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¿De donde viene el hogar?. ¿Como se siente, permanecer en un hogar?. Ambas claramente diferentes, engañosas y pocas cuestionadas.
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ᭃ⌣🍮 ______ ❝ ¿ 𝐃𝐄 𝐃𝐎𝐍𝐃𝐄 viene cada uno?. ¿Cuales s...
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- ¡Oh por-
Un chillido asustado con desesperación salió de sus labios al mirar en donde se encontraban. Sus ojos naranjas entre amarillos se abrieron como platos para tocarse el pecho con su pata en un modo de controlar sus jadeos de desesperación.
- Vale, vale.. Calmado.. ¡Calmado! - sonrio con nerviosismo, mientras caminaba de un lado a otro, haciendo que el bote en donde se encontraba se moviera de un lugar a otro, por la inastibilidad de este. - ¡Jajaja buena broma, chicos!, ¡No debi de comerme ese pastel en la barra, la próxima vez no lo haré lo prometo!, uh - le grito a prácticamente al aire para tratar de calmarse. Con el pánico inundando su ser, bajo sus orejas.
El sonido de las olas, la tranquilidad. Fue una respuesta muy evidente para darse cuenta que no era una broma de mal gusto, aun tenia esperanzas de que fuera de esa manera.
- ¡Señorita Pepper!, ¿no está en esto también verdad?, jaja - rio con nervios mirando sus alrededores - espero que tu no estés involucrada en esto también... - tembló, caminando con pasos lentos, inseguro, hasta llegar a él barandal de aquel barco. Mirando el bello Mar azul abierto donde se encontraba.
Agua, y agua por aquí.
Un suspiro, un suspiro tratando de reincorporar la compustora para fruncir el ceño por estar en donde estaba, ¿por qué de todos los castigos, agua tenía que ser?.
Sus orejas se alzaron con alerta, escuchando un ruido proveniente de los barriles. Por el rabillo del ojo, observó como este se movía de un lado a otro, como si se tratara de alguien se encontrase ahí. Trago saliva secamente, sacando su daga de bolsillo para caminar con lentitud, erizando su cola y pelaje.
- ¿Hola? - llamo, al estar cerca del barril, qué expulsaba un líquido amarillo, alguna especie de alcohol por lo visto. -
Apuntó más firmemente su daga contra el barril al mirar que la tapa de este, se había abierto, mientras que la tapa de madera, cayó y rodó sobre la cubierta del barco, gruñó.
El extraño ser, salió todo empapado de alcohol, y con olor de este mismo, Calvin arrugó la nariz para tapar esta al exponerla a eso que le desagradaba.
Su rostro decayó por completo al mirar quien era, y quien seria su acompañante por esta aventura. De todas los felinos vivos, tenía que ser el en específico.
- ¡Estoy vivo! -
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