Y aquí estoy yendo a dejarles a la mujer que amo un ramo de flores frescas. Camino por las calles de la ciudad, el sol brilla en lo alto y el aire fresco me llena los pulmones. El amor me da alas y me lleva a donde sea necesario para ver la sonrisa de mi amada.
Llego a la casa de mi novia, toco la puerta ansioso, esperando verla aparecer con una sonrisa. Pero nadie responde. Toco de nuevo pero nada sucede. Empiezo a preocuparme, ¿estará bien? ¿Se habrá ido por algún motivo? Entonces escucho pasos detrás de mí y al voltearme, veo a mi amada con los ojos llenos de lágrimas.
“Mi abuela está muy enferma, acabo de llegar del hospital. No pude responder a tiempo, lo siento”, me dice mientras me abraza. Entonces le doy el ramo de flores y le prometo ayudarla en lo que necesite. El amor verdadero no solo consiste en momentos de felicidad, sino también en momentos difíciles.
Juntos vamos al hospital donde su abuela está en tratamiento, y allí permanecemos juntos, cuidando y brindando amor. Y así, aquí estoy yendo a dejarles a la mujer que amo un nuevo ramo de flores. La vida puede ser difícil e impredecible, pero con amor y solidaridad siempre encontrarás las fuerzas para seguir adelante.
