Wednesday no conocía el amor, ni siquiera cuando leía libros se daba el tiempo de leer aquellos romances que se daban en la historia, es más, los saltaba porque le repugnaban y decía que no tenía relevancia en toda la trama. Siempre esquivó el tema, cuando su tía intrusa le preguntaba si ya por fin se dignaba de tener novio ella sólo la ignoraba y cambiaba de tema, le incomodaba pensar en ella misma con alguien... más con un hombre.
Nunca se fijó en alguien, nunca se quedó mirando a una persona por mucho tiempo hasta cansarse de hacerlo sólo porque lo encontró bonito. No. Eso no pasaba con Wednesday, ella no creía en el amor y era algo que nunca le iba a ocurrir porque no le interesaba. O porque no se sentía capaz de amar a alguien, ya que le da miedo el rechazo y ver que esa persona se aleja de ti por unos sentimientos estúpidos, así que prefiere omitir esa parte dolorosa de su vida colocando la emoción del "amor" muy pero muy en el fondo de su corazón.
Pero Enid pudo encontrar esa emoción, no sabe cómo lo hizo, pero piensa que quizás ella se dio el tiempo de recorrer su corazón tratando de buscar esa llamada emoción que nunca pensó que iba a sentir.
Enid había hecho que el corazón de Wednesday diera vueltas en el mismo lugar, que su respiración se acelerara, que comenzara a sudar (algo que en su vida ha hecho, ni haciendo ejercicio), que tirite y que le cueste hablar.
Fue algo inesperado, si le hubieras dicho a Wednesday que ese día en la cafetería ella se enamoraría de alguien y más a primera vista, se habría reído de ti y luego haberte amenazado con nunca más decir algo como eso. Era un insulto. Pero ahora ella ya no sabía lo que era un insulto, no sabía como manejar sus emociones ni acciones cuando se encontraba frente aquella rubia.
Se sentía inútil, todos los días luego de ir a la cafetería se sentaba en su cama tomando una almohada para estamparla contra su cara y ahogar un grito en ella. Siempre tuvo razón, el amor te hace inútil y te hace daño.
Lo único que quería hacer era acercarse a Enid y hablarle, o escucharla hablar, le daba absolutamente lo mismo si eso significaba pasar tiempo con ella y ver su angelical rostro. Pero le costaba hablar, nunca fue buena para aquello y menos con alguien que sentía arañas en el estómago al verla.
No sabía si era mutuo todo lo que estaba pasando, no sabía si siquiera era normal gustarle tanto alguien con sólo verlo una vez, desde el primer momento sintió que su alma salió de su cuerpo y se fue con Enid pegado como chicle.
Enid era en lo único que pensaba al despertar y al dormirse, cuando abría los ojos en la mañana pensaba en si estaría ella al ir a la cafetería o si Bianca llegaría a su puesto y no sabría más de ella —eso le aterraba, aunque no lo admita—, cuando se vestía y arreglaba levemente con maquillaje se preguntaba si Enid se fijaría en lo que tiene puesto y si la encontraría bonita, he de decir que ese pensamiento la hacía querer vomitar pero no podía evitar pensarlo. Cuando caminaba hacia la cafetería se imaginaba a Enid en su posición habitual, limpiando la máquina o haciendo algún café con su lengua entre sus dientes por lo concentrada que se encontraba y cuando llegaba a aquel lugar se sentía feliz al saber que estaba en lo correcto y que Bianca no llegó. Cuando se acercaba al mostrador podía sentir sus manos tiritar despacio pero las escondía en sus bolsillos tratando de ocultarlo, pensando en que si Enid se da cuenta y si la encuentra estúpida. Cuando le habla a Enid se pregunta en lo que pasa por su mente, si ella piensa en que su voz es irritante o si simplemente no piensa en ella. Todo el día se pregunta si ella pasa en la mente de Enid como ella pasa en su mente.
La respuesta es sí.
Enid tampoco conoce el amor, pero le encantaría hacerlo. Es de aquellas personas amantes a las películas románticas, película que le preguntes ella se la habrá visto unas diez veces, ella leía esos libros súper cliché que finalmente son películas en Netflix y le encantaba. Ella siempre quiso conocer el amor y tener un romance de película, pero nunca tuvo la suerte para aquello, nunca le gustó tanto alguien para llegar algo más que sea intercambiar algunas palabras, se pregunta el por qué de eso y sólo se responde que quizás no ha encontrado a ese alguien correcto que la enamorará en un segundo y que con sólo mirarlo se dará cuenta que es el indicado.

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first sight ; wenclair
Contodonde wednesday se enamora de la barista en una cafetería. todos los derechos reservados.