Capítulo 59

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— ¿Cuánto más crees que estaré aquí? —le preguntó Melione a su amigo mientras se dirigían a la sala del trono.

— Según lo que he escuchado en los pasillos —contestó Alastair—. Esmerée tiene muchas cosas planeadas para ti, pero no te preocupes, pronto ya no tendrás que pasar por todo eso.

— Solo quiero salir de aquí.

— Ya lo sé, en un tiempo volveré con Seren y le diré todas las maneras en que puede sacarte de aquí —le susurró Alastair—. Hay más de las que crees.

— Está bien.

Llegaron a la sala del trono y Alastair tuvo que fortalecer su agarre para que no se notara que, en realidad, más que un agarre era una caricia, dejó a Melione como de costumbre frente a Esmerée y luego se retiró de la sala.

La princesa observó a Esmerée, quien tenía en la cara esa sonrisa estúpidamente divertida y entusiasta que se le hacía bastante irónica, considerando la situación a punto de suceder. Pero Esmerée no era alguien que siguiera la normativa de lo que las personas normales mostrarían en ese momento, aunque bueno, a Melione tampoco le gustaba seguir esa normativa, así que replicó la sonrisa de Esmerée en su propia cara.

— Hoy despertaste llena de entusiasmo, querida —dijo Esmerée haciendo un ademan con la mano.

— Si, querida. El entusiasmo de saber que pronto podre arrancarte los ojos con mis propias garras —pronuncio sin quitar la sonrisa.

Esmerée no se tomó la molestia de decir nada más, solo le hizo una señal con la cabeza a los hombres en una esquina de la habitación y ellos se acercaron a la princesa para volver a inyectarle ese montón de líquidos que tantas veces habían probado en ella. Ella solo alejó su mente y trató de no prestar atención al dolor.

La noche del último par de días cuando no estaba concentrada en que su mano y su espalda no dolieran con cada movimiento que hacía, estaba pensando en lo que había dicho Nimue luego de que la princesa e Iclyn la liberaran: ¿a qué se refería al preguntar porque su forma de batalla era distinta? Melione desde pequeña sabía que la forma de batalla tanto de ella como de Seren tenía algo que no encajaba con la de las demás brujas, y aunque nunca la había visto o sentido en su forma real, su madre se lo había hecho saber hacía mucho tiempo.

Su madre, Elora ¿Qué tenía que ver ella con Nimue? ¿se habían conocido cuando seguía viva? ¿habían sido amigas o había sido Elora quien había desterrado a Nimue? Tenía muchas preguntas sin respuestas que no sabía cuándo llegarían. Nimue seguramente se había retirado a su propio espacio con sus criaturas, refugiada del mundo que la había rechazado por tanto tiempo. Debía tener como mínimo unos seis milenios de edad ¿Cómo se había escondido tanto tiempo? ¿de qué se suponía que se estaba alimentando a ella misma y a los Lykosnati? Simplemente más preguntas que llevaban a un callejón sin salida.

Ciertamente Nimue era un completo misterio que Melione tenía que resolver a como diera costa, no dejaría que todas esas dudas quedaran sin una respuesta.

Un pensamiento cruzó su cabeza: ¿si su madre y Nimue se habían conocido porque nunca la había mencionado ni estaba registrada en su libro de hechizos? Todo se le hacía muy raro. Si Nimue hablaba de una manera tan propia de Elora era porque eran amigas y no enemigas, pero ¿Qué clase de amigas no mencionaban a la otra? El tipo que en realidad se suponía que no serían amigas.

Otro pensamiento llegó a su cabeza, pero está vez fue la manera en la que Nimue la había mirado en el momento de liberarla. Notó su gratitud, sí, pero también había algo más... ¿tristeza? ¿decepción? ¿dolor? ¿o alguna combinación de los tres? Era el tipo de mirada que le ofrecería a alguien que no veía hacía mucho tiempo, pensó la princesa. También pensó en la posibilidad de que ya hubiera conocido a Nimue cuando era más pequeña, solo que no lo recordaba, también era una posibilidad, aunque ella en ningún momento había pronunciado su nombre, pero sabía de la existencia de Seren. Pero bueno, era la reina de las brujas, todo el mundo sabía de su existencia.

La Promesa del Destino *[EN PROCESO]*Donde viven las historias. Descúbrelo ahora