Cupido (Kookmin)

Epílogo

La vista de ese hermoso atardecer desde el Olimpo era algo sumamente hermoso para JiMin, sin embargo, no era suficiente para disipar los nervios que sentía.

Hoy era el día en que sería convertido en un Dios. A partir de este momento vivirá en el Olimpo a lado de JungKook. Aún se siente un poco asustado debido al cambio tan radical que dio su vida en los últimos dos meses. En ese tiempo se enteró de que SungWoon, su ex, lo estaba engañando con otro chico. Y ese mismo día en la noche se embriagó tanto que terminó en el baño vomitando, y luego fue rescatado por un hombre muy guapo y sexy quien lo llevó hasta su departamento. Al principio lo cuidó, pero luego lo folló duro y delicioso, tal y como le gusta.

Ese hombre ahora es su esposo y el único amor de su vida. Por fortuna sólo tendrá una, pero no se imaginó que ese guapo pelinegro trajera consigo un secreto bastante interesante. Pero sin importar esa carga y todas las consecuencias que habría, decidió amarlo y seguirlo a donde quiera que vaya. Por eso esta ahí ahora, caminando por un hermoso sendero dorado que a los costados está adornado con flores rosadas y moradas, usando un chiton que fue confeccionado por la misma Afrodita.

Zeus y JungKook lo están esperado al final del sendero, ambos con una sonrisa. Sobre las nubes están los demás Dioses observando el momento y también sus amigos, lo cual era un gran alivio. Pero aún más reconfortante era tener a Roseanne ahí también. No iba a ser fácil despedirse de sus seres queridos en la tierra, pero por fortuna los tendría a ellos también para compartir toda la eternidad.

Cualquier rastro de nervios o miedo que pudiese tener, desapareció en cuanto tocó la mano de JungKook y lo miró con devoción, amor, cariño y esmero. Ese hombre es suyo, fue elegido para él, para pasar el resto de su inmortalidad a su lado. Con su forma de Dios Griego lucía sumamente sexy y perfecto, con ese cabello largo, su brazo tatuado y su chiton que no deja mucho a la imaginación. Supuestamente le tiene una sorpresa después de esta ceremonia, pero también espera ansiosamente que lo folle, incluso mejor que aquel primer día.

Zeus se bajó del pequeño altar y destapó un arco donde caía una cortina de miles de destellos dorados como si fuese diamantina. Se arremolinaban en el suelo como en una especie de charco y parecía que volvían a subir. Alrededor del arco había flores blancas y doradas y una estrella en la punta. JungKook lo ayudó a subir a ese lugar con sus pies descalzos hundiéndose en ese charco de agua dorada y le colocó una corona de hojas de color oro, una como la que todos usaban. Después se alejó unos cuantos pasos y Zeus se paró frente a él para sonreírle.

—Puede que duela un poco, pero será soportable— advirtió intentando ser un poco suave.

Ambos se dedicaron una sonrisa y después Zeus se dirigió a los presentes alzando sus manos y usando su voz de Dios.

—Hoy es el día— comenzó— Desde el inicio de los tiempos se había escrito sobre este momento donde el primer humano sería convertido para ser parte de este honorable Olimpo y para ser compañero de vida de uno de nuestros Dioses— hizo una pausa y se giró hacia JiMin— este día es histórico y será recordado por toda la eternidad.

Caminó al tiempo frotaba las palmas de sus manos para invocar sus poderes, enseguida se hizo presente un poco de viento y muchos destellos dorados alrededor. Una ráfaga de rayos corrieron alrededor de los brazos de Zeus y sus ojos se pusieron en blanco. Demoró unos cuantos minutos juntando la energía que necesitaba para este acto. Cuando estuvo listo, terminó de llegar hasta donde estaba el rubio con sus manos y pies temblándole y apuntó con sus palmas hacia él.

—Bienvenido al Olimpo, Dios JiMin— musitó.

Dejó ir toda su energía sobre el pequeño cuerpo del rubio quien enseguida sintió una fuerte corriente eléctrica recorriendo todo su cuerpo. Poco a poco comenzaba a sentir cambios en su cuerpo, específicamente, sus músculos. Sentía que se estaban haciendo más fuertes y a la vez tenía la sensación de ser muy liviano. Sus pies abandonaron el suelo levitando en el aire y recibiendo cada vez más y más descarga de energía. Pronto, sus ojos se volvieron blancos y después cambiaron a un dorado deslumbrante. Parecía que sus cabellos rubios también aumentaban su tono. Su piel se estaba iluminando al tiempo que una energía azul lo recorría por todo el cuerpo. Hasta ese punto todo estaba bien, pero faltaba la peor parte que sería la transformación de su alma, cuando llegó ese momento, soltó un pequeño grito ahogado, al tiempo, JungKook sintió una descarga que lo hizo tambalearse. Una parte de él le pedía que detuviera a Zeus, era su instinto protector que no estaba conforme con el dolor que sentía su Adelphe Psyche, pero no podía interrumpir, de lo contrario, tendrían que esperar un año para intentar otra transformación.