Capítulo XXXI

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El Doctor Jeon miró de reojo a su acompañante que dormitaba sobre su hombro. Habían llegado al aeropuerto poco antes de las seis de la mañana. Habían pedido un café mientras esperaban al trío de doctores, pero Tae apenas había probado el suyo, estaba demasiado cansado.

Las últimas dos semanas habían sido estresantes para Jungkook. Había estado ayudando a Namjoon con todos los detalles del viaje, incluso había ido con él a hablar con el padre de Jin sobre el tema del Hospital mientras ellos iban a estar ahí fuera. Además, estaba la presión que el mismo director había ejercido, ya que pensaba que Jungkook iba a estar al cargo durante esos días. Todas las indicaciones que Jin le daba, él se las hacía luego llegar a su padre. Por supuesto manteniendo al director ajeno a todo ello.

La noche anterior Tae le había ayudado a relajarse por fin, ocupándose de llevar el control. Toda la tensión acumulada se había disuelto cuando el doctor Kim le había hecho llegar al clímax con su lengua y luego de nuevo mientras le hacía el amor despacio. Jungkook había estado a punto de soltarlo todo en ese momento, pero se contuvo.

-Veo que has dejado a mi amigo agotado – dijo un sonriente Hobi sentándose frente a ellos. Jungkook no entendía cómo alguien podía estar de buen humor a esas horas.

Yoongi se dejó caer junto a él, gruñendo, los ojos prácticamente cerrados. Eso ya era más normal. Minutos después Jimin llegó con una bandeja con bebidas para todos. Tae se movió sobre su hombro, abriendo los ojos despacio. Se puso recto tan deprisa cuando vio que estaban los demás, que todos se echaron a reír así que volvió a esconder su cabeza en el pecho de Jungkook para que no le viesen sonrojarse.

Se dirigieron a la puerta de embarque en cuanto apareció en los carteles del aeropuerto. Solo llevaban equipaje de mano para el finde así que no tenían que estar pendiente del tema facturación de maletas ni
nada de eso. El vuelo duraba poco más de una hora. Antes de que se diesen cuenta ya estarían en Jeju.

...

Jin de despertó poco después de las 6 de la mañana. Su vuelo no salía hasta las ocho y media, pero estaba tan nervioso que no pudo seguir durmiendo. Revisó una vez más que todo estaba preparado para el viaje y le envió un mensaje a Jungkook recordándole que no llegase tarde ya que tenía que mirar el correo del director antes de empezar su turno. Sabía que se había pasado un poco con su amigo los últimos días, tomó nota mental de invitarle a una comida casera cuando Namjoon y él volviesen del viaje.

Volvió a su habitación a despertar al secretario, pero lo encontró ya despierto tecleando en su móvil.

-Buenos días - dijo desde la puerta. Namjoon dio un respingo, casi se le cae el teléfono de las manos. -
-Oh, buenos días. ¿Ya te has duchado y todo? - le preguntó al verle ya vestido.
-No podía dormir. La emoción - sonrió y su prometido hizo lo mismo. - Venga, aséate y si eso desayunamos en el aeropuerto. No tengo ganas de ponerme a hacer nada.

Namjoon asintió y se dirigió al baño. Los chicos ya le habían confirmado que su vuelo salía en hora, así que no tenía que temer coincidir con ellos antes de coger el avión ni nada de eso. Esperaba que todos los nervios valiesen la pena y a Jin le gustase la sorpresa.

Como tenían que facturar maleta tenían que llegar al aeropuerto con tiempo de sobra. Su prometido pensaba que no era necesario, pero Jin insistió. No quería que la seguridad le preguntase porque llevaba un par de esposas en su equipaje.

Desayunaron tras dejar la zona de facturación y se fueron a la puerta de embarque cogidos de la mano. Una vez en sus asientos, Namjoon comprobó su teléfono antes de tener que apagarlo. Sonrió cuando vio un mensaje en el grupo de la despedida confirmando que iban a recoger el coche de alquiler y ponerse camino al resort. El plan había sido revisado una y otra vez, pero no había manera de controlar los imprevistos. Por ahora todo estaba saliendo a la perfección.

Anatomía de Jeon [Taekook]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora