Dark Place. YuTae

Epílogo

La suave brisa mañanera entraba por su ventana, moviendo las cortinas que recubrían la habitación. El ulular del viento, le causaba una linda sensación de tranquilidad.

El cantar de los pájaros que despertaban igual que él era toda la música que necesitaba para sentirse bien. Sin embargo, no era eso lo que le causaba su estado de serenidad y paz.

La mano en su cintura bajó, traviesa, arrastrando los dedos cálidos sobre la tersa piel de sus muslos descubiertos.

Sus labios se movieron por su cuello dejando una cadena de suaves y tiernos besos por toda la zona. Su cuerpo respondió a las caricias al instante.

Taeyong se removió en la cama, saliendo de su estado de ensoñación y dándose cuenta de que alguien estaba extremadamente juguetón esa mañana.

Lo sentía en todo su cuerpo, pero era más notable en una parte específica.

Tenía eso duro presionado contra sus nalgas, demasiado bien acomodado entre ellas para que fuese una casualidad.

Emitió una pequeña risita, no podía evitarlo. En los últimos tiempos, él había estado más "movido" de lo usual, tenía demasiados ánimos.

Y las consecuencias las pagaba él y su pobre culo que era el que peor quedaba.

Taeyong imaginaba que su constante actividad sexual se debía a que en unos días tendría que irse, de nuevo a ese lugar.

Así que entendía que quería aprovechar todo lo que pudiera de su cuerpo, y Taeyong no era quien para no dárselo, sabiendo cuán sólo estaría allí y lo mucho que lo extrañaría.

Por tanto, su culo podría sufrir un poco más, nadie moriría por ello, tampoco era como si realmente le molestara.

Cuando estaba dentro suyo, ni siquiera recordaba quien era él mismo porque el placer lo cegaba.

Un gemido lo delató, dando a saber que estaba despierto y Taeyong se llevó una mano a la boca. Su risa grave le causó aún más cosquillas en su cuello.

Además del casi inexistente rastro de barba que portaba. Ahora que lo pensaba, debería decirle que se afeitara antes de irse.

Los dedos de sus pies se curvaron cuando su boca descendió por toda su columna vertebral, dejando un reguero de besos, ya no tan tiernos sobre su piel.

Arrastrando su lengua de vez en cuando y dejando pequeñas marcas y mordidas a medida que bajaba.

Hasta llegar a su trasero.

Taeyong apresó la almohada entre sus dedos, imaginando lo que haría a continuación, para su sorpresa no fue así.

Lo volteó en la cama como un muñequito de trapo y él se dejó. Jadeó confundido, esperaba que él lo lamiera allí no...

-Yuta~~

Se deshizo en un largo gemido cuando bajó sus braguitas de encaje y engulló su miembro en su boca.

La cálida, mojada y suave cavidad lo recibió gustoso, abrazándolo y acogiéndolo a la perfección.

Taeyong apretó con más fuerza la ropa de cama e intentó mover sus caderas ansioso. Yuta lo detuvo, apretando el agarre en sus caderas e impidiendo que se moviera.

-N-no es... Justo. -Se quejó, una suave risa emanó de la boca que recorría su longitud con suma lentitud.

El vibrar sobre su polla causó que agarrara un puñado de su cabello azabache en sus manos y lo halara.

Yuta gruñó, volviendo a vibrar sobre su miembro. Taeyong apretó su cabello con más fuerza y lo obligó a mirarlo.

Intentó quejarse, pero los ojos contrarios se recubrieron de negro, Taeyong jadeó quedándose sin aire en su sistema.