La Promesa del Destino *[EN PROCESO]*

Capítulo 58

Tal vez se había molestado porque su hermano no la dejaba entrenar con él o porque había manchado de barro sus botas nuevas sin siquiera haber hecho demasiado, cualquiera de las dos razones era suficiente para que Melione estuviera sentada a metros de su hermano con los brazos cruzados y el ceño fruncido.

Ver a Kalon entrenar no era tan divertido como hacerlo ella misma, pero no conocía a nadie más que a Kalon y a su padre en todo el campamento, y el primero le había negado entrenar con ella y el segundo estaba coordinando a algunos reclutas en el centro del campamento. Decidió levantarse de su lugar e ir con Caelum, sabía que estaba muy ocupado, pero ella tenía diez años; necesitaba algo que hacer. Para mala suerte de su padre, ella guardaba más energía de la que era posible cargar.

Pasó por entre las altas personas que golpeaban a otras y las demás vitoreaban, había algunas otras riendo, comiendo y la mayoría siendo dirigidas por personas de alto rango para que hicieran algunas cosas. La princesa llegó con su padre, quien le gritaba a una legión de reclutas, ella se puso a su lado en la misma posición firme en la que él estaba, todos los reclutas voltearon a mirarla y Caelum notó su presencia.

— ¿Qué haces aquí? Pensé que estabas con Kalon —le dijo olvidando cambiar su tono de general.

— Kalon no quiso entrenar conmigo, así que pensé que podría venir a verte —le respondió ella tratando de imitar su tono.

Su padre sonrió levemente por su imitación de ese tono autoritario que, a su parecer, le había salido bastante bien; se inclinó y le dio un beso en la mejilla, luego la levantó del suelo para ponerla en sus brazos y siguió gritando órdenes a sus reclutas.

La princesa había hallado un gusto particular al ver como todos respetaban a Caelum. Lo que él decía, se hacía y así habían sido las cosas desde hacía mucho tiempo, Melione quería ser como él.

Incluso gritando órdenes a los reclutas, tenía tiempo para su hija y no la había dejado divagando por todo el campamento.

— ¿puedes ordenarles cualquier cosa? —le preguntó a su padre, luego de que este terminara de gritar.

— Si, hay que utilizar el respeto que me tienen de alguna manera.

— Yo también quiero dar órdenes.

— Pronto lo harás. Pero si quieres que ellos hagan las cosas sin protestar, también debes ganarte su respeto y eso no aparece de la noche a la mañana.

— ¿entonces como me gano su respeto?

— Lo sabrás cuando seas más grande, por ahora no debes preocuparte por esas cosas.

Su padre le dio un beso en la frente y ella rio. Ella también quería que la respetaran, no sabía cómo ganárselo, pero lo descubriría después.

El escuadrón se dispersó luego de que Caelum lo ordenara, así que los dejaron solos a los dos, él la miro y sonrió mientras le acariciaba la mejilla. Melione podría ser una niña, pero estaba muy consciente de que su cara le recordaba a Caelum el rostro de Elora, lo que había pasado no había dejado de afectar la familia en algunos momentos, sobre todo cuando se formaban silencios en la cena o en otro tipo de momentos. La princesa también extrañaba mucho a su madre y agradecía mucho que Caelum cuidara de todos, ya que sus padres biológicos ya no estaban.

El pareció leerle la mente así que la abrazó un poco más fuerte y, luego de besarle ambas mejillas, puso una sonrisa en su rostro y le hizo cosquillas a Melione hasta que Kalon llegó.

— ¿Por qué no entrenaste con tu hermana? —le preguntó Caelum a Kalon.

— No dejaba de quejarse de que no quería ensuciarse.

— ¡eso no es cierto! —reprochó la princesa.

Volteó a ver a su hermano quitando la vista del rostro de su padre, no había notado que otro chico venia con Kalon, aunque no le prestó demasiada atención.

— Sea cual sea la razón no quiero que la dejes sola de nuevo, Kalon.

— Entiendo, papá —dijo él algo exasperado.

— Tengo que atender otros asuntos, cariño —le dijo a Melione—. Quédate con Kalon y, si él no te deja hacer algo, dímelo, ¿sí?

— Está bien.

Su padre la puso de nuevo en el suelo y, luego de darle un beso en la mejilla a ella y a Kalon, se retiró del lugar.

— ¿no te cansas de meterme en problemas? —le reprochó Kalon.

— Tu fuiste el que no quiso entrenar conmigo, te lo ganaste —dijo ella cruzándose de brazos.

— Pequeña soplona.

Kalon le sonrió y le desordenó el cabello mientras la princesa se quejaba. Eirny se había esforzado esa mañana para peinarla como para que Kalon llegara en ese momento y desorganizara todo, el chico a su lado rio.

— ¿Quién eres tú? —le preguntó al chico.

— Perdona, no me he presentado. Soy Alastair —él le ofreció la mano y ella la aceptó.

— No tienes que ser tan formal —dijo Kalon poniendo los ojos en blanco.

— Es la princesa, debo respetarla.

Eso fue música para los oídos de Melione, había una persona que la respetaba.

— ¿quieres entrenar conmigo? —le preguntó con entusiasmo—. Ya no quiero hacerlo con Kalon.

— Sera un placer.

Melione tomó la mano de Alastair y lo guio hasta un lugar vacío en el que pudieran entrenar los dos. Kalon los miraba con algo de indignación porque se suponía que él le daría ese día su lección de combate con espada, pero ahora Alastair la estaba instruyendo.

Se veía que era muy bueno peleando en cualquier aspecto, ya sea combate mano a mano, con espada o con magia, tenía un buen sentido del equilibrio y le ayudaba a Melione a levantarse cada vez que fallaba en uno de sus paso. También había hecho un par de bromas que la habían hecho reír, también era bastante lindo: alto, piel pálida, cabello rubio y ojos del color de la miel. El tipo de hombre del que su hermana mayor se enamoraría, pero en ese momento no le importó para nada su apariencia, solo atacarlo fuertemente con la espada y demostrarle a Kalon todo lo que había aprendido por ella sola mientras él estaba demasiado ocupado con su propio entrenamiento. 

Al final, había perdido la pelea, pero había hecho un nuevo amigo.   

Holi jaja 

No saben cuanto amo escribir los recuerdos de Melione jeje, creo que la Melione pequeña es mi personaje favorito. 
Tambien quería desearles a todos un feliz día del lector, love u 💗
-A⚔️