragándose el nudo que tenía en su garganta y se volteó dirigiéndose hacía la máquina de café. Se sentía inútil y estúpida, no sabía de dónde había pensado que ella le iba a aceptar aquella cita, ni siquiera le había mostrado interés, a menos que escucharla hablar horas seguidas sea interés, pero eso cualquiera lo podría hacer.

¿Cierto?

Al llegar frente a ellos sintió que iba en cámara lenta y todo se congeló al escucharlo.

—¿Te parece ir al baile conmigo?

No, dile que no.

Enid la miró tratando de descifrar su mirada, tratando de saber que pasaba por su mente y saber cuál era su respuesta, esperando a que dijera que no.

Pero no lo hizo.

Dejó los cafés en cada lado y lo único que quería era irse de ahí pero sus pies parecían no moverse, estaban clavados al suelo.

—Gracias Enid —Wednesday le sonrió y se sintió el doble de estúpida. Lo único que pensaba era que le sonreía por pena y que no iba a responderle que sí enfrente de ella para no hacerle más daño.

Ni siquiera pudo devolver su sonrisa, no sabía exactamente cómo se había visto su rostro pero estaba segura que no salió una sonrisa de su mueca forzada.

Caminó hacia otra mesa que la estaba llamando, tratando de por lo menos con eso sacarse de su mente un segundo aquella chica.





Enid miraba al techo, acostada en su cama. Ajax estaba del otro lado de la pantalla viendo cómo su amiga se destrozaba por un amor no correspondido.

—Ni siquiera tuvo el coraje de decírtelo a la cara, Enid. Piensa en sólo ella —escuchaba a su amigo enojado, había estado toda la llamada maldiciendo a Wednesday.

—Yo tampoco tuve el coraje de pedirle salir a la cara —murmuró para luego seguir llorando, levantando su cabeza cuando sentía que se ahogaba en mocos y lágrimas.

—Ya vendrá alguien mejor, además, ni siquiera es taan linda —dijo enfatizando en el "tan".

—Mentiroso —sollozó Enid para taparse la cara y casi gritar del llanto.

—Cierto, es muy hermosa.

Y con eso, Enid quebró por milésima vez en llanto exagerado.

first sight ; wenclairDonde viven las historias. Descúbrelo ahora