Había sido una visita bastante indeseada. Conforme pasaron los días, JiMin se había olvidado completamente de lo que sucedió hacía tan sólo poco más de dos semanas. No está interesado en volver con SungWoon y no sólo es por JungKook, también es por él. En cuanto se mudó de nueva cuenta a su departamento y salió a beber a ese bar, lo hizo con la decisión definitiva en su mente. Aunque perdonaba la falta de su prometido, eso no significaba que regresaría con él. Claro está que las cosas sucedieron demasiado rápido; ahora está muy enamorado del hombre que le ha dado intensas noches de pasión y que también lo ha tratado como un rey. Aunque hayan avanzado rápido en tan poco tiempo, eso no le daba el derecho a JungKook de regodearse frente a SungWoon, es por esa razón que lo observa con un poco de molestia y reprobación. Se sentía lo suficientemente fuerte como para defenderse sólo, además, tal vez la parte que más le conflictua es que haya dicho que son novios cuando no es así, porque ni siquiera se lo ha pedido. Exactamente, ¿con qué derecho se siente? Sin embargo, ahora percibe sus emociones y está esperando a que se relaje.
El pelinegro se había sentado sobre el sillón a pensar un poco sobre la descarga de adrenalina que sintió en todo su cuerpo. Sabe que no es normal pese a que tiene un temperamento fuerte, pero cuando vio que SungWoon intentó tocar a JiMin de nuevo, algo en su interior se crispó y escuchó una vocecita lejana que le pedía a gritos que protegiera a su Adelphe Psyche. No tiene mucha explicación, sólo... algo que no ha podido contarle al rubio. Supo entonces que es momento de decirle toda la verdad.
Cuando alzó la mirada y se encontró con los ojos juzgadores de JiMin se sintió pequeño ante él. No se imaginó que pudiese estar molesto, estaba tan ensimismado en sus pensamientos que no percibió las emociones del contrario. Lo analizó rápidamente y pudo entender que su comportamiento no fue adecuado, además, supo desde el principio que SungWoon tocaba la puerta. Las cosas que dijo sí fueron intencionales, quería provocarlo y regodearse de tener a JiMin a su lado. Ahora sabe que estuvo mal y que no puede seguir actuando mediante ese tipo de impulsos.
—No tenías por qué actuar de esa manera—reprochó severamente— No quiero sonar pesado, pero yo puedo defenderme solo, JungKook.
El pelinegro sintió como su corazón se aceleraba de mala manera al escuchar como lo llamaba por su nombre y no por algún apodo cariñoso. Sólo pudo bajar la vista y jugar con sus manos para intentar distraer a su mente. Esa reacción estrujó el corazón de JiMin y enseguida sintió el desánimo que embargaba a JungKook. Quiso mantenerse firme, pero le era imposible, no cuando el latir de los corazones de ambos estaban ligados. Prácticamente si uno se ponía triste, él otro también. Ya ni siquiera le importó que eso era algo muy extraño, mandó al carajo lo que pensaba y se sentó a horcajadas sobre el pelinegro, tomó su mentón y alzó su mirada para poder besarlo. Enseguida fue correspondido y atraído hacia el cuerpo contrario. Ambos se sentían como si hubiesen peleado, no sabían que podía doler tanto. Pero el miedo fue el que los gobernó. No querían perderse, eso era definitivo.
—Perdón— consiguió decir JungKook en medio del beso— Perdóname, pero no concilio la idea de que alguien ajeno a mí se atreva a tocarte.
—Ay, JungKookie—sonrió conmovido— Me entrego a ti todos los días, dime ¿no es suficiente?
—Yo jamás...— sonrió— voy a tener suficiente de ti.
Volvió a acortar la distancia para iniciar con un beso apasionado donde sus lenguas llevaban el mando. Sus manos se desplazaron por sus pieles tocando aquellos lugares de los cuales conocen la textura a la perfección. Habían dejado en segundo plano el pequeño inconveniente que vivieron hacía un momento y llevaron toda su concentración a devorarse mutuamente, dejando al descubierto todas las emociones que les invadían cuando hacían eso. Para ellos, quizá, besarse se había convertido en un tipo de ritual. Y es que lo que ellos no sabían es que sus almas se enlazaban aún más cada vez que tocaban sus labios, pero haciendo el amor lograban fusionarse. Era la forma en la que se volvían uno solo, así que, pese a que fueron pocos los días en los que compartieron este tipo de momentos, habían conseguido adherirse de manera permanente. Los dos conformaban una sola Adelphe Psyche.
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Cupido (Kookmin)
FanfictionJungKook es Cupido y no cree en el amor, pero un día, mientras está flechando a los humanos, conoce a un rubio bonito llamado Park JiMin. JiMin no sabe cómo es que hacía unos instantes estaba vomitando y llorando en un bar y ahora está en su departa...