Bakugo Mujer III.

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[Deku.]

La noche cayó finalmente, y Kacchan y yo nos acostamos en su cama; yo de espaldas a la pared, y él mirándome.

Bakugo descansaba sobre mi pecho y mi barbilla estaba apoyada en su puntiagudo cabello rubio.

Durante el tiempo en el que estuve despierto, estuve aferrándome a su invertido cuerpo. Nunca pensé que podría vivir esto; estar en la cama de Kacchan, con él. Y aunque en ese momento fuese una mujer, y hubiese preferido estar así con su anatomía masculina, era realmente cómodo.

 Y aunque en ese momento fuese una mujer, y hubiese preferido estar así con su anatomía masculina, era realmente cómodo

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Tercer Día.

Me di cuenta de que dejaron de gustarme las mujeres tres años después de haber conocido a Kacchan.

Aquel día que llegó junto con sus padres a visitarnos a mamá y a mí.

Mamá llevaba algunos días relacionándose con una mujer llamada Bakugo Mitsuki, y ese día llegaron con Bakugo Masaru y Kacchan, que estaba escondido tras la pierna de su madre, apretando esta.

— ¡Hola, Inko!

— Mitsuki, bienvenida. ¿Tú debes ser Masaru, verdad?

El señor castaño asintió, y estrechó la mano de mi madre con alegría.

— ¿Y este pequeño? —Sonrió ella.

— Inko, te presento a mi hijo, Bakugo Katsuki.

El chico levantó la cabeza y miró a mamá, tímido.

— Ho-la...

— Katsuki, este es Izuku.

Solo entonces fue cuando Kacchan me miró y sentí mis mejillas calentarse al verlo alzar las cejas y abrir los ojos.

— ¿Izuku?

Se quedó mirándome por unos momentos más y lentamente fue frunciendo el ceño, lo que me pareció más lindo.

— Izuku, llévate a Katsuki a tu habitación y jugáis allí, ¿de acuerdo?

Miré a mi madre y asentí. Volví a ver a Kacchan y fui donde él, lo cogí de la mano y me lo llevé de ahí.

Se sentó en mi cama y se me quedó mirando desde allí.

— ¿Por qué tienes tantos pósteres de All Might?

Me dio un vuelco el corazón, me había hablado por primera vez. A mí. Solo a mí. Se sintió genial.

— E-es mi héroe favorito.

— Hay más gente que lo tiene como héroe favorito, y no tiene tantos pósteres suyos.

— A mí me gusta tenerlos —sonreí—. Son como...

— ¿Tu debilidad?

— No, mi debilidad eres tú.

Bakugo apartó la mirada, sonrojado.

— No hace ni quince minutos que nos conocemos, estúpido.

— No es necesario.

Desde entonces, hice todo cuanto pude para tratar a Kacchan con todo el cariño y el respeto que se merecía, y, aunque él me tratase de esa manera, sabía que en el fondo el también me quería y respetaba.

— ¡Deku!

Abrí los ojos al escucharlo. Aún asombrado, lo encontré a mi lado, con sus manos en mi cintura y al borde del llanto.

— Kacchan... ¿qué ocurre?

— Me asustaste, inútil. Por un momento dejaste de respirar.

¿Dejé de respirar? ¿Cuándo?

Un momento...

— ¿Te preocupaste por mí? —Sonreí.

— Jódete, Deku.

Me quedé mirándolo mientras pensaba en cómo podría arreglar todo esto.

De repente, se me ocurrió algo.

— Kacchan, sabes que te quiero mucho —hice un puchero y él, en cambio, rodó los ojos.

— Vete a la mierda, me he asustado y nada más que te despiertas ya estás haciendo el gilipollas.

Me quedé mirándolo fijamente. Empezó a picarme la nariz y noté como se ponía roja.

— Mierda, Deku, yo...

Se acercó a mí con la mano temblorosa, tiré de ella y lo hice caer sobre mi cuerpo.

Efectivamente, todo era un plan bien trabajado.

O tal vez no tanto...

— Kacchan.

— ¿Qué?

Mi mirada se deslizó sin que ni siquiera me diera cuenta hacia sus labios. Me permití imaginármelos de un color rosa intenso al haber sido besados tantas veces.

Pero no por otro hombre, no, eso me ponía de mal humor, por mí. Sólo por mí.

— Tengo... muchas ganas de besarte.

Noté a Bakugō estremecerse sobre mi cuerpo, sin embargo, después pareció relajarse un poco y su mirada cayó lentamente hacia mis labios también.

— Pues hazlo.

Mis ojos se abrieron con intensidad y me fijé en su rostro; su mirada estaba desviada y sus mejillas coloreadas de un hermoso rojo.

— ¿Estás seguro? —me atreví a preguntar.

— ¿Tú quieres?

— Yo sí, pero...

— Entonces haz lo que quieras.

Se me escapó una sonrisa muy de idiota y me acerqué a él con lentitud.

Finalmente junté nuestros labios y poco después él me correspondió con cariño.

Poco a poco fue abriendo la boca, invitándome a introducir la lengua, cosa que hice poco después.

Mientras intentaba aumentar el ritmo del beso, Katsuki intentaba seguirme el ritmo, aunque con torpeza.

— Deku...

Cuando volví a abrir los ojos, Bakugō ya no era una mujer.

— Por fin —exclamó—. No aguantaba más unas tetas.

Miré su pecho y me fijé en que ahora no se marcaban las mamas de una mujer, si no su torso bien trabajado.

— ¿Cómo que no? ¿Entonces esto qué es?

Acaricié su pecho por debajo de la camiseta mientras reía y él fruncía el ceño a la vez que el rojo de sus mejillas aumentaba.

— Vete a la mierda, puto Deku...


























































































PERO BUENOOOOOO ¿CUÁNTO HACE QUE NO SUBÍA CAPÍTULO?

Desde mayo creo no)? 👁

En fin, que he visto que alguien me pedía que actualizara y como yo le soy fiel a las personas que me piden que actualice pues aquí estamos. ( ^▽^)

Además de que ya me sentía bastante culpable porque me he estado conectando bastante a Wattpad pero he ido retrasando el continuar este capítulo hasta hoy, que he visto ese comentario y me han dado ganas de continuar. :)

Bueno como siempre espero que os haya gustado y si es así votad y comentad. ♡

Os quiero <3

Padres | 𝐄𝐫𝐢Donde viven las historias. Descúbrelo ahora