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NOTA:

Es importante que lean este cap, porque abordé detalles que harán mejor la experiencia de la lectura. 

Sin más, espero que lo disfruten.



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Si JungKook creía que no tendría problemas en cuanto volviera al Olimpo estaba muy equivocado. Además de que todavía se debía resolver el asunto de la flecha rota y el castigo que otorgó, ahora tenía que sumarle el haberse escapado sin consentimiento de Zeus al mundo de los mortales. Claro, a estas alturas él todavía no lo sabía. La única que estuvo al tanto de los movimientos del pelinegro fue Afrodita y no estaba para nada contenta, aunque podía entenderlo un poco, pues él siempre ha vivido siendo demasiado renuente, cerrado y un tanto amargado con respecto a los temas del amor. Sin embargo, eso no quita el hecho de que rompió reglas que son muy sagradas para los Dioses.

Afrodita, también conocida como JiSoo, estuvo observando a su hijo desde su nube. Al principio estaba conmovida, pero después se preocupó al darse cuenta que entró al departamento de ese chico rubio y no volvió a salir hasta hace unos minutos. Ahora lo está esperando en su conjunto para pedirle una explicación y darle un buen regaño por su falta de responsabilidad, aunque... las cosas se pueden complicar un poco.

—¡JiSoo! —se anunció Zeus con una cara de pocos amigos— ¿Dónde está tu hijo? —la miró amenazante.

—¿Qué? —actuó con nerviosismo— ¿Dónde más? Está flechando a los humanos— respondió con obviedad y desvió la vista.

—No me mientas—usó un tono dominante— Los querubines me han informado que él no apareció en su puesto en cuanto los rayos del sol tocaron la tierra de los mortales— hizo una pausa y se puso rígido— Volveré a preguntar... ¿Dónde está Cupido?

—Aquí estoy.

La figura de JungKook apareció entre el portón con un aspecto cansado, pero con una sonrisa enorme. En cuanto vio a NamJoon, ésta se borró y miró con preocupación hacia su madre quien lo acusaba con los ojos. Sabía que la había cagado, pero no pensó que lo descubrirían tan pronto. Lo único que pudo hacer fue una reverencia y se encaminó con timidez hacia donde se encontraban.

—Te juro que tengo una buena explicación— enseguida se defendió.

—Recuerdas quién eres, ¿verdad? —Zeus le dedicaba una mirada bastante dura— Los humanos necesitan de ti y abandonaste tus responsabilidades. Además, aún debo sancionarte por lo de la flecha.

—Lo sé, estoy consciente— aceptó sin dejar de sostenerle la mirada— Pero sentía muy necesario ir a buscar a ese chico. Yo tenía que curar su corazón roto.

—¿Cómo? —el peliblanco ladeó la cabeza— ¡¿Estuviste con un humano?!

Instintivamente, JungKook tomó la mano de Afrodita para sentir un poco de calma. A nadie le gustaba provocar la furia de Zeus bajo ninguna circunstancia, el problema es que los humanos siempre pasaban la peor parte, porque sus emociones estaban ligadas a la naturaleza del cielo, es decir, cualquier emoción negativa, provocaba rayos y tormentas en el mundo de los mortales. Así que, casi enseguida, llegaron Poseidón y Ares corriendo lo más rápido que podían.

Cupido (Kookmin)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora