¿Y si te decimos que las sirenas en realidad existen? Estos seres están inspirados en los pueblos acuáticos de Pandora.. El Clan Nerei'kinä.
Acompáñanos a descubrir la historia de una Na'vi completamente diferente al resto.
Nadie hubiera creído que...
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*Alani
¿Por qué siempre evitaba hablar de lo que pasaba con Ao'nung?. Si, hemos tenido nuestros momentos de mucha cercanía, los deseos de poder explorar la sensación del tacto íntimo era latente entre los dos pero no podía hacerlo aún. Hasta el día de hoy era asi pero ese mismo calor que me provocaba él lo sentí con Neteyam hace un momento, sus ojos, su respiración cerca de mí, sus labios tentadores.. ¡No! Eso sería una locura, ni siquiera lo conozco.
Gran Madre te pido un poco de autocontrol, está noche me quedaré en la playa, necesito poner en orden mis pensamientos. La cena con la familia fue normal, prácticamente era como una hija más y eso se los agradecía, al terminar avisé que llegaría un poco tarde, ya estaban acostumbrados, sabían que era bastante libre.
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Me fui caminando despacio por la costa, la luz del agua aquí se parecía mucho al de la cueva donde vivía. El silencio y los recuerdos de mí familia eran los puntos claves para desatar el llanto. En noches como estas en las que me sentía mal ya sea por alguna pelea con mis amigos o con Sean mí madre me llevaba a las rocas a cantar, decía que la voz de un Nerei'kinä no solo sirven para la caza, es la forma de expresar lo que sentimos, que nuestras palabras cobran sentido cuando el corazón está implicado. Ya perdí las esperanzas de encontrar a mí hermanito pero aún tenía esos sueños en las que él llegaba sano y a salvo. Entré al agua sentándome un momento solo me cubría hasta la cintura cada vez que una ola llegaba, mire mí collar para juntar fuerzas y no derrumbarme pero quería escuchar sus voces llamándome, sentir sus abrazos y palabras de ánimo. Mí voz salió sin pensarlo dos veces, podía ser muy emocional o enseñar mis garras cuando era necesario pero el sentimiento de soledad aún persistía después de tanto.
Las lágrimas cayeron poco a poco y la necesidad de soltar mis penas eran inevitable, oculte mí cara entre mis rodillas y empecé a llorar, así estuve unos minutos hasta que escucho unos pasos a mis espaldas, sentí unos brazos fuertes abrazarme y un aroma que no conocía bien... Abrí los ojos y el color de su piel no era de un Metkayina, alce la vista y era Neteyam quien me tenía apegada a su pecho.