5.- Vodka

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No estaba tan acostumbrado a bebidas alcohólicas, más que el vino o champagne, lo suyo no eran cervezas o vodka. Cuando escuchó que Ao'nung lo llevaría a tomar algo, imaginó algo más, como un café, no un bar a esas horas. Neteyam siguió a Ao'nung hasta la barra, donde cada uno se quedó ahí, el lugar estaba algo lleno y tuvieron que quedarse parados; al Sully no me molestaba, pero al otro sí.

—Pff, he estado parado desde hace horas, y no hay ni un sólo asiento. —se quejó el Metkayina.

—Ao'nung, tú siempre estás parado por la ansiedad, ¿eso cambió desde que me fuí?

—Lo que ocurre, es que en verdad quiero sentarme, conversar y tomar algo grato, lo normal en un lugar como este.

—Entonces... ¿Qué pedirás? —preguntó su acompañante.

—Cierto, si venimos a un bar, es para tomar algo —se giró y llamó al camtinero—. ¡Hey, dos vodkas!

—Vodka, humm, siento que no podré pasarlo. He visto que hay personas que dicen que esa bebida da calor o cosas así.

—Qué chisme más tonto, eso no es así, depende de qué tanto ingieras. No tomarás como loco. —le pasó la bebida ya servida a Neteyam.

El chico miró su vaso, oliendolo y saboreandolo como si fuera vino, mala costumbre. Eso hizo reír a Ao'nung, pero lo hizo super bajo, no quería que su amigo lo riñiera, es que ahora era todo un señorito, con elegancia y hasta alzando el meñique.
Neteyam tomó de golpe el contenido, tosiendo un poco y haciendo muecas por ser la segunda vez que probaba eso.

—Puagh, uuff —sacó aire de sus mejillas—. Sabe raro, creo debo acostumbrarme.

—No vayas tan rápido, se te puede subir. —Ao'nung, como todo un experto, tomó su trago.

—Gracias por el dato, y dejando eso de lado, dime lo que pasó entre Kiri y tú, no lo entiendo... —sacó una paleta de cereza y la llevó a su boca para quitarse un poco el sabor.

—Antes que nada, ¿por qué siempre comes paletas de cereza?, cargas ese olor a todos lados, no me molesta, pero es curiosidad.

—Primero responde tú, no seas grosero, yo te responderé después.

—Hump, bien. Cuando te fuiste, mi padre sabía que yo tenía que estudiar, dedicarme a algo, ya sabes, entonces, fué que me metió al mundo del deporte, me metió a gimnasia, me metió a baseball, a futball, y esas cosas, entre ellas el basquetball. El basquetball en realidad no es algo que me guste, pero sin quererlo, me volví demasiado bueno en ello.

—Sí pero... ¿Dónde entra su relación ahí? —Neteyam tomó su quinta ronda.

—Ahí voy, calmate hermano, entonces, pasa que Kiri y yo compartíamos el mísmo espacio de entrenamiento, me refiero al lugar, no deporte, nos conocíamos y todo, pero no cruzabamos palabras, hasta que mi madre intervino, diciendo que sería bonito que dos personas con hermosos talentos estuvieran juntas, por error, esparció el rumor de que Kiri y yo estábamos juntos ahí por una razón, y tus padres y mis padres hicieron conspiraciones y teorías así de que andábamos, cosa que no era verdad y... Henos aquí. —miró sus pies levemente.

—Creo que no debiste dejarte llevar por eso, me imagino que lo trataste de aclarar, pero no resultó, y por no querer defraudar más a tu padre, sigues lo que dice, y Kiri sabe que como no están del todo comprometidos y que no hay sentimientos de por medio, pueden estár con quien quieran.

—Nunca acabas de sorprenderme, es exacto a como dices, ahora dime tú lo de las paletas. —ahora era él quien bebía un poco más.

—Ansiedad, mi trabajo me estresa a veces y eso me ayuda a canalizar lo que siento. —habló directo, como si no hubiera acabado, dejando a Ao'nung esperando por más.

Unos labios sabor a cerezaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora