IX

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Le dolía horriblemente la cabeza, parpadeo varias veces intentando enfocar su mirada pero realmente lo único que podía ver era una bombillo amarillo sobre su cabeza el cual colgaba de un cable grueso desde la parte superior del techo. A su lado derecho había una mesa cubierta de sangre con algunos artículos de medicina, y a su lado izquierdo una camilla de parto con restos de vísceras esparcidas en los costados. Su rostro se torció en una mueca de asco, solo hasta ese momento fue que se permitió mirarse a sí mismo.

Sus tobillos estaban amarrados con un alambre delgado, y sus manos estaban sujetas en los apoyabrazos de una silla de madera con algo que parecía ser cinta adhesiva, soga y algo similar a clavos oxidados. Si se movía un poco aquel artefacto le propiciaría una herida prácticamente letal, no solo era por el tema de la pérdida de sangre sino por la inminente infección que contraería su cuerpo.

A diez pasos de distancia estaba aquel policía, Kim Jongdae sentado con las piernas cruzadas, en su mano derecha un bastón de acero y en su costado izquierdo un perro de raza pitbull con bozal.

—Despertaste.

—¿Qué diablos quieres conmigo?

—¿No has caído en cuenta de la situación en la cual te encuentras? Con solo elevar mi mano este hermoso perro correrá hacia tu cuello, el ataque de mi mascota te dejará irreconocible. Realmente me encantaría ver la expresión de horror del oficial Park Chanyeol cuando vea tu cadáver. ¿Sera tan sensual como la que hizo cuando notó que yo era el cuervo?

Kyungsoo se quedó en silencio, es cierto, no tenía probabilidades de salir con vida de ese sitio y estas se reducían si no intentaba distraer de buena manera a aquel demente al menos hasta recibir ayuda del exterior, porque sí, tenía la esperanza de que su novio lo estaba buscando desesperadamente.

—Está bien, tienes razón. Estás en tu elemento... ¿Por qué yo? No tengo nada que ver contigo...

—¿No tienes nada que ver conmigo? — negó con la cabeza — En cambio, pequeña molestia. Todo esto ha sido por ti. Nosotros —, dijo Jongdae haciendo que dos chicos más aparecieran a su lado.

Kyungsoo pudo reconocer a su jefe Kim Minseok, el otro a su costado parecía ser Kim Jongin el hombre que ayudaba en el perfil criminal de los casos de su novio.

—¿Minseok? Que hijo de...

—Esa boquita —, murmuró Minseok comenzando a reír.

—Todo es por ti —, concluyo la nueva persona que aparecía en la sala. Los ojos de Kyungsoo casi salen de sus orbitas.

—Kim Junmyeon... ¿cómo es posible?

—Todo inicio con una pequeña rata que se metió a mi negocio —, comenzó a decir Minseok sentándose junto a Jongdae —. Debo agradecerte por aumentar mi imperio, pero mis propios clientes preferían la droga que comenzaste a crear que la mía... y luego de aceptar compartir mi negocio terminas revolcándote con un policía. Un maldito policía, uno que no es corrupto. Uno.... Uno que me rechazó.

—¿Eh?

—Park Chanyeol, oficial de la ley condecorado con honores. Siempre salió con mujeres, nunca dejo que yo me acercará... —dijo mirando a Junmyeon —, tampoco mi hermano pudo. Es absurdo que ambos nos hayamos enamorado de un hombre como él.

—Por años lo intentamos, parece que estaba a punto de conseguir que fuera mío hasta que... — habló Junmyeon arrugando la nariz — ... llegaste tú, dejo de mirarme, dejo de consultarme, dejo de decirme las cosas porque te las decía a ti. Dejo de salir con chicas para cuidarte a ti.

—¡Es inaceptable e inaudito! —, gritó Jongin pateando una puerta —. Robó el corazón de quien me ha gustado por años, ¡Mirá, mirá en lo que me he convertido por ti! —, mencionó señalando a Junmyeon —. Si no existieras Kyungsoo.... Si solo no lo hicieras entonces Junmyeon sería feliz.

—Digo exactamente lo mismo —, Jongdae apunto a Kyungsoo —. Todas mis oportunidades de empleo se han ido al carajo porque me comparan siempre con Park Chanyeol, él es una maldita piedra en mi zapato. Decidí ser el mejor criminal, pero él debía enfocarse en mí. Siempre con su mirada sagaz en mi espalda, poniéndome pruebas para caer en su trampa.

—Eso no tiene nada que ver conmigo—, afirmó Kyungsoo.

—Tiene.... Porque me has gustado desde siempre, pero él te arrebato de mis manos. Si no existes no tengo debilidad, si no existes podre matar incluso a mi propia madre sin sentir pena o dolor. Si no puedo ser el mejor policía, seré el mejor asesino.

—Eso... ustedes cuatro, son unos cobardes. Bien, los cuatro son el cuervo. Siempre se han jactado diciendo que tienen cinco objetivos, solo puedo contar dos. Chanyeol y yo.

—Dinero, amor, poder, obsesión, humillación. — Mencionó Junmyeon frunciendo las cejas. — Le puse este caso para que tuviera la mente centrada solo en el trabajo, para que estuviera horas conmigo en la comisaría y de alguna maldita manera lograste que dejara todo botado para follarte... eres un hijo de puta.

Kyungsoo mordió su labio, ¿cómo era posible que esos cuatro locos se hubieran obsesionado con ellos dos? ¿En qué momento de su vida las personas que estaban a su alrededor se volvieron unos psicópatas?

—Está bien, comprendo que estén enojados... ¿qué tenían que ver los inmigrantes con nosotros?

—Tú familia es japonesa— argumento Jongdae —. Al menos la real, adoptado. Eres un maldito adoptado, pero aun así...

Minseok apretó su mano, le miró por encima del hombro antes de susurrar en la oreja de Jongdae quien sonrío malicioso.

—Es cierto... suficiente platica, que comience mi momento de brillar. 

Atrapando al cuervo || ChanSoo [Terminada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora