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Pertenecer a la unidad de crímenes violentos de la estación central de Seúl no era algo que realmente le desagradara, con el paso de los años su nariz se había acostumbrado al nauseabundo olor de la sangre y viseras, su estómago era lo suficiente fuerte como para comer un plato de albóndigas junto a un cadáver en descomposición y su rostro permanecía inexpresivo incluso cuando la víctima fatal era algún infante. Prácticamente no había algo en particular que le sorprendiera. Grupos completos de locos asesinando en vía pública, el listo de turno que creía que podría imitar el modus operandi de algún criminal extranjero o el tipo celopata que asesinaba a su pareja solo por verla usar maquillaje, cosas de ese estilo eran más comunes de lo que los ciudadanos comunes creían.

En una temporada complicada podrían tener casos de categoría C (la más elevada) prácticamente todos los días, como había semanas en las que no pasaba de una pelea callejera e incluso le alcanzaba el tiempo para inscribirse en algún curso de cocina, de defensa personal o darse el lujo de sacar a pasear a su perro.

Pese a su tiempo libre desde que había sido ascendido como detective de rango superior no había podido encontrar pareja estable, era siempre un problema. Le exigían demasiado y eso era algo que Chanyeol realmente le desagradaba, él sabía cómo tratar a las mujeres.

Sabía cómo escuchar e incluso que decir para aludir de manera inteligente a su pareja. Podía asegurar que cada persona que había pasado por su cama salía más que satisfecha y jamás había sido infiel, poco atento o malhablado por lo cual luego del décimo fracaso se resignó por completo. Las mujeres siempre le daban ultimátum que no comprendía "tu trabajo o yo", astutamente él elegía lo que más le daba felicidad.

Su situación sentimental de manera resumida era una mierda total, pero si de algo distinto al trabajo podía ser motivo de orgullo para el oficial era sus buenos atributos físicos. Altura por encima del promedio, desde joven siempre presumió de sus 195 centímetros y era una costumbre que jamás había desaparecido pese a que ya nadie en la jefatura parecía sorprenderse. Chanyeol podría ser algo presumido y por ello sin importar lo apretada que estuviera su agenda sacaba tres horas a la semana para ejercitar su cuerpo, treinta minutos al mes para retocarse el cabello y diez minutos semanales para cuidado de su piel. Pese al trabajo pesado como detective, su sonrisa siempre permanecía blanca y reluciente, sus ojos brillantes y un conjunto de ropa ligero, pero a la moda.

Si, Chanyeol era un detective impecable a la hora de trabajar, pero su aspecto era motivo de comentarios de quienes no conocían el modo de desenvolverse del alto. Ser guapo, inteligente y amable eran cualidades que para los demás podrían resultar sospechas o imposibles. Así que, además de una buena relación los demás aspectos de la vida en Chanyeol estaban más que cubiertos.

—¡Park! —, levantó la mirada de su celular al escuchar la voz agitada de su superior.

—Digame señor.

—Las vacaciones se acabaron.

—¿Vacaciones? —, miró la montaña de papeles en su escritorio y luego la bandeja de entrada a punto de colapsar en su correo electrónico. Era todo menos vacaciones, aunque un detective podría considerar el trabajo en interiores tan aburrido como estar un día en la playa mientras llueve —. ¿Ha ocurrido algo importante?

—Hijo —, dijo Junmyeon acariciándose el puente de su nariz. El hombre cercano a los cuarenta parecía aún un adolescente, su piel de porcelana blanca y sus leves arrugas alrededor de los ojos le daban una apariencia pulcra y limpia. Chanyeol desde su ingreso siempre le adjudico ese atributo al apellido del mayor. Los Kim eran personas adineradas —. Al parecer tanto tiempo con esas cremas en la cara te han distraído de la realidad, ¿un detective que no ve noticias?

—Si fuera algo de gravedad me enteraría por el ruidoso de Jongdae.

—¡Oye! —, grito el detective novato desde la zona de cafetería. Chanyeol río haciendo que su superior se relajara unos segundos.

—Ya... — negó Junmyeon —. Bien, señor detective que no mira noticias porque tiene al encargado de relaciones púbicas al lado de su cubículo —. Esta vez ambos hicieron caso omiso al grito de Jongdae al caerse con una taza de café helado y a la seguidilla de risas de otros de sus compañeros —. Mejor... vamos a mi oficina.

Chanyeol entendió el significado del gesto preocupado de su superior, sin miramientos o más bromas le siguió rápidamente. Tan pronto la puerta se cerró Junmyeon soltó la 'bomba'.

—Hay un asesino serial en Seúl, inicio como una sospecha pero en la reunión que tuve esta mañana... las dudas han quedado totalmente disipadas. En las noticias se está tratando el caso como una simple coincidencia de asesinatos de familias inmigrantes, y precisamente porque las víctimas no se tratan de coreanos el gobierno lo ha estado dejando pasar por alto. Si te digo que inicio como una sospecha es porque las víctimas no tenían mayor relación entre ellos, solo el ser inmigrantes, pero entre ellos no se conocían, no tenían características de edades o muertes similares. Todo era...

—Especulación—, concluyo Chanyeol mientras se sentaba en el borde de la mesa de madera del mayor.

Junmyeon mordió su labio, volvió a acariciarse la nariz lo cual hacía entender a Chanyeol lo frustrado que su superior se sentía. Aunque no había algo que particularmente a él le sorprendiera, Kim Junmyeon era más del tipo sentimental. A pesar de aparentar una cosa con los demás, para él resultaba demasiado transparente.

—Es injusto que hayan dejado que avanzara hasta este punto solo porque las víctimas eran en su mayoría chinos y japoneses —, miró a Chanyeol fijamente —. El archivo del caso completo lo encuentras en este pendrive —. Antes de que Chanyeol pudiera preguntar motivos, Junmyeon continúo —. Si no usaremos los medios disponibles por la jefatura y el centro de operaciones gubernamental es porque... simplemente no confío. Te estoy entregando este caso a ti porque sé que de todos eres el único con las cualidades para resolverlo. No hago esto porque haya sido una orden directa del presidente, eso me vale una mierda. Lo hago porque siento un deber con las... familias.

—Cuando dices "cualidades", ¿acaso es porque no creo vínculos con las víctimas?

—Ciertamente es una de las razones, pero es por tu habilidad de análisis en el campo. Por las conexiones con personas del medio que pueden brindarte información. No creas que te he elegido por algo tan superficial, confío en tus capacidades como detective de rango superior.

—¿Tan raro es este caso? —, preguntó con tono aburrido. Estiro su mano tomando el archivo digital que le extendió Junmyeon, pero antes de alejar su mano fue detenido por el mayor.

—Doscientas familias esperan una respuesta. Esta mierda nos la oculto el gobierno por años, este asesino... deja un cuervo en la escena del crimen. 

Atrapando al cuervo || ChanSoo [Terminada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora