Especial EraserMight.

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Darme cuenta de cómo se trataban Aizawa-sensei y All Might fue lo peor que me pudo pasar esta semana.

Hubo un momento en el que ambos parecían muy contentos al lado del otro, pero desde el martes llevan muy raros, y quiero hablar con ellos. Quiero saber lo que pasó.

—Aizawa-sensei.

—Eri... ¿qué ocurre?

—Eso es lo que quiero saber yo.

Me crucé de brazos frunciendo el entrecejo, haciendo a Aizawa-sensei arquear una ceja.

—¿Perdón?

Al ver la mirada que me dedicaba, me achanté y comencé a balbucear.

—Eh... esto... me gustaría saber...

—¿Sí?

—Si usted...

—Arranca, Eri.

—¿Qué le pasó con All Might? —solté.

Aizawa-sensei me miró con desconcierto y pareció momentáneamente nervioso. Se humedeció los labios varias veces y abrió y cerró la boca, con la intención de contarme algo, pero no lo hizo. No respondió a mi pregunta y volvió a lo que estaba haciendo antes de que llamará su atención.

 No respondió a mi pregunta y volvió a lo que estaba haciendo antes de que llamará su atención

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[Aizawa.]

Me había rechazado. No podía creerlo, después de todo lo que habíamos hecho, los momentos que habíamos compartido, todos los recuerdos... me ha rechazado.

Ha pasado una semana desde que me declaré a Toshinori, y sigo sin olvidarlo. El humillante "lo siento, Shota, no siento lo mismo" todavía sigue en mi cabeza.

Tenía que aceptar que él no sentía lo que yo y seguir con mi vida. Pero era tan difícil...

Desde que tuvimos esa conversación, comenzamos a separarnos y cada vez era más notable para los alumnos, que por educación, no decían nada. Pasamos de estar todo el día pasando por los pasillos, hablando de lo que fuera y riendo, a estar ignorándonos y ni siquiera diciéndonos hola.

Bueno, en realidad... él sí me saludaba. Pero me daba mucha vergüenza encararlo, y corría despavorido.

Uno de esos días, llegué jadeando a la sala de profesores, y me choqué de frente con Hizashi.

—Buenos días. —Intenté disimular, pero él arqueó una ceja y me paró cuando iba en dirección a sentarme.

—¿Piensas volver a hablar con él?

—¿Sinceramente?

—Evidentemente.

—Pues no.

Hizashi frunció el ceño y, antes de que pudiera empezar a darme la charla, levanté una mano haciéndolo callar y hablé.

Padres | 𝐄𝐫𝐢Donde viven las historias. Descúbrelo ahora