26.- Soportar

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La amargura tiene varios sinónimos, como irritación o mal humor, cosa que nos hace a veces pensar que toda la vida está de nuestra enemiga, y que cuando buenas personas quieren entrar, esta les cierra el paso, encerrandonos en más disgustos y desconformidades gigantes, como un enorme círculo vicioso.

—¿Qué tramas ahora mujer loca? —Tsu'tey quería quitarle el teléfono a Sylwanin.

—¡¿AO'NUNG TIENE UNA NIÑA CON NETEYAM?! —le gritó, enseñándole una foto.

Tsu'tey le arrebató el aparato, se puso lentes y acercó la imagen, eran Neteyam, Ao'nung, y una pequeña con una mejilla morada, después, había otra foto de la niña sola, con un pijamas rojo.

—No creo seas idiota, no puede ser hija de ellos.

—¡Pero se parece a Ao'nung y su tonto prometido! —seguía el drama.

—Escucha, es coincidencia, si sólo tomaste mi teléfono para revisar mis redes sociales, estás demasiado mal.

—Tsu'tey, sabes que me encanta ese chico, por favor, ayudame con él~ —trató de hacerle ojitos.

—No, además esa cara de chivo regañado que haces, es horrible, ellos son felices y punto, lo de la niña no es tu asunto.

Tsu'tey dejó la oficina, con la mujer detrás, su coraje se le salía por los poros de la piel, ardiendo cada parte y célula qué la conformaban, era lógico que Neteyam no podía haber tenido una niña, y mucho menos Ao'nung que apenas sabía que le había propuesto matrimonio al príncipe Sully.

—Humm, en la foto parece que la niña tiene un golpe... Je... Voy a investigar en esto... —Sylwa era más que mala.

-§-

—Auch... —Xio se tallaba la mejilla.

—Nena, quédate quieta, ese golpe recién salió hoy, se ve horrible. —Neteyam le curaba el golpe.

—Tal vez tu papá alcanzó a pegarte. —Ao'nung la abrazaba.

Las heridas de Xio, eran difíciles de mantener sanas, ya que sin querer, descubrieron que la menor era hiperactiva, y Ao'nung la había estado mimando algo con regalos y juguetes.

—Xio, hoy vendrán tus abuelos a verte, ¿si? —dijo el Metkayina.

—¡Amor, dijimos que no diríamos nada!

—Perdón Nete... Es que... Me emociona tener a esta niña aquí. —con amor le hizo cosquillas a la niña.

—Señor Neteyam... Me iré en cuanto usted me diga... Perdón si causo problemas...

—No Xio, no es eso, es que me preocupa que-

Tardó menos hablando que los chillidos de Ronal y Neytiri al entrar, tenían muchas bolsas en las manos, ellas ya sabían el contexto de cómo Xio llegó a esa casa, pero era lo de menos.

—Ay, miren a esa princesa hermosaaaaa. —la Sully la abrazó.

—Diooos, dejame tomarle una fotoooo. —Ronal pidió.

 —Ronal pidió

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Unos labios sabor a cerezaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora