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Juguemos en el bosque mientras el lobo no está. Juguemos en el bosque mientras el lobo no está.¿Lobo está?...
Cuando Taeyong era pequeño, amaba jugar al lobo con su hermano. Él siempre era el niño que cantaba y su hermano era el lobo feroz. Y su hermano siempre lo atrapaba.
Ahora, Taeyong se sentía como en ese juego, y se sentía atrapado por el lobo.
Aunque no era un lobo lo que le había atrapado.
Y tampoco era su hermano la persona con la cual "jugaba".
El chico delante de él, era escalofriante al mismo tiempo que algo irrealmente hermoso. Taeyong no sabía si apartar la vista, empujarlo y huir de allí. O quedarse en sus fríos brazos.
Él tenía el cabello más oscuro que Taeyong hubiese visto en su vida. Aún en la penumbra de la noche, había una pequeña claridad que iluminaba su rostro.
Taeyong hubiese deseado que eso no fuera posible. De esa manera no estaría viendo ahora esos ojos vacíos. Y, literalmente estaban vacíos, simplemente llenos de oscuridad.
No tenía pupilas ni el característico color blanco que todas las personas tenían alrededor de el círculo en el medio.
Sus ojos simplemente eran un pozo negro.
Y eso en parte era lo que le aterraba. Porque eso quería decir que el chico delante de él no era un humano.
"Dicen que hay demonios en ese bosque y por ello nadie se acerca a él. Es realmente terrorífico"
Hace algún tiempo su mejor amigo Dong le había dicho esas palabras. Pero Taeyong no creía en esas cosas, así que simplemente no le hizo caso.
Los demonios no existían. Ni nada parecido a ello.
Él no estaba en una película donde resultaba que existía otro mundo a parte de ellos. Ni nada que ver con demonios que roban las almas de las personas.
Pero la humanidad siempre guarda los mayores secretos y los mantiene ocultos. Nadie sabe realmente que hay entre las sombras.
Taeyong no sé perdió ni un pequeño detalle del chico frente a él. Un pequeño lunar bajo su labio inferior. Pequeñas pecas en su rostro, sus cejas anchas y rellenas, su cabello caía hasta sus hombros. Se veía sedoso, inclusive con un pequeño brillo.
Si este era el lobo. Taeyong no estaba tan enfadado porque lo hubiese atrapado.
El rostro del chico se iluminó con una sonrisa. Pero sus ojos fríos seguían allí, causándole miles de sensaciones que helaban su piel.
