Capítulo 28

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 — Ya que retomamos camino hacia la ciudad, debemos tener más cuidado —dijo Melione en voz baja mientras caminaban entre los árboles.

Habían tomado camino al amanecer y ahora el sol estaba iluminando todo el cielo con su esplendor. Habían eliminado a varias personas mientras caminaban, no fue nada demasiado difícil.

Melione se había quedado toda la noche despierta sin poder cerrar los ojos ni un momento, su mente estaba demasiado activa como para dormir. El anillo le pesaba sobre el dedo, la plata fría contra su piel tibia. Aun no estaba segura de sí lo usaría luego de ese día. Era una decisión que debía tomar cuando toda esa competencia hubiera terminado, Blagden seguía igual de callado, aunque de vez en cuando la hacía reír, parecía que estaba volviendo a su estado natural.

Se oyó el sonido de las hojas entre los árboles, inmediatamente detuvieron la caminata.

— Aquí vamos otra vez —dijo el príncipe.

Miraron en todas direcciones esperando por quien se escondía entre los árboles, pero se movía tan rápido que no veían con claridad.

Con rapidez, alguien haló a la princesa desde atrás haciéndola caer junto a su amigo, que no sabía en qué momento había caído al suelo. Pero sin demasiado preámbulo, Ilaria salió de detrás de un árbol y abrió un portal al lado de su hermana que casi ni lo vio venir. Evitando que ambos pudieran levantarse, los empujó por el portal con fuerza, no sin antes dedicarle una sonrisa divertida a su hermana mayor. Melione se sintió orgullosa de ella, pero le molestaba demasiado que aquel fuera su final en la competencia. El portal los dejó justo en la plaza en donde había comenzado todo, había muchas personas que estaban a la expectativa de quienes serían las ultimas personas en llegar.

— Maldita Ilaria, siempre tan astuta —dijo Melione con los dientes apretados.

— Fue divertido mientras duró.

— No me gusta perder —dijo mientras se levantaba y caminaba hacia todas las demás personas y viendo a Kalon de brazos cruzados mirándola, ella sonrió. Al menos no era la primera de la familia en ser eliminada.

— No quiero que te burles —dijo Kalon ccon los dientes apretados.

— ¿Quién fue? —preguntó la princesa.

— Seren, ¿y tú?

— Ilaria, ellas dos siempre tan hábiles —a veces le molestaba que sus hermanas fueran tan agiles—. Me iré, necesito volver al castillo y darme un baño.

— Como quieras, me quedare aquí a esperar que Ilaria y Seren sean eliminadas. No voy a moverme hasta verles las caras.

Melione le dio un beso en la mejilla a su hermano y se encaminó hacia el castillo con Blagden pisándole los talones, luego volvería para ver que tan bien iba la eliminación. La competencia aun podía durar horas e incluso días.

— No puedo creer que Ilaria nos haya eliminado —dijo el príncipe con una sonrisa.

— Yo tampoco —convino ella riendo—. Estoy orgullosa de ella.

— ¿Cuántas veces ganaste esto?

— Um, no lo sé —dudó ella—. Gane por primera vez cuando tenía ocho y por última vez hace un par de años, así que yo diría que tal vez cuatro o cinco veces. No lo recuerdo bien.

— ¿ganaste esto cuando tenías ocho años?

— Si, desarrolle mí poder y mis habilidades de pelea muy rápido. Soy la segunda bruja en la historia que obtuvo su marca más rápido que las demás.

— ¿Quién fue la primera?

— Seren —dijo con simpleza.

— ¿y que es esa marca?

— Cuando alcanzamos la madurez de nuestro poder, aparece una marca que nos identifica de las demás, es pequeña pero significativa.

Melione se recogió el cabello dejando ver la parte de atrás de su cuello, dejó que Blagden mirara con atención la línea de estrellas que se alargaba por una longitud pequeña en su nuca. Ese había sido el primer logro de toda su vida.

— ¿Por qué no me la mostraste antes?

— Te soy sincera, a veces olvido que está ahí. La gane y me sentí satisfecha con eso. Además, no es como que este muy a la vista.

Siguieron caminando hasta el castillo entre sonrisas que el resto de las personas les ofrecían. Al llegar, no demoraron demasiado en ir a sus habitaciones.

Mientras se daba un baño y se ponía ropa limpia, Melione seguía pensando en el anillo que le pesaba en el dedo pulgar, podía ser contraproducente llevar el escudo real humano encima; pero por otro lado... Blagden se lo había dado como una muestra de que la apreciaba, y eso para ella valía aún más que cualquier otra cosa. Así que no se lo quitó en ningún momento. Salió de su habitación hacia la de Blagden para que ambos volvieran a la plaza, tocó la puerta y, luego escuchar una confirmación de que podía pasar, lo hizo.

Se lo encontró pasándose la camiseta por el cabello mojado para ponérsela, recordó que no debía comenzar a titubear a la hora de hablar.

— Estuve pesando en lo del anillo y creo que al final si voy a aceptarlo —dijo ella mirando su dedo.

— Buena decisión, solo quiero que confíes en ti misma.

— Gracias por hacer esto por mí.

El la miró con una sonrisa en el rostro y le apretó un poco el brazo en una señal de que todo estaba bien. Ella solo retuvo el aire que amenazaba con salir y confió en que el anillo haría su trabajo.

La Promesa del Destino *[EN PROCESO]*Donde viven las historias. Descúbrelo ahora