¿Qué somos?

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[Kaminari.]

—¿Qué somos? —pregunté directamente, sin tapujos. Aunque, claro, no funcionaba si se lo preguntaba a una foto suya, y no al propio Kirishima.

Me puse la camiseta y cogí la que se había dejado la noche anterior en mi habitación y fui a su encuentro.

En cuanto abrí la puerta, lo vi. Temía poder chocarme pero me paró al instante, me atrajo hacia su cuerpo y me besó. Sin pensármelo siquiera le correspondí y nos fuimos al ascensor.

—¿Qué haremos hoy?

—Es una sorpresa. —Me sonrió ampliamente y me guiñó un ojo.

No me gustó demasiado el detallito de que no me dijera a dónde me iba a llevar y tampoco qué íbamos a hacer, pero me lo aguanté.

En el silencio del trayecto, y con nuestras manos entrelazadas, me acordé de pronto del momento en el que pregunté eso frente a la foto de Kirishima. Creo que me puse blanco tan solo de imaginar que tal vez me había escuchado. Pensé en preguntarle, pero si lo hacía y no sabía nada... sería peor, y este no era el momento para decírselo a la cara.

—Hemos llegado.

Ante mis ojos se encontraba un parking de coches, pero había uno que resaltaba entre los otros. Era amarillo chillón y tenía rayos negros a los lados y un par sobre el capó, además de un Pikachu en la antena.

—Kirishima, ¿qué...?

No me dejó terminar la frase, sino que me tomó de la muñeca y corrimos al coche que había estado mirando. Abrió la puerta trasera y me empujó dentro, después, él se metió tras de mí y la cerró.

Llegó a mis fosas nasales el inconfundible y agradable olor del cuero del coche.

Kirishima se estiró hacia delante y cogió un portátil. Estaba a punto de preguntarle qué era todo esto, pero lo abrió y enseguida vi mi película favorita, Háblame, en la pantalla, preparándose para ser proyectada.

Lo miré con una sonrisa y le dio al play. Puse mi cabeza en su hombro y comenzamos a verla. Sacó unas palomitas del asiento del conductor y pensé que ese momento no podría ser más perfecto. Mi película favorita, con mis palomitas favoritas, con mi chico favorito.

No sé qué pasaría después de que terminara la película, pero en ese momento no quería saberlo. Solo disfrutar del momento.

Vi de reojo un tic en el ojo de Kirishima cuando terminó la película

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Vi de reojo un tic en el ojo de Kirishima cuando terminó la película.

—Kirishima, ¿estás...?

Me puso el dedo índice en los labios y me tomó de las manos.

¿Qué tiene este chico con no dejarme terminar las frases?

Miré hacia delante; estaba atardeciendo.

—Kaminari...

Volví a mirarlo a él. Estaba muy nervioso, pero a la vez muy seguro de sí mismo. No tenía sentido, lo sé, pero era así.

—Kaminari, escucha. Hace días que somos... no sé, ¿amigos con derechos? Lo que sea. Hoy, después de esta tarde, de todos los momentos que hemos pasado juntos, en el día que hace un mes que comenzamos con todo esto y frente a este gran atardecer, quiero hacerte una pregunta...

No. No, no, no. No estaba pasando, ¿no?

—Kaminari... ¿puedo ser tu novio? ¿Podemos dejar de ser amigos con derechos y formalizar esto ya?

Me puse a llorar, fue automático. Kirishima soltó mis manos y me puso las suyas en las mejillas, intentando limpiar mis lágrimas.

—Kirishima... joder, no me puedo creer que esté pasando esto...

Él me sonrió y me hizo mirarlo.

—Denki, ¿sí o no?

Verlo a la cara, con esa hermosa sonrisa que me estaba dedicando, con la tarde que habíamos pasado y después de que me llamará por mi nombre...

—¡Sí! —grité—. ¡Sí, sí, sí!

Pareció sorprendido al principio, supongo que por mi grito, pero al momento su sonrisa se ensanchó más y me tomó del cuello para besarme.

—Te amo, te amo...

—Kaminari, tengo que decirte algo.

Lo miré y me estaba sonriendo, como siempre, pero... ¿divertido?

—¿Qué ocurre? —alcé una ceja.

—Quería agradecerte no haberme propuesto esto antes que yo. Aunque... bueno, no sé si preguntárselo a una foto cuenta...

Fruncí el ceño al instante y le pegué un puñetazo en el brazo. Él comenzó a reír estruendosamente.

—¡Eres idiota!

Kirishima seguía riéndose y me dieron ganas de seguir pegándole puñetazos.

—Perdona, perdona... —dijo, secándose una lágrima—. Ahora en serio, gracias.

Rodé los ojos.

—Hace tiempo que me di cuenta, ¿sabes?

¿Que qué?

—Estas dos últimas semanas te estuviste comportando muy raro cuando te decía de quedar, y... supe que era sobre esto. De las inseguridades que tenías sobre lo nuestro. Quería preguntártelo lo más pronto posible, porque te veía sufrir y en serio se me partía el alma... pero prefería esperar hasta hoy. Así que... gracias. Y perdón.

Le sonreí con mucho cariño.

—Te amo muchísimo, ¿lo sabes?

—Me hago una idea.

Volví a pegarle un puñetazo, pero esta vez reímos los dos juntos.

























































HOLAAAAAAAA.

CAPÍTULO AYER Y HOY, SOY UNA MUTACIÓN.

En fin, ¿qué os ha parecido? 😋

Puess, esta historia ya está casi al final. Falta el epílogo (no voy a dar spoiler de lo que va a pasar ahí) y concluye.

Eso sí, no sé si hacer la siguiente de Karmaland (que hace mucho que no hago una), de bnha (como esta) o de ambas a la vez. Vosotros me lo ponéis por aquí o por el tablón, como queráis. 💗

PD: Esta vez no me dejéis colgada y comentad, en serio. 😞

Como siempre, comentad y votad si os ha gustado el capitulito y nos vemos en el siguiente.

Besitos en el siempre sucio.

Padres | 𝐄𝐫𝐢Donde viven las historias. Descúbrelo ahora